•OMNIA• Steve Rogers [CANCELADA]

•44•

Natasha había ido al hospital a despedirse de Nai, la chica estaba moviendo las cosas de su habitación con sus poderes.

—Hola— Saludo la pelirroja sentándose al lado de la chica. —Vine a despedirme— Nai fruncio el ceño.

—¿A donde iras?—Pregunto la chica mientras dejaba las cosas en su lugar.

—Aun no lo se— Contesto Nat con una media sonrisa.

—No dejare que te vayas— Natasha alzo una ceja —Nat, ya no debes esconderte, debes ser tu simplemente—

—Tal vez— La pelirroja suspiro. —Bueno, supongo que intentar algo nuevo es desafiante—

—Así, ¿que eso es un te vas a quedar?— Natasha asintió con una sonrisa.

—Bueno perfecto, ahora vámonos de aquí— La chica se puso de pie y tomo una mochila que tenia a su lado.

—¿Ya te puedes ir?— Nai alzo los hombros.

—No lo se, pero no me gusta estar en los hospitales— Nai entro al baño —Y ¡la comida de aquí es horrible!— Grito desde adentro.

La chica salio ya vestida y ambas salieron de la habitación.

—Si se va ir necesito que firmen esto, es el alta voluntaria— Nai asintió y firmó —Necesito que un adulto la firme— Nat la firmo también.

Salieron del hospital y se dirigieron a la casa de Nai, tenia mucho que no veía a su madre.

—Llegamos— Dijo Romanoff saliendo del auto.

—Perfecto por que me muero de hambre— Entraron a la casa, en la sala estaba Enid revisando unos archivos en la pantalla.

—Te dije que no te escaparas— Musito el hombre, dejo la tablet que sostenía en la mesa. —Tu madre quiere hablar contigo, es importante— La chica asintió.

—Hola Enid— Saludo Nat con una sonrisa revisando los archivos que estaban en la pantalla. —Son bases de Hydra?— Enid asintió con la cabeza.

—Si, Stark me pidió que revisara las ubicaciones— Nat fruncio el ceño —Nos quiere ver a todos mañana en la torre—

—Nat se quedara hoy, iré con mi madre— Nat la miro confundida y la hica le guiño un ojo, después se fue a buscar a su madre.

Seele estaba en su oficina, revisando algunos archivos.

—Stark?— Pregunto la chica mirando lo que su madre hacia.

—No, es a lo que fui a México— Nai abrió levemente los ojos con curiosidad.

—Oh, si Enid me hablo sobre eso, pero a la vez no me dijo nada— Bufo la chica.

—Para que entiendas la magnitud del problema necesito contarte primero nuestros orígenes y el porque estamos aquí— Su madre se puso de pie y cerro las cortinas.

La habitación se volvió completamente oscura, era como el cielo nocturno pero sin estrellas.

—Hace demasiado tiempo los celestiales fuimos creados por el cosmos—

De la oscuridad surgieron figuras humanoides con armaduras resplandecientes de diversos colores.

—Pero nuestra sed de ser parte de la evolución del universo trajo consigo una guerra contra el cosmos provocando que este creara el multiverso—

Aparecio la tierra y las armaduras se movieron a su alrededor.

—En la mayoría de los universos, nosotros los celestiales fuimos una pieza importante para la evolución de las razas, en una visita a la tierra modificamos el ADN de algunos humanos, dando origen a los Eternos, como Enid, los años pasaron, las razas evolucionaron y consigo fueron juzgadas para saber si sus existencias era dignas del universo—

Varias razas alienígenas aparecieron algunas se esfumaban y otras se quedaban.

—En nuestra realidad One Above All, que era como nuestro jefe decidió que nos dejáramos por unos milenios la modificación de las razas, eso provoco que varios celestiales se opusieran a el y se separan de nosotros—

Todo lo que Seele había creado se esfumo y aparecieron varios planetas, cada uno con un celestial detrás.

—Pasaron los años y sin darnos cuenta Tenebris, un celestial que le hacia competencia en el poder a One Above All, fue destruyendo junto a otros celestiales los mundos, al igual que los celestiales que los habitaban—

Los planetas comenzaron a esfumarse, solo quedaron muy pocos.

—Quedábamos muy pocos celestiales y mundos en pie, el la ultima batalla, Eson, Ziran, Arishem fueron destruidos al igual que One Above All, pero logramos acabar con la mayoría de los celestiales que habían causado lo que podríamos llamar el apocalipsis, solo quedo tenebris—

Una forma humanoide con una armadura negra y plateada brillante apareció y a su alrededor los mundos ardían en llamas.

—El mundo que tu padre y yo habíamos creado, era el único que contenía vida en todo el universo—

Un planeta azul blanquecino apareció y de repente parecía como si estuviesen dentro de el. Los edificios eran de diamante, cristal, Vibranium y algunas otras gemas preciosas.

—Sabíamos que no ganaríamos y el tiempo se acaba, entonces si no podíamos salvar este universo, te salvaríamos a ti—

Las calles se llenaron de fuego, había personas muertas por todos lados.

—Unos años antes de que sucediera todo eso, tu padre yo visitamos la tierra, las personas eran diferentes a cuando las habíamos visto en el comienzo de la humanidad, quedamos fascinados por la complejidad en la que pensaban y tomaban decisiones y aunque One Above All había dicho que ya no modificamos las razas—

Apareció una luz brillante y de ahí apareció una bebe de cabello rubio y ojos azules.

—Te creamos, una celestial que pensaría y actuaria como una humana y con el paso del tiempo dejarías de envejecer y tu parte celestial estaría libre al cien por ciento, así que serías una humana con ciertas habilidades superhumanas hasta cierta edad—

La bebe creció convirtiéndose en Nai y después se esfumo, apareció Tenebris queriendo tomar una gema traslucida con seis pequeñas gemas incrustadas en ella.

—Sin embargo en el último momento nos dimos cuenta de que tenebris quería la gema omnia, compuesta por las seis gemas del infinito, pues aunque Tenebris era poderoso no lo era para crear un universo desde cero—

Tenebris desapareció y apareció Nai, la gema floto hasta su mano atravesándola y dejando una marca.

—Entonces el padre fusionó las gemas contigo, era arriesgado pues en aquel momento sólo eras una bebé prácticamente humana y no sabíamos si podrías contener todo ese poder, pero lo hiciste, convirtiéndote así en el ser mas poderoso del universo—

Seele chasqueo los dedos y todo desapareció, abrió las cortinas y miro a su hija.

—Tu padre no quiso abandonar a la raza que hace cientos de milenios habíamos creado por lo que probablemente murió peleando junto a ellos, así que vivimos aquí en un lugar donde yo, ni él, ni tú ni Enid existiéramos para no afectar la realidad de este universo—