Capítulo 4.B - Horizonte Desconocido

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[ 10 horas 27 minutos después de la luna ]

Un murmullo se escuchaba dentro, a medida que se fue acercando hasta las sábanas que hacían de puerta de la tienda, los susurros se atenuaron hasta que de golpe se escuchó desde adentro:

- ¡Wha... jajaja!

- ¿River? - pensó Moon, y se adentró en la tienda inmediatamente - ¡River! ¿Estás bien querido?  

- ¿Y cómo escapaste de ese mul... multa-o... ? ¿cómo era que se llamaba? - preguntó River.

- Multioso - se tapó la boca al dejar escapar una leve risita - Ciertamente esa dimensión era algo extraña, pero divertida. - respondió la invitada.

- ¡Oh, Moonpie! - exclamó con una sonrisa de bienvenida, de esas sonrisas que se dibujan en tu rostro luego de esperar todo el día a que llegue ese alguien.

River se abalanzó sobre Moon y quedaron ambos en el suelo. Levantó la cabeza y observó con los ojos brillosos a su mujer.

- Regresaste, querida. - su voz estaba algo temblorosa.

-¡Pero River, qué diab...! - detuvo su sermón ante la mirada de su marido. - Sí... - sonrió gentilmente - aquí estoy. Pero me agradaría estar ahí - señaló uno de los asientos de madera, de esos que había manufacturado el leñador de la comunidad de la yurta.

- Oh, sí, je je. Disculpa, Moonpie. - se levantó y la ayudó a ponerse de pie - por cierto, tenemos visitas en nuestro nuevo reino. - tendió la mano hacia un costado, en dirección a la invitada.

- Buenas tardes, señorita Moon. Oh, no, lo dije mal. - se llevó la mano al mentón, con la mirada pensativa - ¿Debería decir reina? ¿princesa? ¿legítima líder de los mewmanos? - devolvió su atención a su anfitrión - River ¿me lo recordarías?

En lo que Moon se enderezó de nuevo, sus ojos estudiaron cada pulgada de la recién llegada. Supuso que no medía más que Star, pero definitivamente tenía la suficiente altura como para considerarla una persona (¿o ser, o ente?) de cierta edad.

- Disculpa, ya que conoces mi nombre, me gustaría conocer el tuyo. - anunció Moon, con postura firme, pero trato dulce. El colgante negro de la invitada le recordó a los cuernitos que siempre llevaba puestos Star.

- Oh, mis modales. Perdone usted, rein...

- Psst... solo Moon - le susurró River.

- Solo Moon - sonrió, inclinándose hacia delante, con las manos extendidas a los costados, aunque las mangas de la chaqueta bordó que vestía se las cubría, y un pie detrás del otro, similar a la reverencia que acostumbran las princesas.

- No me refería a eso. - murmuró River, para sí.

- Mi nombre de afecto es Beli - volvió a juntar los pies.

- Gusto en conocerte, Beli. - Moon tendió su mano para saludarla.

- El gusto es recíproco - Beli concedió el saludo de mano, pero no tardó en darse cuenta que Moon se quedó mirando a sus pies. - Oh ¿estos? los encontré en mi último viaje. Creo que les llaman tenis.

- Ya veo. - una imagen mental de Marco se apareció en Moon - Entonces no eres de aquí.

- De hecho... - se acomodó el mechón de cabello azulado, que le tapó la cara al bajar la cabeza, detrás de la oreja - mi madre dice que sí. Somos de aquí. Bueno, no aquí "aquí".


Mientras la comunidad de la yurta se organizaba con la nueva agenda de la antigua reina Moon, en el nuevo castillo Butterfly, el templo de monstruos, se levantaban nuevas manos a la obra. Las decenas de prisioneros que Marco y Kelly rescataron de Never Zone fueron cobijados bajo los cuidados del reino de Mewni, lo que significaba nuevas fuerzas para Eclipsa.

Luego de la LunaWhere stories live. Discover now