capítulo 14 - verdad

177 18 3
                                    

Abrió los ojos lentamente, sin saber dónde se encontraba ni cómo es posible que aun estuviera con vida. Sus recuerdos estaban bastante bien, recordaba todo a la perfección y una parte de ella, pensó que ese golpe le tendría que haber matado de una vez por todas. Pero contra todo pronóstico y una estúpida buena suerte, el impacto de la sirena Scarlet, no había dado en el blanco.

Aunque su costado dolía a rayos.

Reconoció ese lugar después de un momento. Una enorme cama bastante amplia, un armario al fondo y una mesa con un adorno. Las paredes eran morado claro y la cama estaba con sabanas azules. Todo bastante elegante y costoso.

Era su escondite.

Era akuma.

Su guarida.

Se quitó las vías que tenía con suero, antes de ponerse de pie con dolor. Ignoro todo el equipo médico y probablemente que fue tratada estando inconsciente. No sabía la hora o cuánto tiempo llevaba en ese lugar. Solo que nuevamente había burlado a la muerte.

Pero...cuantas veces más podría decir lo mismo.

Ese juego era peligroso, estaba al borde de la muerte con mucha frecuencia, en cualquier momento, eso dejaría de ser un juego y moriría.

Salió del lugar, caminando en busca de alguien. Se detuvo al salir y ver a Tigrera frente a ella, con expresión tranquila, con Nooroo dormido entre sus brazos junto a Tikki.

Alzo una ceja antes de verla.

—Cuál es el informe—cuestiono algo preocupada.

—Fue solo un día inconsciente, por suerte Pyromane estuvo furiosa y luego de evaporar todos los ataques de esa sirena, logro dejarla inconsciente...y explotarle una pierna—explico esta algo divertida y emocionada de ver sufrir a esa mujer.

Negó con la cabeza con una mano en frente.

—¿Dónde está ella?—

—Está en detenciones, no podrá salir aunque lo intente gracias a los juguetes del Doc—

Pestañeo sorprendida, recordando como Lord Weapon sin duda era un gran inventor. Así que asintió antes de comenzar a caminar en dirección donde estaba el centro de detención, o en dirección al ascensor del lugar para ser más precisa e ir a la parte más baja del lugar, aunque traspasaba la tierra.

No tenía fuerzas para transformarse con ayuda de Nooroo, y solo traía puesta un pantalón holgado hasta las rodillas y una camisa algo holgada. Igual Tigrera a su lado le paso una máscara que se puso para disimular al menos la mitad de su rostro, además de hacerle una cola de caballo.

Cuando llego al piso correcto, camino tranquilamente por aquel lugar que parecía de metal por todos lados. Deteniendo sus pasos al ver a un hombre. Tendría cuarenta años, pero se conservaba bastante bien para su edad, su cuerpo era bastante musculoso y su cabello negro, casi no tenía canas. Sus expresiones eran algo arrugadas, pero nadie pensaría su edad. Incluso ella sin conocerlo diría sin temor que tendría treinta o menos de esa década.

Pero tenía 40 años.

Era increíble.

Volteo a verla con esos ojos castaños, que una vez eran totalmente oscuros y que no parecían brillar, pero que ahora eran algo amables. Con un poco de cariño para los miembros de akuma.

—Mi señora, Tigrera, me alegra ver que ambas están en óptimas condiciones—musito de forma tranquila, vistiendo ropas comunes, con una bata de laboratorio sobre esta.

Ella sonrió levemente.

—No tienes que ser tan formal, vine porque me comentaron que aquí está la prisionera—

luz y oscuridad (MLB)Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu