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El pelinegro se sentó en el borde del enorme ventanal, mirando con inquietud el oscuro bosque frente a él siendo azotado por la aparentemente interminable tormenta.

—He visto a Sunhee —mencionó al sentir la presencia de sus compañeros. El aire se volvió pesado—. Min —miró al muchacho que tenía la mandíbula tensa—. Ella realmente se parece mucho a ti. Si no hubiera nacido después, juraría que ustedes son mellizos.

El chico mordió su labio, sintiendo su corazón apretado. Y con un hilo de voz susurró:

—¿Está ella bien? —cuestionó algo preocupado.

—Lo está —volvió a mirar por la ventana—. Sin embargo. Deberíamos apresurarnos. Ya hay algunas personas buscando interferir.

—Jooheon —el susodicho miró al muchacho nuevamente.

—¿Qué? —cuestionó.

—¿Cuándo puedo verla? —Jooheon suspiró pesadamente.

—¿Estás seguro de querer hacerlo ahora? Te has estado esforzando demasiado.

—Es mi hermana. Fue separada de mí en contra de mi voluntad. ¿Crees acaso que lo he superado? No eres el único que la extraña, ¿sabes?

—Minhyuk —intervino Hoseok—. Relájate. ¿Con qué derecho le hablas así?

El chico tomó una respiración profunda y se arrodilló, poniendo su mano derecha en su pecho.

—Le ruego que me perdone —susurró impotente, sin hacer contacto visual con el pelinegro.

Usualmente, la manera de hablar de los muchachos, dejaba de ser informal cuando éstos cometían algún error. Jooheon suspiró, mirándole apenado.

—Levántate —el chico obedeció de inmediato—. No hagas esto más difícil para mí...

Minhyuk apretó la mandíbula, conteniendo sus ganas de gritar. Estaba desesperado, lastimado y preocupado. Extrañaba tanto a Sunhee que sentía que moriría.

Aunque aquello era imposible.

Pero aunque deseaba liberar su frustración. Lee Jooheon no dejaba de ser un vampiro purasangre. Y él, un simple noble, así como el resto de sus cinco hermanos. Y no sólo aquello, Jooheon era uno de los primeros vampiros que habían existido. También había salvado su mísera vida cuando estuvo a punto de perecer.

—La verás pronto —lo tranquilizó.

¿Era el poder de los sangrepura tan fuerte? Su cuerpo se había relajado casi en su totalidad cuando lo oyó decir aquello.

Minhyuk tenía casi quince años sin ver a Sunhee, ni siquiera por casualidad. Ya que había quedado tan destrozado cuando fue separado de ella, que Jooheon impidió cualquier posible encuentro entre ambos. También para proteger la salud mental de la chica, que para aquel momento era bastante débil.

Jooheon había llevado el peso de las cosas en sus hombros los últimos años. Exitosamente había controlado el desastre emocional de Minhyuk y el resto de los muchachos. Y también había logrado que Sunhee pudiera vivir una vida normal, con una familia normal.

Ella no debía saber.

—Gracias —susurró destrozado. Jooheon suspiró.

—Perdóname por no haberte permitido verla antes —se bajó del borde del ventanal y caminó por la habitación, siendo seguido por seis pares de ojos atentos—. Realmente quería que tuviera una vida normal.

—Lo sé —reconoció Minhyuk—. Te estoy realmente agradecido por ello. Sé que mi madre también está agradecida, dondequiera que esté.

Jooheon sólo asintió, sonriendo sin mostrar los dientes. Luego, su mirada se posó en Hoseok.

Red, Like the Blood «Lee Jooheon»Where stories live. Discover now