Capítulo 5.B - D.K.N. Perdidos

35 3 21
                                    

[ 14 horas después de la luna ]

Volaban sobre Nachos, tranquilamente. Era lo que ambos necesitaban. Luego de haberse metido hasta las profundidades de Neverzone, adentrado en el templo antiguo Bélianoc y no solo haber recuperado el cristal Beliariano, sino también haber rescatado a los prisioneros, Marco sintió un gran peso menos en su conciencia. Sus pensamientos recorrían todo lo sucedido, pero sus ojos tenían en mente otra cosa; buscaban un recuerdo, un lugar en particular.


- Marco... - suspiró Kelly, sentada detrás de Marco, agarrada a la cintura del muchacho.

- ¿Dónde... dónde está? - murmuró, pensando en voz alta.

- Marco. - volvió a llamar.

- ¿Eh? Perdón, Kelly. ¿Decías?

- ¿A dónde vamos? Nos fuimos del templo de monstruos así como así.

- No te preocupes, lo verás cuando lleguemos. - la tranquilizó, sonriente.


Luego de sobrevolar por el Río Mewni por un rato, Marco reconoció el árbol que buscaba, cerca de la orilla. Aterrizó suavemente, a diferencia de los últimos días turbulentos, y ambos descendieron. Marco llevó a Kelly debajo del árbol, tomándola de la mano, y Nachos se acostó sobre la arena, con la punta de la cola tocando el agua del río.


- ¿De qué querías hablar... Díaz? - a Kelly le costaba sostenerle la mirada a Marco, sus mejillas coloradas la delataban.

- Wow... ¿"Díaz"? Eso duele, viejo - rió.

- Llevas a tu "compañera-de-ruptura" hacia una muerte casi segura para recuperar no sé qué Belarano, la mandas a guardarlo en una recámara en las profundidades del templo de monstruos y luego la traes a un río en lo más remoto de Mewni ¿Y te preocupas por que te llame por el apellido? - le golpeó en el hombro, con el ceño fruncido y el ardor más evidente que antes.

- Beliariano - la corrigió, con una pequeña risa entre dientes.

- ¡Es el colmo! - volteó para marcharse, pero la mano de Marco la sujetó de su muñeca.

- Kelly, espera. Elegí este lugar por una razón.

- ¿Ah, sí? Déjame adivinar, aquí Tom y tú se besaron por primera vez ¿Acerté? - devolvió su mirada a Marco, más afilada que antes.

- Bueno... - se rascó brevemente la nuca, con la mirada hacia un lado.

- No bromees - sus ojos se abrieron de la sorpresa y su boca a medio cerrar.

- ¡Por supuesto que es broma! - le palmeó el hombro a Kelly, entre risas. - Ya, hablando en serio. Este es mi lugar de descanso. Nadie sabe de él.

- Oh... - su expresión se relajó - ¿Ni siquiera Star?

- Ni siquiera Star. - afirmó - O eso creo. - murmuró.


Nachos volteó su cabeza hacia atrás para mordisquearse la espalda, unas cuantas moscas estaban revoloteando alrededor. Pero no fue hasta que sacó su cola del agua que se percató lo que las atraía, una prenda de ropa llena de barro y olor a comida pasada estaba atorada en la punta. A lo lejos se podía ver la silueta de una persona corriendo río abajo, gritando desesperadamente.

Marco y Kelly estaban muy cómodos, tomados de las manos, con sus rostros cerca uno del otro, mirándose como si no hubiese nada más alrededor.

"¡Heeeey, atrapen mis calzones!" se escuchó a lo lejos, y se les hizo difícil no torcer las comisuras. Marco se acercó hasta Nachos y le quitó la prenda engachada, la sostuvo hasta que aquella persona llegara a ellos pero el hedor que desprendía lo tentaba con arrojarla de vuelta al río.

Luego de la LunaWhere stories live. Discover now