capítulo 13 - inicia la batalla

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Era muy extraña toda la situación, si alguien diría que eso pasaría hace una semana...o dos...probablemente se hubiera reído en su cara, con diversión y algo de dolor. Pero estaba pasando, ahora, en ese momento, había algo ahí dentro suyo, que no sabía qué hacer.

Todo parecía un simple sueño.

Del cual si era sincero, lo último que deseaba era despertar.

Ese balcón efectivamente, iba ser el lugar favorito para él, de ahora en adelante. Pues tener entre sus brazos a Marinette, mientras esta ágilmente enredaba sus manos tras su cuello para atraerlo a un beso.

Era como tocar el cielo.

Una sensación que jamás podría explicar y se quedaría corto a lo que sentía, era como un idiota enamorado y estaba a la palma de la mano de la chica.

Se separaron, luego de un largo beso y la vio con ojos de imbécil enamorado, descubriendo encantado, que en los ojos de ella había también un hermoso brillo. Cuando pensaba que no podía verle más hermosa, esta llegaba a demostrar lo contrario.

Quiso volver a besarla, pero ya era tarde y mañana había clases.

—Creo que debería irme—dijo casi sin aliento.

La vio sonreír algo maliciosa.

—Gatito...hace media hora que estás diciendo eso—le burlo.

Fingió estar enojado, antes de darle un suave beso, pero esta vez en la frente. La vio hacer un puchero, pero aceptar que era mejor que se fuera a descansar.

Había llegado hace varias horas, donde habían jugado algunos juegos de video, comido postres de la panadería y hablando de nada en realidad importante, solo temas triviales en la habitación. Sin olvidar los besos y los mimos, había descubierto encantado que a la chica le gustaba mimarlo y él como todo gato aprovechado, aceptaba sin reticencia.

Ella ocupaba dar amor por algún motivo.

Él ocupaba recibirlo.

Perfecto.

Pero también a ella le gustaba cuando él la sorprendía, con suaves besos inesperados que le hacían sonrojarse levemente.

Era tan...tierna.

No podía estar más feliz o enamorado.

Y solo había pasado una semana del baile.

Aun siendo Adrien, no hablaban mucho y tampoco sabía qué hacer con ese tema, temía que si dijera la verdad de que había tras su máscara, todo este sueño acabara. Quería estar siempre al lado de ella, que todo lo demás desapareciera y pudieran estar juntos en cada momento.

Pero no era posible, no cuando los asesinatos y extraños acontecimientos estaban pasando esta semana.

Acaricio la mejilla de la chica, quien sonrió levemente.

—Nos vemos luego preciosa—dijo guiñando un ojo y desapareciendo de su vista.

Ahora tenía otra razón más importante para proteger a la ciudad y a esa chica.

Sonrió algo tonta cuando se despertó ese día, camino tranquilamente por las escaleras e ignoro la mirada curiosa de Edward. Este parecía interesado en sus acciones, pero no comentaba nada. Al menos no era como Madeleine, quien estaba en su esquina enojada y viéndola resentida, por estar con el chico de forma...ya saben...particular. Edmund no decía nada y prefería comer cereal al lado de Tikki y Nooroo.

Detuvo sus pasos para ver a Nathaniel, sentado en un sillón, con el Miraculous del pavo real.

Que aún no salía.

luz y oscuridad (MLB)Where stories live. Discover now