capítulo 12 - baile

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Había ocasiones donde soñaba con sus padres, pocas, pero ahí estaban en su mente cuando despertaba. Muchas de esas ocasiones eran cuando su padre solía estar a su lado cuando era pequeña, siempre contándole cuentos antes de dormir, sobre historias fantásticas, príncipes y dragones escupe fuego. Su madre probablemente se apoyaría en la entrada de su cuarto, riendo divertida de las historias que su esposo inventaba, para que ella dejara de tener miedo y disfrutara esa noche.

También una vez soñó con su padre horneando, casi podía jurar sentir el aroma que solo su pan desprendía, su concentración amasando y diciéndole que fuera a su lado, para poder enseñarle todo lo que sabía.

Otras con su madre, explicándole sobre el arte del bordado oriental, y ella intentando hacer algo de forma torpe. Ambas haciéndole ropa nueva a sus muñecas.

Esos pequeños momentos que no supo apreciar.

Por eso cuando despertaba en la mañana siguiente con lágrimas, miraba el techo de forma perdida. Deseando que sus sueños fueran una dulce realidad, no como la pesadilla que era su vida día con día. No es que no tuviera cosas buenas, pero a veces se preguntaba si lo dejaría todo por unos momentos más con sus padres.

La respuesta inmediata era un sí.

Dejaría todo tirado, para verlos nuevamente.

Sonrió de forma amarga mientras se alistaba para el día de clases que le tocaba, pensando que si fuera algo más valiente, tal vez se hubiera suicidado hace mucho.

Pero Edward la quería con vida por el momento, también Madeleine y Edmund, aún tenían cosas que hacer.

Cuando paso por la sala, se detuvo para ver a Edward sentado en la sala, comiendo una papilla para bebes. Mientras Madeleine estaba con un video juego y Edmund, estaba esperándola en la entrada.

El mayor pareció sentir su presencia, pues volteo a verla confundido.

Ella frunció el ceño.

—¿Ahora que hice?—pregunto este enojado.

Su piel aun no regresaba del todo a la normalidad, pero era comprensible, aún era el segundo día. Al menos sus ojos parecían mejor y su mirada algo normal.

—No dejar que me matara hace mucho—indico con rencor.

Madeleine mastico su galleta, ignorando la lucha de ambos.

En cambio Edward sonrió de forma maliciosa.

—Cúlpame si quieres, igual no puedes matarte—comento guiñándole un ojo.

Apretó más los dientes, antes de salir dando un fuerte portazo.

Despertó de mejor humor del que pensaba, últimamente no comprendía por qué, pero a pesar que las cosas con Marinette aún estaban algo, pues, tensas, como Chat Noir era todo lo contrario. Toda la semana había pasado en las noches en la casa de la chica, jugando video juegos, comiendo comida y viéndola dibujar...no sabía, pero ella tenía un gran talento en esa área.

Era curioso, como algo puede ir de maravilla y como una mierda al mismo tiempo.

Como Chat Noir, Marinette siempre estaba risueña y dispuesta hablar, no mucho sobre ella misma, pero si hablaba. En cambio como Adrien, lo evitaba casi inconscientemente y no hablaba al menos de ser necesario, lo cual tristemente, no era mucho.

Como alguien puede quererte y odiarte al mismo tiempo.

Quería hacer algo, solucionarlo.

Chat Noir era su contraparte, la cual no tenía miedo de nada y no tenía presiones sobre sus hombros, quien era un héroe, alguien admirable por todos. Pero si bien era él, también Adrien lo era, alguien más tímido y reservado en algunas áreas, que es amable con todos y que quiere ayudar a su padre.

luz y oscuridad (MLB)Where stories live. Discover now