(🍬) : YoungJae juró cuidar como nadie a su hijo bambam, sin embargo, el camino para darle lo mejor no será sencillo, topándose con diversas sorpresas como JaeBeom, el niñero gruñón
Aún con la espalda hecha un nudo, JaeBeom no puede dejar de intere...
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El día apenas comenzaba y ya YoungJae podía sentir todo su cuerpo colapsar por el estrés.
Debía entregar un trabajo bastante importante, ya que con éste podía eximirse de las siguientes semanas de clase y esperar a que el nuevo semestre llegase. De ésta manera, podría tener mucho más tiempo para pasarlo con su hijo y cumplir en el trabajo, por lo que debía hacerlo perfecto.
Debían preparar una simulación de reportajes de principio a fin, explicando las distintas formas en que la información podía ser manipulada o malinterpretada por los medios y audiencias y dar consejos sobre como enfrentar aquellas situaciones. YoungJae decidió hacer un caso criminal que él mismo se encargó de ambientar y diseñar, pasando varias horas sin dormir frente al computador editando y corrigiendo detalles. Su idea era hacerlo lo más realista posible, por lo que también ocupó la ayuda del novio de JungWoo, quién se matriculaba en criminalista.
Antes de hacer su presentación, se encontraba practicando las cosas que diría y anotando en su libreta una y otra vez todo lo que no debía olvidar mencionar. No quería que ningún cabo se quedara suelto, impresionar a los jueces era su objetivo.
Después, iría a testificar con JaeBum, pero eso no le causaba nerviosismo sino tener que llevar a Bambam consigo a la estación. No se le hacía para nada agradable la idea de que su hijo estuviera en un lugar como ese, por lo menos, hasta los momentos. Su miedo más grande era que se asustara, pero sus dos únicos auxiliadores además del niñero estaban ocupados en sus respectivos estudios y trabajos y no quería molestarlos.
Se encontraba en la cocina, con su portátil encima de la mesa y sus cuadernos aún lado. Bambam estaba en la sala de estar dibujando, por lo que de vez en cuando le echaba un vistazo aunque mínimos puesto a que una vez que el pequeño entra en su mundo de bocetos y colores, nadie puede sacarlo de allí.
Pero, ésta vez fue diferente.
Bambam se acercó a la cocina, apoyándose en el marco de la puerta para ver a su padre. Estaba sediento y quería beber algo de jugo, pero sabía que su padre no podía atenderlo y tampoco deseaba molestarlo, solo reducir el sabor amargo de su boca seca.
Su plan era escabullirse detrás de él y servirse por sí mismo. El refrigerador contaba con un filtro de agua pequeño en la puerta y a su altura, el cual era su objetivo después del jugo, el cual dejó descartado hasta la llegada del niñero.
Las cosas fueron exitosas, pretendió ser un ninja detrás de su padre y se sirvió un vaso con mucho liquido para no tener que volver después. Todo había sido perfecto.
— ¿Pequeño?
Bambam se sobresaltó cuando su padre le llama, lo que hace que el vaso se le resbalé de las manos y aterrice en el suelo, en mil pedazos.
YoungJae murmura algo que no alcanza a descifrar mientras se pone de pie a toda velocidad para quitar al niño del desastre, levantándolo del suelo y protegiéndolo con sus brazos mientras lo aleja. Bambam reconoce que están dejando la cocina y una pizca de miedo crezca en su interior, por como el tono de su padre se ha endurecido.
