Cap.94

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11 años después:

Mick y Gabriella llegaban a su mansión en Londres, venían del hospital, ya que Red se había hecho unos chequeos.
Mientras iban entrando tomados del brazo, conversaban:

-cuando el médico me revisó no, pude evitar pensar en él- suspiró el pelirrojo

-¿denuevo piensas en él?

-es que... todo me recuerda a él ¿Sabes?, cuando aún éramos amigos, Ed practicaba conmigo- rió- una vez yo me había lastimado uno de mis hombros haciendo un trabajo ocacional que requería bastante esfuerzo, le conté lo que me pasaba e hizo que me quitara la camisa. Sentí sus manos en mi hombro... eran tan cálidas... fué tan delicado cuando me tocó. Jamás en mi vida había sentido manos tan suaves y delicadas. En mi niñez mis hombros siempre fueron tocados por manos ásperas y repugnantes, pero sus manos... ahh, sus manos eran sublimes...

-Mick, lo lamento tanto, yo te quiero y lo sabes, pero lo que más deceo en el mundo es que lo encuentres.

-¡también te adoro Gabriella, si ojalá lo encuentre... ojalá!

-¡señor Mick!- lo interrumpió el ama de llaves- ¡es su hijo denuevo!

-¿revisaron su habitación?- preguntó exaltado

-¡no, quizás este allí?

Red se precipitó subiendo las largas escaleras hasta la habitación de su hijo.

-¡Ed, Ed dónde estás?- lo llamaba desesperado

Estaba por golpear la puerta de la habitación, pero se detuvo a leer lo que decía en ella:

"NADIE PUEDE ENTRAR AQUÍ SIN MI PERMISO A MENOS QUE SEAS MI MASCOTA".

Mick observó horrorizado que debajo la puerta estaba rota, con una abertura para que solo el gato del chico pueda entrar y salir a su antojo.

-¿¡Dios, qué voy a hacer con este chico!?- dijo molesto.

Ingresó a la habitación, todo estaba ordenado pero faltaba su guitarra, y él joven no estaba.
Mick frustrado, bajó las escaleras denuevo, él ya se imaginaba donde estaba su hijo.

-¡¿lo encontraste!?- dijo Gabriella preocupada

-¡no, no está, debemos ir a buscarlo denuevo!

Mick y Gabriella, junto a un chofer, subieron a un auto y se aventuraron a buscar al joven por las calles de Londres. Sabían que de seguro en alguna esquina del centro, lo encontrarían tocando su guitarra.

-¡Mick no seas tan duro con él!- decía Gabi

-¡es que, no tiene necesidad de hacer esto, no quiero que sea músico callejero; las personas a veces son muy crueles y no puedo permitir que le pase lo mismo que me pasaba a mí!

-¡quizás quiere darse a conoser de esa manera o quiere seguir tus pasos tal cuál!

-Gabriella, él ya tiene 18, desde los 15 años que nos hace esto, se escapa sin pedir permiso y toca en la calle como si necesitara limosnas, yo lo hacía por necesidad, pero no quiero eso para él.

-¿no piensas que ya es tiempo de dejarlo volar?,  es decir, él ya es mayor de edad, no digo dejarlo salir con cualquiera, hablo de dejarlo hacer lo que el ama y que al parecer es esto. Mick, quizás el quiere seguir con tu esencia.

-¡puede ser, pero igual lo castigaré, ni siquiera avisa cuando se va y nos preocupa!

-solo es cuestión de volver a hablar con él- reflexionó Gabriella

Siguieron buscando, hasta que en una esquina lo encontraron tocando su guitarra. La funda del instrumento estaba abierta sobre el suelo, allí las personas que pasaban le lanzaban monedas y billetes.

Mick bajó la ventanilla del auto y le  gritó:

-¡Ed, ven aquí inmediatamente!-

Al instante que dijo esto hubo un click en su mente, había sonado exactamente como el odioso padre de Ed, aquél otoño del 82 cuando conoció a su amor.
Se colocó lentes oscuros y bajó del auto, tomó un billete y se lo puso en la funda.
El joven siguió cantando hasta acabar el tema, su padre lo aplaudió.

-¿Ed denuevo aquí? Ya lo hemos discutido ciento de veces

-¡papá por favor no empieces!

-sube al auto, lo discutiremos camino a casa.

El chico tomó la recaudación, guardó su guitarra y subió junto a su padre al vehículo.

-Ed yo...

-¡papá por favor!- lo interrumpió- ¡ya tengo 18 años, solo quiero darme a conocer y ayudar a unos amigos!

-lo sé pero te lo hemos dicho muchas veces...

-¡la calle es peligrosa, te puede pasar algo...!- interrumpió él chico denuevo.

-así es, pero escúchame... ¿es esto lo que quieres?

-¡pues sí, por favor papá déjame hacerlo!

Mick suspiró.

-¡esta bien, te dejaré hacerlo, pero con una condición... solo avisanos dónde irás a tocar para que tu madre y yo no nos preocupemos!

-¡¿de veras?!- se emocionó el joven

-¡claro que sí Ed, ya tienes 18, solo promete que seguirás estudiando!

-¡sí claro que sí, gracias papá, los quiero!- se emocionó el joven pelirrojo- ¡hey Bob, detente aquí un momento!

El auto se detuvo y Ed bajó, la recaudación que había hecho se la entregó a unos ancianos indigentes que pedían monedas en una esquina. Luego subió al auto denuevo.

Siguieron su camino a la mansión.

-oh hijo estoy tan orgulloso de tí, ¿siempre haces eso?

-sí, ellos son mis amigos, lo que recaudo siempre se lo doy a ellos, lo necesitan más que yo.

A Mick se le llenaron sus ojos de lágrimas.

-me recuerdas a un muy buen amigo que tuve, él siempre ayudaba a los más necesitados.

-¡ya ves papá, no hay nada malo en esto!

Simply Love  (S.R)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora