Cap 29

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POV Hipo
De todas las personas que podían aparecerse en este preciso momento, las que menos necesitaba estaban frente a mi. Nuestra única separación era la cerca del establo, y eso que podía saltarse.

Bob y Zoe tiene  que hacer unos cambios en la seguridad de esta zona.

-¿Ve, señor Haddock?-dijo Patán a mi padre mientras nos señalaba-. Le dije que iba a estar aquí.

-¿Qué haces aquí, hijo?-preguntó con clara decepción-, pensé que habíamos hecho un trato.

¿Pude haber reaccionado mejor de como reaccioné? Sí, siempre, pero en ese momento me hervía la sangre, no tenía control de mi.

Me di media vuelta para enfrentarme a papá, probablemente lanzando dagas por los ojos, pero él ni se inmutó.

-Tu "llegaste" a un acuerdo-dije casi que gritando-, jamás preguntaste si yo lo apoyaba o si me gustaba.

-Pero es por tu propio bien-dijo, mostrando solo un leve tono de irritación (que probablemente reconocí porque soy su hijo)-, todo esto no hace más que evitar lo que podrías ser.

-¿Lo que podría ser?-dije indignado-¿Lo que yo podria ser? Mas bien lo que tu quieres que yo sea, ¡Ni siquiera sabes que me gusta!

-Claro que sí, eres mi hijo.

-Necesitas más que sangre para hacer esa unión-dije mirandolo fría y fijamente a los ojos.

Tiempo atras, me habían dicho que las personas que temen decir las cosas, son bombas de tiempo; aquellas que siempre reprimen sus sentimientos. Cuando menos lo esperes, cuando menos lo necesites, todo saldra a la luz.

Y mi bomba finalmente había explotado.

Di media vuelta, sin importar las miradas que todos me estaban lanzando y me dirigí a algun otro rincón de la granja. No había llegado muy lejos cuando escuché pasos a mis espaldas.

-No necesito...-dije volteandome, pensando que era Astrid, pero callé al notar quién era-¿Ahora qué quieres Patán?

Él sonreía triunfalmente.

-Restregarte en la cara de lo que soy capaz, y que no tengo limites para hacer las cosas-me apuntó con su dedo al pecho-. Nunca. Te metas. Con un. Jorggenson-por cada palabra me picaba con el dedo.

Por su mirada estaba claro que esperaba una pelea, pero no quería darle ese gusto

-No tengo tiempo para esto-murmure y seguí con mi camino, pero él no parecia dispuesto a dejarme en paz.

-¡Eres un cobarde!-gritó-¡Enfrenta tus problemas de cara!¡Demuestra que no eres la decepción que tu familia piensa que eres!

Esa fue la gota que derramó el vaso.

Aprete los dientes y cerre con fuerza mi puño. Corrí hacia donde estaba, y pensando "papá va a matarme", le dí un fuerte puñetazo en la barbilla.

POV Astrid
No podía sentirme más fuera de lugar.

No solo por sentirme inutil en los establos, sino porque aquella discusión no era de mi incumbencia..... ¡Otra vez!

Cuando Hipo se volteó ví que Patan se dirigía hacia él, por lo que lo detuve.

-Tu ya hiciste demasiado.

-Lo siento, belleza-dijo haciendome un guiño-, esa palabra no esta en mi vocabulario.

Casi vomito.

Antes de que pudiera hacer o decir algo más, Patán se marchó. ¿Por qué no intenté deterlo otra vez? Porque Estoico habló.

-¿Por qué se comporta así?-preguntó con la mirada en dirección a donde su hijo había desaparecido-, normalmente no lo hace.

-Solo... tuvo un mal día-respondí-. Lo único que necesita ahora es enfriarse un poco y caminar, y que Patán no lo moleste-me di vuelta y comenze a caminar hacia allá.

-¿Por qué esa familia siempre me da este tipo de noticias?-preguntó mirando al cielo.

¿Siempre?¿Había pasado otra vez?

Antes de que pudiera preguntar más, se escuchó un grito de dolor de Patán y de Hipo, por lo que su padre y yo fuimos allí.

Al acercarnos nos sorprendió lo que vimos. Patán estaba en el suelo, acariciandose la mandibula, e Hipo sacudía su mano, como si le hubiera dolido dar el golpe.

-¿Qué demonios....?-pregunte impresionada

Hipo me miró como si se avergonzara de lo que había hecho, pero a la vez estuviera un poquito orgulloso, luego se dirigió a su padre.

-A veces deberias salir un poco de tu portatil-dijo en un tono sorprendentemente neutro-, hay muchas cosas de las que te pierdes.

Tomó mi mano y comenzó a caminar hacia donde estaban Bob, Zoe y Jack.

Finalmente se sentía liberado de algo que había cargado por mucho tiempo.

Después de unos pasos, se dió cuenta de que estabamos cogidos de las manos. Se ruborizó, me soltó y se disculpó. Luego seguimos caminando en silencio, mientras esperaba que no me hubiera puesto roja también.

El NuevoWhere stories live. Discover now