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Todos corrían desesperadamente intentando no detenerse para que la reina Jadis no logrará alcanzarlos.
— Por aquí! — Dijo la mujer del Castor guiando a los demás hacia una pequeña cueva donde podrían esconderse.
El trineo estaba apunto de acercarse a ellos así que de inmediato lograron esconderse pero eso no quiso decir que lograrán salir desapercibidos. El trineo se detuvo causando el horrible sentimiento de miedo en todos ellos.
— Iré a ver...— Peter quién se había ofrecido para salir a investigar fue detenido por el Castor al darse cuenta que el rey de Narnia colocaba su vida en manos del peligro.
— Cuida de ellas, yo iré a ver, tu eres importante — Dijo el Castor antes de irse.
— También lo eres — Dijo su esposa intentando detenerlo pero él daría su vida por sus reyes y esposa así que le dió una cálida sonrisa, y salió del escondite.
Génesis tomo de la mano a la mujer para transmitirle tranquilidad por su esposo, pero se sobresalto un poco cuando el Castor apareció con una sonrisa en su rostro.
— Espero que se hayan portado bien por que alguien desea conocerlos — Dijo el Castor dejando confusos a los demás.
Peter fue el primero en salir para corroborar que todo estuviese bien, las chicas y la esposa del Castor salieron detrás de él y su expresión de sorpresa fue tan notoria que la persona quién los estaba esperando soltó una pequeña risilla.
— Feliz navidad señor — Dijo Lucy con asombro.
Génesis miro a Susan y ambas no podían creer que estaban enfrente al mismísimo Santa Claus.
— Si que lo es Lucy, desde que ustedes vinieron — El hombre de barba blanca posó su mirada en los cuatro chicos.
— He soportado mucho desde que llegué, pero esto...? — Susan miro algo irritada a Génesis y Peter la interrumpió.
— Creímos que era la Bruja — Dijo Peter fulminando con la mirada a su hermana.
— Sí me disculpó por eso, pero a mi defensa he conducido uno de estos antes que ella — Dijo el hombre mirando su trineo.
Susan con algo de confusión confesó que en Narnia no se celebraba navidad y así era, todo gracias a la Bruja blanca que había quitado toda la felicidad al pueblo de Narnia pero lo único que no había logrado acabar con ellos eran sus esperanzas que algún día alguien logrará terminar con ella y su maldad.
— Regalos! — Dijo la menor de los Pevensie al ver la enorme bolsa que Santa Claus traía en su trineo.
Fue la primera en acercarse pero el hombre en vez de entregarle un obsequio le dió elementos que podrían ser de mucha ayuda en una futura batalla.
— El jugo de la flor del fuego, con una sola gota basta y curará cualquier herida, ojalá nunca debas utilizar esto — La niña con cuidado tomo los obsequios que el hombre le había entregado —. Susan, este arco nunca falla si colocas tu confianza en él.
— Yo pensé que las batallas eran algo repugnantes — Dijo Susan causando un pequeña carcajada por parte de Santa Claus.
— Y aún que no tengas problemas en que te escuchen, sopla esto y donde quiera que te encuentres recibirás apoyo — Susan con una sonrisa le agradeció y se alejo un poco cuando nombraron a su hermano —. Peter, el tiempo de usar esto tal vez llegue pronto.
Génesis miraba con una sonrisa a Peter quien sacaba su espada como todo un guerrero y la observaba maravillado.
— Esto no son juegues son herramientas — Dijo el hombre mirando a los tres niños y luego posó sus ojos en la chica —. Acércate Génesis.
La chica miro a los Castores quienes estaban abrazados y mirando aquella escena felices, el Castor le asintió a Génesis y ella con lentitud se acercó al hombre quien observó su rostro mientras soltaba un tembloroso suspiro.
— Mi madre con alegría y entusiasmo me leía historias sobre tí, ella deseaba verte algún día y cuando estaba apunto de soltar su último suspiro tome su mano, y prometí que te conocería por ella — El hombre extendió su mano para que Génesis la tomara —. No necesitas herramientas para las batallas por que como todo habitante de Narnia que te ha conocido y ha dicho, posees grandes dones que nadie posee por eso solo tengo para tí algo muy importante, el brazalete favorito de mi madre — El hombre de barba blanca le entrego un brazalete plateado a la chica dejándola sorprendida —. Al fin logro conocerte Génesis, gracias.
La chica miro a Santa Claus con una sonrisa sorprendida y no duró ni un segundo en abrazar al hombre agradeciéndole por todo.
— Bien debo irme majestades, el invierno está llegando a su fin y las cosas se acumulan cuando te ausentas 100 años — Santa Claus tomo sus cosas y las guardo otra vez en el trineo para luego mirar a los reyes, y Castores antes de irse —. Larga vida a Aslan y feliz navidad!
Los niños y los Castores veían como Santa Claus retomaba su camino otra vez.
— Dijo que el invierno estaba llegando a su fin — Dijo Peter mirando a Génesis —. Eso significa no más hielo...
