capítulo 8 - ¿Que hacer?

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Miro impactada los videos, una y otra vez, sin querer ver como a su espalda Edward estaba con porte serio. Madeleine estaba afuera esperando con Edmund, ambos también enterados ahora de la noticia. Ahora sabía quién era la persona detrás de Jade Turtle, pero no estaba segura si estaba mejor o peor que antes, sus puños se apretaban sobre la mesa y sus ojos veían con incredulidad, como Nino se transformaba una y otra vez.

Las heridas causadas en la tarde, parecían inexistentes ahora.

Su respiración era acelerada y sus ojos mostraban frialdad y análisis.

—Nadie más sabrá nada sobre esto—informo antes de ponerse de pie.

Recordando vagamente las heridas de Nino, con la imagen de Pyromane ahora en su mente.

—Marinette debes apartarte de ellos de inmediato, no puedes ser sus amigos, cambiémonos de ubicación cuanto ant...—

—Silencio—susurro tan bajo y peligroso, que hizo que Edward recordara.

Que la jefa era ella.

Él no.

Solo era un peón en su mano, que usaba de forma estratégica, pero el Rey del tablero era ella...bueno, la reina del tablero y quien tomaba las decisiones, era Marinette.

—Dile a Madeleine que busca algo sobre los otros héroes, luego que borre todo del sistema antes que alguien lo note—murmuro por bajo.

Eso lo hizo saltar.

—SABER ESO SERA PEOR PARA TÍ—

—No pedí opiniones, solo di una orden—

—Marinette—

Una fuerte patada paso muy cerca de su rostro, se quedó pálido al ver la tensión en el cuerpo de la chica, antes que sus ojos destellaran con un brillo salvaje.

Retrajo sus brazos a sus costados, viéndola con profunda tristeza.

—Yo doy aquí las ordenes, si no quieres seguirlas puedes irte cuando quieras—informo antes de bajar su pie.

Luego abrió la puerta caminando furiosa, ignorando las miradas preocupadas de Madeleine y Edmund, que al verse ignorados, pasaron a verle a él. Soltó un suspiro antes de darle las nuevas órdenes a una confundida Madeleine, quien inicio su trabajo.

En cambio Edmund vio preocupado las escaleras por donde desapareció Marinette.

Pero como todo lacayo que era, recordando vagamente la mirada de Marinette el día que lo recluto, como él había decidido obedecerle. Solamente bajo la mirada, su deber era seguir sus órdenes, al igual que todo akuma.

Eso no estaba bien.

Nino tenía un sexto sentido, tal vez no tan bueno como el de Alya, pero sabía que algo no estaba bien. Ese día Marinette había faltado a clases también, ya llevaba una semana entera sin presentarse. Por lo cual era estúpido pensar que ese día que no había clase, podría verla. Pero la profesora le había pedido a alguien que entregara el material visto, logrando terminar él con esa tarea.

Sus heridas ya eran superficiales, aunque su orgullo aún seguía herido.

—Maestro, debemos tener mucho más cuidado con os akuma—expreso con seriedad Wayzz, disfrutando de la inmunidad en su cuarto.

Donde la pequeña tortuga Kwami podía ser libre y estirarse.

Suspiro viendo el cuaderno que debía entregarle a Marinette con sus notas. Había quedado con Alya y Adrien (quien forzó un agujero ese día en su agenda) en una hora para ir junto s a la panadería de Marinette.

luz y oscuridad (MLB)Where stories live. Discover now