Arrestados

Cine en casa (Día Tres)

Era un hermoso viernes a las 8 de la mañana, a este punto del semestre, tanto Hiro como sus amigos trabajan en sus proyectos o asisten a alguna clase extra de lunes a jueves, por lo que los viernes lo pasan juntos, así que, el día de hoy, toca pasear por la ciudad, los universitarios acordaron verse en casa de Fred a las 9 para viajar todos en el auto del millonario, sin embargo, hay uno que antes de llegar al punto de reunión, tiene planeado pasar a otra parte, oh si, estamos hablando del chino pelos de estropajo, quien antes de reunirse con los demás, decidió ir a recoger a Miguel a su hotel dado que la noche anterior le había invitado a pasarla con él y sus amigos, y he ahí el porque está afuera con su motoneta (a la cual le pegó una estampa con el diseño que Miguel dibujó para él días atrás) mientras siente como su estómago se revuelve por los nervios, al igual que cada mañana, Mochi lo había despertado temprano, invirtió media hora de su vida en elegir el guardarropa adecuado para salir con los chicos, y claro, con Miguel,y después de pedirle una opinión a su tutora, terminó por elegir su ropa habitual, su chamarra azul, pantalocillos pescadores beige, una playera roja, y sus zapatillas deportivas negras. 

Condujo con suma precaución por las calles hasta llegar al lugar, le mandó un mensaje al otro diciendo que estaba afuera, y el otro respondió inmediatamente con un "ya bajo", pero eso fue hace 10 minutos, mismos que para el prodigio se sintieron como una eternidad, tamborileaba nervioso sobre el casco designado para Miguel recargado en su vehículo, la palma de las manos comenzaba a picarle por la ansiedad de mandarle otro mensaje al Rivera, sin embargo no quería parecer ansioso (aunque vaya que lo estaba) ni tampoco molestar al latino, él al menos, odia que lo estén carrereando, así que en eso estaba cuando finalmente de la puerta principal salió el protagonista de sus pensamientos luciendo la misma chamarra roja con la que lo conoció, una playera blanca, sus pantalones de mezclilla azules, y sus botas Rivera del 26, también llevaba consigo su guitarra, y al ver al genio esperándole, los colores se le subieron al rostro mientras apretaba con fuerza la correa del estuche como si eso le fuera a ayudar de algún modo.

_...Ho-hola Hi-Hiro -sentía sus mejillas arder el pequeño latino, saludó con torpeza al genio tratando de sonar casual, claramente fracaso, quien lo diría, puedes estar junto a la persona que te gusta sin ningún problema, siempre y cuando, no sepas que te gusta, porque eso si, cuando lo sabes... te vuelves torpe además de ponerte nervioso, o eso pensaba el músico al verse tan vulnerable frente al contrario, quien por cierto, no es ciego, y pudo ver el fuerte rojo que coloreaba la piel canela, una sonrisa ladina se asomó por sus labios mientras un pensamiento cruzaba por su mente.-

_...Ho-Hola Mi-Miguel -dijo con burla imitando de forma exagerada el tartamudeo del otro chico- ¿Qué pasa? ¿Te mordió la lengua Dante? -sonrió mientras se acercaba al otro clavando sus ojos en los del otro chico- o es que acaso... ¿Las palabras te traicionan cuando estoy cerca? -dijo en un tono más suave y hasta coqueto demasiado cerca del rostro del contrario, y lo que de por si ya era un rojo notorio, se tiño aún más fuerte ante la cercanía y las palabras del genio.-

_...Y-yo... -quería arrojarse por un puente, que la tierra se lo tragase, lo que fuera con tal de no seguir ahí, se sentía tan tonto, y lo peor, sabía que él otro disfrutaba de verlo así, en otro momento, podría haberle seguido el juego, pero el descubrir que le gustaba el genio, ciertamente aún lo conmocionaba, y lo dejaba, expuesto ante él.- ¡No digas tonterias! -como una chiquilla nerviosa apartó al otro de un empujón enviándolo de vuelta a la motoneta, desvió la mirada e hizo un esfuerzo por hablar claramente.- Anda, llegaremos tarde Hiro, vamonos... -aún sentía su rostro arder, y la mirada fija del otro sobre él, no se atrevía a devolverle la mirada, porque sabía que el otro, de alguna forma, tenia ventaja sobre él.-

_...Bueno, como digas -dijo aún sonriendo tras analizar todas las reacciones del menor- toma, recuerda que la seguridad es primero -dijo dándole el casco mientras tomaba asiento en la motoneta.-