Tormenta

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Observó las vasijas que había hecho con arcilla, y gruñó frustrado. Era un asco, las artesanías no era lo suyo. Ni que fuera Sashie.

Ahora que lo pensaba, si ellos participaran en el Kok'ta, sería una vergüenza entre los demás machos. De seguro, Kumi tendría el brazalete menos vistoso de todos.

Qué inútil...

Volteó al sentir que ella se acercaba, y observó cómo la castaña traía en sus manos algunos pescados, y tubérculos. Sí, sería bueno que tuviera donde coserlos.

Llevaban tres días de ese modo, sin hablarse. Ella apenas lo miraba a veces, y se negaba a comer o tomar cualquier cosa que él le trajera.

La miró, y ella se rehusó a verlo, por lo que bajó la vista, y respiró profundo... Tal vez tendría que desistir.

***

Había estado tejiendo algunas paredes con hojas de palma. Eso sí era algo fácil, pero de todos modos, él se había producido varios cortes en las manos, y no le habían quedado muy derechas.

¡Pero tenían paredes! Las observó, y se sintió orgulloso de si mismo.

Ni sabía para que iban a utilizarlas, pero él ya las había hecho. Kumi se veía más relajada, llevaban ya casi una semana juntos, y seguían sin hablarse.

La observó, ella estaba mirando hacia el mar, tallando algo en un trozo de corteza. Deseaba tanto poder hablar con ella, que su relación fuera como la de antes.

Sabía que hacía mucho lo había arruinado, y que su relación jamás sería lo mismo. Pero podía ser mejor.

***

Era de madrugada, y ambos estaban durmiendo, Kumi dentro de la poca profunda cueva, y Cep fuera de ella. No sólo para no molestarla, sino también para cuidarla a ella.

Y nada los había preparado para la tormenta, había llegado silenciosa. Cep fue el primero en sentir las gotas, ya que estaba afuera. Y antes de poder reaccionar, se desató la furia la de naturaleza.

Vientos fuertes, truenos sonoros y muy brillantes relámpagos surcaban los cielos, iluminándolos.

La cueva era tan poco profunda, que la lluvia los estaba empapando a ambos. Fue entonces que recordó sus benditas paredes.

—¿A dónde vas? —le dijo Kumi, sentada abrazándose las piernas, al ver que él salía.

—Iré a traer algo que nos resguarde del viento y la lluvia.

—No, es peligroso, la tormenta es muy fuerte. Vuelve aquí.

—Regresaré.

—¡Cep!

Y el castaño no la escuchó, salió de todos modos, frustrándola. Si le pasaba algo, sería su culpa, por no haberlo detenido.

Minutos después, Cep regresó a la cueva, arrastrando las paredes, que las juntaría unas con otra, para que no fuera tan fácil que el viento las tirara a bajo.

Las ató con varias tiras de su camiseta, que había cortado, y se sentó a un lado de Kumi, haciendo presión hacia adentro, para que el viento no se las llevara.

Al menos de ese modo, el agua y el viento ya no entraban. Las tormentas de ese tipo no duraban mucho, pero dejaban grandes destrozos.

—¿Estás bien?

—Perfecto —sonrió temblando, estaba completamente empapado.

Y era imposible encender una fogata en ese momento, todo se había mojado. Kumi lo observó, y luego suspiró, antes de acercarse a él.

Se sentó a su lado, pegando la mitad de su cuerpo con la de él, y miró hacia afuera, por un huequito que quedaba entra las paredes de hojas de palmera.

Estaban en la oscuridad, mojados ahora, y sin hablarse.

***

Se abrazó a ella, pasando sus brazos por su cintura, y envolviéndola con sus piernas, las de ellas. Kumi estaba de espaldas a él, sujetada completamente por Cep.

Qué bien se sentía tenerla de ese modo, poder calentarse con la tibieza del cuerpo del otro. Poder dormir con alguien así, aunque fuera sobre la arena.

Era la primera vez que dormía con una mujer, y se sentía bien. Poder escucharla dormir, sentir el latir de su corazón, su respiración... Poder sentirla suya.

Frotó su mejilla con la de ella, y se aferró más a Kumi, al sentir que la castaña se acurrucaba contra su cuerpo, buscando calor. La tormenta había terminado, pero el viento helado aún seguía.

Sonrió suavemente, y la envolvió con ambos brazos y piernas. Era como una niña, una pequeña hermosa... Y suya por esa noche.

...

¡Sayla no! X1 👀 jajaja

KumiDove le storie prendono vita. Scoprilo ora