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— Es cierto, él murió — Dijo Peter saliendo de la tienda y acercándose a su hermano, a Génesis y al centauro Oreius.
— Entonces tu tendrás que guiarnos — Dijo Génesis y Edmund asintió.
— Peter, hay todo un ejército que está listo para seguirte — Acotó el menor de los Pevensie.
— No puedo hacerlo — Peter miro el mapa y luego a la chica.
— Aslan confiaba en tí, nosotros también.
— El ejercicio de la bruja se acerca señor, que ordena? — Pregunto Oreius.
Peter se mantuvo preocupado pero no abandonaría a Narnia, lo haría por todos los narnianos quienes deseaban sus tierras y sobre todo lo haría por Aslan.
Todos se dirigían hacia el campo de batalla, Peter ordenó que Edmund y Génesis se mantuvieran lo más alejados posibles del enfrentamiento aún que colaborarían para derrotar a la reina Jadis.
— Señor con todos mis respetos pero necesitamos de la elegida, ella posee gran poder que la bruja no — Dijo Oreius mirando a Génesis y luego a Peter.
— No voy a arriesgarme a que Génesis salga herida desde un comienzo. Pero si es necesario daré la orden cuando deba bajar — Dijo Peter y la chica asintió.
Todos los narnianos se encontraban en sus posiciones, Peter antes de irse miró a su hermano y luego a la chica quien no logro contenerse y enredo sus brazos alrededor de Peter formando un cálido abrazo.
— Cuídate y si en verdad me necesitas solo da la orden e iré, pero hazlo Peter — Dijo Génesis y él asintió.
Génesis regreso con Edmund y los demás narnianos que estaban arriba de una montaña. Y a los pocos minutos apareció un hipogrifo que voló alrededor de su bando para luego aterrizar junto a su rey, Peter.
— Nos superan en número — Dijo el hipogrifo.
— Los números no ganan batallas — Respondió Oreius intentando mantener las esperanzas.
— No, pero son de mucha ayuda — Respondió Peter.
A lo lejos se podía ver como el ejército de la bruja blanca se estaba haciendo presente, eran demasiados y el hipogrifo tenía razón les ganaban en número.
— Esto no será sencillo — Susurro Génesis y miró a Edmund quien pensaba lo mismo.
Los soldados de la bruja se detuvieron cuando estaban a una distancia deseable para Jadis, pero cuando la mujer dió la orden sus aliados comenzaron avanzar nuevamente, Peter levantó su espada con la atenta mirada de su pueblo esperando la orden de atacar. A los pocos segundos una bandada de hipogrifos comenzaron a llegar y a lanzar rocas gigantes que caían encima del enemigo.
