No hoy

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Estaba sobre ella, y la miró a los ojos. Demonios ¿Por qué se tenía que sentir tan nervioso? Kumi observó sus labios, y luego lo tomó del rostro, bajándolo para besarlo.

El castaño la tomó del rostro con una de sus manos, y la otra la llevó a su cintura, acariciándola, bajando a su cadera, acariciando suavemente su muslo.

Se separó de ella, y se sentó en la cama, negando con la cabeza.

—No puedo.

Kumi lo observó desconcertada, y se sentó también, acomodándose la ropa.

—¿P-Por qué? ¿Estoy haciendo algo mal?

—No hermosa, claro que no. Es que... No te siento segura, y me pones inseguro a mi también. Sólo pienso en que si esto no termina bien, podríamos tener problemas luego. Y la única que sale perjudica aquí es Ilu.

—Bueno, perdón por no ser como las mujeres con las que has estado —le reprochó en un tono bajo.

Cep respiró profundo, y le hizo un ademán con su mano, para que continuara.

—Okay, vamos, dime todo lo que tienes guardado.

—No sé de qué hablas.

—Sabes bien de qué hablo. Lo arruiné todo cuando me enamoré de Shimei, se suponía que nosotros íbamos a-

—Éramos niños —lo interrumpió—. Los niños a veces dicen este tipo de cosas sin sentido.

—¿Cosas sin sentido? Para mí era muy real nuestro compromiso. Me gustaba llevar tu opaka, que todos los que la vieran, supieran que yo pertenecía a alguien, a ti —pronunció en un tono bajo, desviando la mirada—. Luego... Tú te fuiste, Kumi, y creí que ya no regresarías. Comencé a hablar con ella, y nos llevamos bien. Yo me fui de la tribu de hembras, pero solía encontrarme con ella para hablar... Y me enamoré, no lo busqué, simplemente ocurrió.

Kumi miró hacia otro lado, sintiéndose tan... Estúpida. Quizás hubiese sido mejor idea hablar con Kano.

—Kumi.

Negó con la cabeza, sin querer mirarlo, sin poder hablar. Sentía un nudo en la garganta, de tanta angustia.

—Tenemos una bebé preciosa, y me pareces una mujer hermosa, pero no podemos hacer esto, porque aún existen sentimientos entre nosotros dos. No quiero lastimarte, ni arruinar nuestra amistad. Quiero poder seguir llevándonos bien, por nuestra hija.
Si en otro momento se da la ocasión, de forma natural, creo que será menos incómodo que ahora, forzándolo.

Ella asintió con la cabeza, sintiendo sus ojos cristalizarse. Y Cep la abrazó, frotando suavemente su espalda.

—Eres una mujer increíble, hermosa, fuerte. No te imaginas lo honrado que me siento de estar aquí contigo.

Kumi se dejó abrazar, sin hacer ni decir nada. Ella quería hacerlo con él, pero Cep tenía razón. Si tenían sexo en ese momento, su relación no volvería a ser lo mismo.

***

Estaban volviendo en el auto, desde que habían salido de aquella cabaña, apenas habían intercambiado palabras, y aquello estaba incomodando a Cep.

—Oye, estamos cerca de Eritma.

—Sí —le dijo mirando por la ventanilla.

La observó, y luego sonrió, cambiando de dirección.

—Creo que podríamos adelantar nuestro viaje.

—Debemos volver a Kanat'ma con Ilu.

—Creo que Micaeli puede cuidarla un poco más.

—¿Para qué quieres ir a Eritma?

—Dicen que allí tienen una Tokula deliciosa, la mejor de toda la isla.

Kumi giró el rostro, sorprendida.

—¿En serio viajaremos a las dos de la madrugada a Eritma por una ensalada de frutas?

—No es una ensalada de frutas, es LA ensalada de frutas favorita tuya —sonrió—. Y sí, haremos un viaje de cuatro horas hasta allí. Si tienes sueño, duerme, yo te llamo.

...

Iba a subir la última parte hoy, pero me estoy durmiendo 😪😪 mañana será amores míos ❤️💕

KumiNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ