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Todos los narnianos miraban con odio a la bruja quien estaba sentada en un trono mientras que sus aliados la acercaban hacia Aslan.

— Jadis la reina de Narnia, emperatriz de las islas solitarias! — Gritaba un enano anunciando la llegada de la bruja blanca.

Edmund trago en seco al volver a verla y sintió un horrible escalofríos recorrer por todo su cuerpo.
Génesis la miraba con seriedad y brazos cruzados, como si no sintiera temor alguno ante ella. Y fulminó con su mirada a la reina Jadis cuando la bruja blanca comenzó a dirigirse hacia Aslan mientras observaba a Edmund y luego a ella.

— Hay un traidor en tus tropas, Aslan — Dijo Jadis causando murmullos por parte de algunos.

— Su ofensa no te ha hecho ningún daño — Respondió Aslan con suma tranquilidad.

— Olvidaste las leyes por las cuales Narnia se formó? — Pregunto la bruja causando molestia por parte de Aslan quien soltó un leve rugido ante su respuesta.

— No recites la gran magia ante mí, Bruja — Dijo Aslan —. Estuve ahí cuando fue escrita.

— Entonces sabes ya que, todo traidor por ley es mío — Dijo Jadis —. Su sangre es de mi propiedad.

A los pocos segundos se oyó el filoso sonido de la espada de Peter.

— Intenta llevártelo — Dijo Peter defendiendo a su hermano menor.

El mismo minotauro que fue herido por Génesis también saco su hacha en defensa hacia su reina, otros narnianos y Génesis estaban dispuestos a defender a los Pevensie ante los aliados de la bruja si era necesario.

— Y crees que lograrías por la fuerza negarme mi derecho, niño rey — Aquellas palabras burlescas enojaron aún más a Génesis.

La chica comenzó a sentir una horrible presión que deseaba salir en contra de Jadis, pero se contuvo cuando recibió una mirada por parte del león.

— Aslan sabe que si no recibo la sangre que la ley demanda — La bruja miro a su alrededor a todos los narnianos y a sus aliados —. Toda Narnia va hacer devastada y perecera en fuego y agua. Ese muchacho — Apunto a Edmund —. Morirá...en la mesa de piedra, así lo dice la tradición es cierto y lo sabes bien.

Los narnianos y niños estaban preocupados por la vida de Edmund ante la ley de Narnia.

— Suficiente — Dijo Aslan llamando la atención de todos —. Lo discutiré contigo a solas.

Aslan y Jadis ingresaron a la tienda del gran león dejando a todos intrigados y en la espera.

Ya había pasado una hora y no había noticia alguna ni de Jadis, ni de Aslan. Los niños al igual que otros narnianos se encontraban sentados en el suelo ante la espera del gran león.
De pronto todos se levantaron al ver a la bruja blanca salir de la tienda y detrás de ella a Aslan.

— Ha renunciado al sacrificio del hijo de Adan para siempre — Dijo Aslan acabando con el suspenso e intriga que había en todas las criaturas y niños ante la larga espera.

— Como se que tu promesa será cumplida? — La bruja blanca miro a Aslan y él le respondió con un rugido que dejó sentada a la reina Jadis.

Algunos rieron por ello y otros se acercaron a celebrar con Edmund y los demás humanos al saber que la bruja blanca no lo mataría.

— Te dije que todo estaría bien — Dijo Génesis abrazando a Peter por la gran noticia.

— Lo sé y otra vez gracias por salvar a Edmund, y preocuparte por todos nosotros — Dijo Peter aferrando a Génesis en sus brazos.

La chica estaba con una enorme sonrisa pero al ver a Aslan con una expresión triste su sonrisa se borró causando confusión en su rostro, intentaba pensar que ocurría con el león pero ningún motivo se le venía a la mente.








[...]







La noche reinaba en las tierras narnianas causando que todos los habitantes de ese mundo estuviesen dormidos y descansando para obtener nuevas energías para el día del mañana. Pero uno de ellos no lo hacía, Aslan, quien se dirigía lejos de su campamento, antes de irse paso por las tiendas de los reyes y reinas de Narnia y elegida. Lucy logro oírlo y verlo, se acercó a su hermana Susan y la despertó para que fuera con ella averiguar hacia donde se dirigía el rey de los bosques.

— Y Génesis? — Pregunto Susan mirando a su amiga que dormía plácidamente —. La despertamos?

— Déjala dormir se ve muy cansada — Dijo Lucy y la mayor asintió para salir con su hermana de la tienda.

« Gritos y aullidos se oían en medio del bosque narniano donde se encontraba la mesa de piedra.

El espíritu de Génesis se escondía detrás de unos árboles mientras observaba a los horripilantes demonios que la bruja tenía a su favor.

— Hija mía, no llores ni te aferres al dolor. Los humanos, tu humana te necesita para batallar contra la sangre venenosa de la bruja blanca. Ve con ella, origen del todo...libera a Narnia junto a los reyes y da alegría a este pueblo aterrado y vacío, crea aquellas maravillas que has creado junto a mí en tu estadía en Narnia pequeño espíritu inocente pero valiente, deposita tu confianza en ella y hazte una mujer poderosa como se te fue declarado hija mía...no llores mi delicado espíritu, yo volveré »

Génesis despertó exaltada y con sus mejillas mojadas, se levantó de su cama de inmediato pero se detuvo cuando pétalos comenzaron a ingresar a su tienda formando la figura de una mujer.

— Él está bien? — Su pregunta fue directa aferrándose a lo visto en su sueño.

— Murió hace unos minutos en la mesa de piedra, gran Génesis — Dijo con tristeza aquella mujer.

Génesis cayó de rodillas al suelo mientras sus lágrimas brotaban de sus ojos, la ninfa se acercó para detener una lágrima que estaba apunto de caer al suelo y luego acercó su mano al pecho de la chica.

— Descuida, tu espíritu sanara cada herida en tu corazón — Dijo la mujer para luego irse de la tienda.

La chica se levantó del suelo limpiando con cada lágrima que bajaba por su mejilla y se vistió inmediatamente colocándose otro atuendo que no fuese vestido por que sabía que debía estar preparada para la batalla.

𝐆𝐄𝐍𝐄𝐒𝐈𝐒 |𝐏𝐞𝐭𝐞𝐫 𝐏𝐞𝐯𝐞𝐧𝐬𝐢𝐞|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora