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Nai se acerco a donde hace algunos momentos estaba Rogers, se sentó a la orilla de la cama y tomo la libreta que el rubio había dejado.

En la libreta estaba un boceto de una pareja, los rostros no se distinguían bien pero la chica era sumamente más pequeña que el hombre.

Nai sonrió inconscientemente, le gustaba aprender cosas nuevas sobre el capitán.

Minutos después Steve salio del baño empapado y con la misma ropa con la que se había metido.

—Olvide la toalla y la ropa— Aclaro levemente apenado, la chica río levemente, tomo la toalla y la ropa que estaba junto a ella y se la lanzo a Steve.— Gracias— El rubio entro al baño nuevamente.

Nai continuo mirando los dibulos que se encontraban en la libreta, eran hermosos, jamas pensó que Steve dibujara tan bien. Sin embargo se detuvo en uno que le llamo la atención  era el rostro de una mujer.

En ese momento Steve salio del baño, la chica cerro la libreta rápidamente, miro al rubio y su corazón dio un brinco.

Steve estaba secándose el cabello pero esa no era la cosa, estaba casi desnudo a excepción de que traía bóxer ajustado.

Nai se quedo boquiabierta pero entendía que ella era la que estaba ahí estorbando y probablemente el durmiera en ropa interior siempre.

—Dormire en el sofá— Anuncio Steve tomando una almohada de la cama, Nai negó con la cabeza.

—No permitiré eso, yo soy la invitada, es tu casa— Steve se detuvo y miro a la chica con el ceño fruncido.

—Por eso, eres la invitada, debes dormir en la cama— Afirmó el rubio con confusión.

—Steven Rogers, no dejare que por mi culpa duermas en el sofá— Exclamó la chica de cabello gris.

—¿Entonces que hacemos?—

Hubo algunos segundos de silencio y a la chica se le ocurrió una idea.

—Dormir juntos—

Nai y Steve estaban acostados en la cama, era lo suficientemente grande para los dos, ambos miraban el techo con cierto grado de incomodidad hasta que por fin el rubio cayo dormido, acostumbraba a dormirse más temprano que Nai.

La chica de cabello gris se giro hacia Steve y miro con detenimiento cada detalle de su rostro, sus pestañas, sus cejas, su nariz y sus labios.

Sus labios, un pensamiento paso rápidamente por la cabeza de Nai, acerco su rostro demasiado al del capitán, tanto que sus respiraciones chocaban entre si.

Entonces se dio cuenta de lo que estaba haciendo y se giro rápidamente, cerro los ojos y fingió estar dormida para que le diera sueño, eso siempre funciona.

Habían pasado varios minutos y Nai seguía despierta, tal vez era su insomnio que siempre había tenido, estar en un lugar diferente o tal vez solo era estar acostada junto al capitán América.

A la mañana siguiente el rubio fue el primero en despertar, Nai estaba acostada hacia el pero con un ligero espacio entre ellos.

Steve la miro, ahí tan pequeña, tan inocente, tan pura, las ganas de protegerla le inundaron, entonces los pensamientos culposos que había tenido se desvanecían.

Tal vez solo era eso, quería cuidarla, no sentía nada por Nai, solo deseaba protegerla.

Eso se decía Rogers.

—Steve— Musito la chica moviéndose un poco en la cama, el rubio la miro intentando descifrar que estaba soñando.

En eso la chica movió su cuerpo hacia el de Rogers pegando sus pechos al rubio, este contuvo la respiración.

—Nai— Intento despertarla pero la chica no reaccionaba.

La chica de ojos azules puso su brazo en el cuello de Steve provocando que la camisa que traía se levantara dejando a la vista sus bragas.

Steve se quedo observando el rostro de la chica, su fuerza de voluntad era enorme para no mirar hacia abajo.

Sin embargo Nai levanto la pierna, la puso sobre la de Steve y escondió su rostro al pecho del rubio.

Entonces algo entre las piernas de Steve creció, el rubio se puso rojo al instante y se hizo para atrás cayendo de la cama.






•OMNIA• Steve Rogers [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora