Capítulo Siete

264K 32.5K 50.3K
                                    




Capítulo siete.

21 de julio, 2015.


Kurt: me está sucediendo una mierda

Mi Romeo: ¿Qué pasa, Julieta?

Kurt: J quiere follarme.


Hablo con la letra porque cuando tocamos temas así de delicados por chats, somos muy precavidos.


Mi Romeo: ¿Es cínico que no me sorprenda?

Kurt: dijo que puede abrirme muchas puertas o cerrarlas

Mi Romeo: quiere intimidarte

Kurt: lo sé. No pienso hacerlo, pero ahora no estoy cómodo en el set y es una mierda

Mi Romeo: lo siento de verdad. Sé cuánto jode esa situación

Mi Romeo: ¿Kari lo sabe?

Kurt: solo lo sabes tú

Mi Romeo: es una situación de mierda

Mi Romeo: escucha, te llamo mañana y hablamos bien sobre esto

Kurt: va

Mi Romeo: y oye, me llena de orgullo que no cedieras, sé que aterra cuando te dicen que te cerrarán puertas, pero tú eres grande y podrás abrirlas

Kurt: podría decir que te amo

Mi Romeo: podría decir que también jaja descansa.

Kurt: tú igual. Pórtate bien.

Mi Romeo: siempre


—La comida está lista, bebé.

Alzo la vista del celular y veo por detrás del sofá en donde me encuentro tirado. Tía Karina, con la más grande de las sonrisas, espera una reacción de mi parte.

—Te dije que no tengo hambre, Kari.

Mi tía frunce el ceño nada feliz, arroja sobre el mesón la manopla con la que sacó algo del horno y camina hacia mí con paso firme. Mierda, me siento como un bebé al que van a darle el sermón de su vida. Ella toma una silla de la pequeña mesa del apartamento donde me hospedo, la arrastra hasta dejar frente al sofá donde estoy acostado.

Se sienta, cruza una pierna sobre la otra y une sus manos. Una mirada fiera se instala en sus ojos y la miro un tanto nervioso.

—Siéntate, Kurt. No lo diré dos veces.

No me preguntes cómo es que una mujer que mide mucho menos que yo, logra intimidarme. Pero ¡Joder! Tía Karina tiene todo mi respeto. Así que hago lo que me pide e incluso enderezo mi espalda contra el respaldo del sofá.

Asiente hacia mí y esa es una señal que me pide para hablar, el que no lo haga de inmediato parece impacientarla.

—No sé qué quieres que te diga, Kari —comento.

— ¿Qué te tiene así? Y antes de que digas algo como: así cómo —Intenta imitar mi voz y eso me hace sonreír—. Me refiero a este aura tristón.

Suspiro y vuelvo acostarme en el sofá, la escucho gruñirme.

— ¿Por qué me dejaron ser actor, Kari?

— ¿Qué?

—Sí, ¿Por qué no me dijeron que hiciera otra cosa?

—Porque dijiste que era tu sueño y aunque nos aterró, te apoyamos.

Enloqueciendo a Kurt (BG.5 libro #4.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora