Cap.82

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Ed ingresó, cerró la puerta y corrió a los pálidos brazos de su novio.
Ambos lloraron y temblaron, mientras juntaban sus labios con desesperación.

-¡Mick, dime que tú no lo hiciste...!

-¡claro que no mi amor, nunca lo haría!

-¿cómo estás bebé, como te sientes?- le preguntó Ed acariciándolo suavemente.

-ahora que tú estás aquí, mucho mejor!- profirió el pelirrojo; tenía un tubo de oxígeno en su nariz, y suero en una de sus manos.

-viajé mas de cuatro horas en auto, vine apenas me enteré, bebé no me apartaré de ti, creí que te perdía para siempre

-¡te amo Ed...!

-¡también yo amor!

-¡dime que nadie te vió entrar, Levine no debe verte aquí!

- no bebé, no te preocupes, nadie me vió además él tiene prohibido verte...

-Ed debes saber que fue él quién me envenenó, me dió de beber champagne y no sé en que momento le puso algo en la bebida, todo pasó tan rápido...

-tranquilo Mick, ese hombre las pagará muy caro todo lo que te hizo.

-sí eso espero, ¿mi amor tienes tu teléfono móvil? Debo hacer una llamada.

-¡oh sí claro!-

Mick marcó con cierta dificultad y habló con Tim (su ex compañero de banda), le pidió el favor que retire sus maletas de la mansión, procurando que Levine no lo viera.
Este lo hizo; con mucha cautela retiró las maletas y las llevó hasta un hotel alejado de allí, en dónde Mick se hospedaría luego de su alta médica.

 

La habitación se llenó de regalos y cartas de fans

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La habitación se llenó de regalos y cartas de fans.
Al día siguiente festejaron la recuperación de Mick.
Ed se mantuvo junto a su novio los siete días en los que estuvo hospitalizado.

Cuando fue el día del alta médica, aunque se sentía un poco débil, salió del nosocomio junto a Ed, a este no le importó si lo veían con Red. Los flashes de los paparazzis no se hicieron esperar.

Subieron al auto de Ed y se dirigieron a aquél hotel.

-¡están juntos!- dijo una voz ronca, dentro de un auto negro escondido en una de las calles laterales del hospital.

Ed debía volver a Manchester, así que acordaron que primero iría Ed en su auto, y luego seis horas después, (de incógnito y para no levantar sospechas) el pelirrojo viajaría y se encontrarían en el ahora lujoso hotel de Iow.

Ed debía volver a Manchester, así que acordaron que primero iría Ed en su auto, y luego seis horas después, (de incógnito y para no levantar sospechas) el pelirrojo viajaría y se encontrarían en el ahora lujoso hotel de Iow

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El joven médico manejaba un tanto apurado, pero justo al límite, a punto de salir de la ciudad de Londres, dos autos negros se le interponen en su camino bloqueándole el acceso.
Sin mediar palabra alguna, dos hombres vestidos de negro salen de los vehículos con dos armas cada uno. Dispararon contra el lujoso auto de Ed.
En un instante una lluvia de balas cayó sobre el vehículo, luego de este hecho, los dos autos negros acelerando lo más que pudieron, se esfumaron...

Ed estaba temblando, abrió sus ojos poco a poco y observó sus manos, su respiración y los latidos de su corazón eran acelerados; ese fue el momento en el que agradeció a Dios el haber comprado un auto blindado.
Ninguna bala penetró ni en el vidrio, ni en las puertas del vehículo.
Un escalofrío le recorrió todo su cuerpo, habían intentado matarlo y de seguro aquellos sicarios se alejaron pensando que habían logrado su cometido. Todo pasó tan rápido que el joven por las dudas se examinó, pero todo estaba bien.

Observó intranquilo para todos lados, se sintió perseguido, sin dudarlo aceleró con todo y se marchó de allí.
Durante el camino tuvo que parar, tomó su teléfono móvil y llamó a Red.
Nervioso le contó lo que le había pasado y le rogó que por favor tuviera mucho cuidado al volver a Manchester, el pelirrojo muy conmovido por el hecho, hizo caso y con muchísimo cuidado viajó a su ciudad. Gracias a Dios nadie lo interrumpió en el camino.

Simply Love  (S.R)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora