Extra II

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Spam para que lean mi nueva historia, "Be brave and hold me close" 


El aire era denso, pesado y caluroso. Las hormonas nadaban en el aire de un lado a otro, esparciendo los aromas combinados. Cuerpos calientes, sudor resbalando, perdiéndose al llegar a otra extremidad. Sonidos sordos, dulces, agudos y gruñidos. Peticiones vertiginosas, peticiones escuchadas y una bola de placer formándose en ambas personas, buscando su límite, su placer en la complacencia del otro. El éxtasis llega, gemidos y cuerpos lánguidos, dos personas que convirtieron un acto que desde otra perspectiva sería asqueroso en algo único, convirtiendo un acto carnal en una de sus tantas maneras de unión, de amor.

La respiración de Louis se acompasaba, dejando los residuos del orgasmo fuera de su cuerpo mientras el alfa los acomodaba en una mejor posición para estar atados por el nudo, aun sintiendo el semen saliendo de su compañero, logrando llenarlo.

-Omega, ¿estás bien?

Sus ojos se abrieron lentamente, observando con cautela la profunda mirada verdosa posada sobre él, sobre su cuerpo desnudo. Jamás creyó darle el poder a algún alfa de poseerlo, de llenarlo, de observarlo de esa manera tan íntima mientras el nudo alfa los unía, nunca imagino darle un cachorro a un alfa, a Harry.

-Sí, gracias por preguntar alfa, descansa conmigo por favor.

Harry analizo a Louis una vez más antes de dejar caerse sobre este. Regalo besos en las clavículas, en el cuello y por toda la cara, le encantaba mimarlo mientras aceptaba el nudo.

-Te amo mucho pequeña criatura.

Y dio un beso lo suficiente largo para que confíe en aquellas palabras.

-Te amo tanto amor.

El corazón de el omega siempre revoloteaba en ese tipo de momentos le hacía sentir completo y realizado.

Las manos de Louis jugaban con los rizos de Harry, enrollándolos y deshaciéndolos, una y otra vez, dando leves caricias a la vez. El silencio se rompió con una voz dulce.

-¿Alguna vez imaginaste esta vida Harry?

-¿A qué te refieres?

-A esto, a vivir en tu lugar de nacimiento, a tener un lazo y un cachorro, a tener un buen trabajo y salir en familia ¿esto era lo que querías?

Harry levantó de inmediato la cara del pecho de Louis mostrándose sorprendido por el cuestionario, no entendía el origen de aquello. No quería responder, pero su relación siempre se basó en sinceridad y respeto, no quería mentirle a aquel hombrecito de ojos azules abiertos y expectantes ante la contestación.

-No, no era lo que imaginaba, sabes que antes de la universidad mi vida no era precisamente buena y solo pensaba en aventuras y ganar mucho dinero, después simplemente esperaba lo que la vida pusiera en mi camino, al regresar a casa me di cuenta que quería estabilidad y entonces nos reencontramos. No es la vida que imagine, pero es mucho mejor, tengo a un lindo omega que me dio un precioso hijo, que me ayudo a formar un hogar, que me hace feliz cuando es feliz y que me recibe con brazos amorosos al llegar a casa, que pinta los cuadros más preciosos y que me llena de orgullo cada día.

Los ojos de Louis logran inundarse en lágrimas por las palabras de su alfa, porque le dieron tranquilidad y sintió el amor en cada parte de su ser, porque sabía que era realidad. Louis siempre quiso ser querido, siempre quiso una familia y con el paso del tiempo vio lejano ese sueño, encerrándose en su arte, en sus pinturas y en su familia. Fue Harry la persona que le devolvió ese sueño hogareño, fue ese alfa que lo cuidaba desde niños el que logro que Louis volviera a creer en ese sueño. Ahora tenía un trabajo en un museo que, ocasionalmente exhibía sus obras y un alfa que movía cielo, mar y tierra por ver feliz a él y al pequeño William.

-Alfa, alfa, alfa.

Harry besaba la cara de Louis con parsimonia, analizando cada parte con sus labios. Al llegar a sus labios el beso fue tierno, lleno de amor para luego convertirse en uno de deseo. Uno que exigía reclamo, que exigía todo, el uno del otro.

Louis abrió más las piernas instintivamente, para que el alfa pudiera acomodarse mejor. Harry jugaba con el cabello de Louis, este último apretaba ligeramente la espalda del alfa, cuyos besos fueron bajando hasta las clavículas y manos paseando por la cintura del omega.

Aún dentro de él, Harry empezó a embestir suavemente a Louis, con el nudo tocando de inmediato la parte sensible del omega. Gemidos agudos llenaron la habitación, el hombrecillo sentía corrientes eléctricas por todo el cuerpo, sentía las manos de Harry en las caderas apretando para que su cuerpo diminuto no se moviera, sentía el nudo perfectamente en cada embestida, moviéndose en él haciendo el placer mil veces mejor.

Con delicadeza el alfa invirtió los papeles, poniendo a Louis sobre él para que pudiera montarlo, quería ver aquel rostro inundado de placer, sus caderas rodando de manera tortuosa sobre él, espalda arqueada y manos apoyadas sobre su pecho.

Louis hacía movimientos lentos, casi imposibles por el nudo dentro de él y a pesar de eso no quería parar, todo era tan electrizante. Harry mordiendo sus pezones, con una mano en la cintura y otra en uno de sus botones. No pasaron mucho tiempo dándose placer cuando la cúspide del orgasmo llego, el omega moviendo la cabeza hacia un lado y el alfa reabriendo la mordida.

A la mañana siguiente el cuerpo del omega estaba deshecho, lleno de marcas donde Harry lo sostuvo, de besos y mordidas, sin poder levantarse porque sentía las piernas temblar y la cadera doler. El alfa tuvo que hacerse cargo de sus dos bebés, primero preparando a William para luego, cuando acabara el desayuno mimar a su omega. Así fue su día, con un momento para ellos solos hasta que su pequeño rayo de sol se les unió, comiendo y contando anécdotas, viendo como el cachorro jugaba e intentaba hablar. Su vida estaba completa y no hacía falta nada.

Y, si gracias a esa noche un nuevo integrante llegó a la familia... nadie tenía por qué saberlo.

Little BiteWhere stories live. Discover now