Lavanda

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Ya había comenzado el segundo mes de cortejo y Louis reventaba por tanta alegría que su pequeño cuerpo no podía soportar, su alfa se desvivía por darle los mejores regalos, llenarle de palabras lindas y sobre todo demostrarlas. Su primer mes de cortejo se había basado en desayunos, dulces, flores, pinturas, encaje y amor.

El primer mes también tuvo su desventaja; no ver demasiado a Harry. Había comenzado a trabajar, trabajo que dejo porque su anterior jefe en Italia le ofreció un puesto mucho mejor que también le consumía tiempo. Louis mentiría si dijera que se sentía un poco abandonado, es cierto su alfa sacaba pequeños tiempos para desayunar juntos a veces mientras tanto el resto de sus regalos los recibió por paquetería. Él quería a su alfa presente, marcándolo con su aroma, diciéndole lo lindo que se ve porque ya había comenzado a usar la ropa que le regalo; fue por eso que decidió visitarlo en el trabajo.

Sabía dónde trabajaba y con ayuda de Gemma averiguo su horario de almuerzo (también descubrió que nunca sale a comer). Sus piernas temblaban a cada paso, sintiendo la mirada de las personas al ver un polizonte y que ese polizonte buscara a Harry Styles. Cuando llegó una beta le detuvo preguntando el motivo de su visita fue suficiente decir el nombre del alfa para que lo dejara pasar sin tantas preguntas. Tomo el ascensor y espero pacientemente hasta llegar al último piso.

Todo era blanco inmaculado, perfecto y elegante, mientras que él iba con una sudadera de Harry, jeans y vans. Ante la gran puerta de caoba había una mesa en la que una omega se encontraba viendo documentos.

–Uhm buenas tardes, amm vine a ver a...

No termino de hablar cuando la omega levanto la cara de la pila de documentos mostrando su irritación.

–El Señor Styles no puede ser interrumpido en su hora de almuerzo mucho menos si es alguien sin una cita agendada. Así que te puedes ir.

De acuerdo eso lo molesto de sobre manera, la omega no tenía que ser tan grosera se hubiera retirado comprendiendo sin tan mala cara. Ahora quería hacerle la vida imposible. Se mostró irritado a sabiendas de quién estaba al otro lado de la puerta. Pensándolo bien debió dejar que su olor inundara la estancia desde el momento en que salió del ascensor. La omega cubrió su nariz al sentir la irritación de Louis

–Mira pequeño niño más vale que te largues sino quieres que te saque a...

No termino de hablar cuando un Harry confundido salió de la oficina, la chica se levantó de su asiento comenzando a boquear disculpas por el "show" que estaba causando, cosa que obviamente el alfa ignoro porque fue hasta Louis cubriéndolo en un abrazo y marcándolo con su aroma logrando disminuir la irritación del menor.

–Mi pequeño sol, dime ¿quién te ha hecho sentir mal?

¡Ja! El omega se restregó más fuerte contra Harry y logro que unas pequeñas lagrimas brotaran de sus ojos

-¿Sol? ¿qué pasa? Dime por favor, no me gusta no saber.

Louis depositó un besito en el pecho de Harry cubierto de su camisa blanca para luego jalarlo de las solapas del traje.

–La-la o-mega me gri-to.

La chica que veía la escena con ojos saltones dio un brinco cuando un rumor se formó en el pecho de Harry para salir como un rugido y mostrando sus dientes.

–Mi omega, nunca le grites a menos que quieras perder tu empleo. Puede interrumpirme las veces que quiera ¿te quedo claro?

–Sí.

Louis paso a su lado con una sonrisa victoriosa y volteando la cara le guiño un ojo. No estudio actuación en Nueva York a lo tonto.

Una vez que el alfa llego al escritorio lo jalo hacia su regazo llenándole la cara de pequeños besitos.

–¿Por qué no avisaste omega? Pudimos haber evitado ese mal rato.

–Perdón alfa, quería que fuera una sorpresa.

La cara de Harry se relajó al ver los ojitos chispeantes de alegría del omega. Vivía por esa sonrisa.

–Te he traído el almuerzo alfa. Gemma menciono que nunca comes a tus horas.

Harry bufó como protesta.

–Gracias ángel ¿comerás conmigo?

Louis asintió y comenzó a sacar trastes de una bolsa que Harry no había visto. Fue así como pasaron dos horas. El omega aún sentado sobre el alfa que en ocasiones le criaba o dejaba besitos en sus dulces labios. Harry se peguntaba si cuando estuviesen juntos oficialmente su hora de almuerzo sería de esa manera, con su omega llevándole comida y quedándose para hacerle compañía mientras ambos se mimaban. Esperaba que fuera así, cuando tuvieran cachorros él conduciría hacia casa, para poder convivir con sus amores. Sí todo parecía perfecto en su mente, esperaba que siguiera así. Su burbuja de perfección se rompió cuando sintió como el castaño se movía sobre sus piernas. Algo en su cuerpo creció haciendo jadear a Louis que volteo con ojitos inocentes como si nunca hubiera comenzado movimientos obscenos. Antes de que el omega se retirara paso al baño dejando a Harry y sus pensamientos de nuevo. Pensaba en cuántos cachorros estaba dispuesto a tener el menor, a qué tiempo y cómo los criarían, si saldrían omegas o alfas, con ojos azules u ojos verdes. Burbuja que reventó de nuevo Louis al despedirse.

Estuvieron alrededor de quince minutos entre besos y abrazos hasta que la mamá de Louis le llamo avisando que lo esperaba, con tristeza Harry continuo con su trabajo.

Paso una hora más o menos hasta que Harry abriera el cajón derecho del escritorio en busca de una pluma cuando vio una diminuta tela de encaje lavanda, lo tomo tratando recordar si él puso algo así en ese sitio. Cuando lo tomo entre sus manos se dio cuenta de lo que era. Su pequeño e inocente bebé le dejo sus bragas con una mancha de lubricante entre sus cosas. 

Little BiteWhere stories live. Discover now