Epílogo

777 107 22
                                    

Fue difícil.

Fue difícil cambiar cada aspecto de su vida. Fue difícil ver cómo las personas que la rodeaban desaparecían con el paso de los años. Fue difícil ver a su madre, padre y hermana envejecer hasta que el destino acabó con ellos.

Cuando Suni había cumplido los quince años, fue el momento de decirle que su hermana no iba a envejecer, que ella era algo diferente. Y gracias al cielo, ella lo comprendió.

Pero fue tan doloroso cuando, con el paso de los años, Suni se hacía cada vez más mayor. Fue lindo ver cómo se enamoró, se casó y formó su familia.

Pero cómo dolió cuando Suni envejeció, y Sunhee seguía exactamente igual que cuando tenía veintiún años.

Suni había fallecido veinte años atrás.

Sunhee tenía ciento veinticinco años.

Realmente había sido difícil.

Pero no se arrepentía.

Porque, en primer lugar, ella misma pidió que las cosas fueran así. Jooheon le advirtió cientos de veces que no era buena idea. Le dijo una y otra vez que un día se cansaría y se arrepentiría.

Pero no había ocurrido aún.

—Honey —susurró ella cuando los primeros rayos de luz iluminaron el rostro del purasangre. Tenía los ojos cerrados y el semblante sereno.

Para aquel momento, ambos vivían en una casa a las afueras de la ciudad, como era de costumbre, en un sitio apartado. Habían tenido que mudarse de manera constante para no levantar sospechas. Los nobles vivían cerca. Así que podían estar en cualquier momento si se los necesitaba. No obstante, con el tiempo, Jooheon se había vuelto cada vez más codicioso. Y ya no quería que todos vivieran en el mismo lugar que él y Sunhee.

«Soy un vampiro, no me canso» —recodó lo que Jooheon le dijo aquel día que Sunhee se había encontrado a SehYoon en la cafetería.

¡Pero cómo dormía! Con el tiempo, Sunhee se dio cuenta de que aquello había sido dicho por Jooheon simplemente para lucirse. Aunque fueran vampiros, igualmente dormían como humanos. Tal vez se cansaran menos, pero igual ocurría.

Y Jooheon realmente era dormilón.

—¿Seguirás durmiendo? —preguntó ella. Se acercó y besó la punta de su nariz—. Supongo que iré con Minhyuk.

—¿A dónde? —abrió los ojos enseguida—. Ya estoy despierto, yo te llevaré. Es mi deber.

Sunhee estaba embarazada.

Fue increíblemente sorprendente el hecho de descubrir que ella podía concebir en cualquier momento de su vida ya que su cuerpo no se deterioraría. Aunque su organismo no trabajaba de la misma forma que el de un humano, de manera externa, todo podría fácilmente pasar desapercibido.

Por supuesto que, su médico debía entender por qué su embarazo avanzaba más rápido que uno humano. Así que agradeció que Jooheon conociera a un médico de la misma especie que ellos.

—Pensé que no despertarías. Estaba por llamar a Minhyuk y a Hoseok para que me acompañaran.

—Y yo iba a despertarme de todos modos. ¿Cómo iba a permitir que fueran ellos en mi lugar? —enarcó una ceja.

Jooheon estaba más emocionado de lo que ella pudo llegar a imaginar.

Al principio tuvo miedo. Porque a sabiendas de que Jooheon tenía más de quinientos años y nunca había tenido un hijo, Sunhee llegó a la conclusión de que ser padre era algo que estaba lejos de lo que Jooheon quería.

No obstante, no hizo falta que ella dijera algo. Jooheon se dio cuenta casi enseguida. Los primeros días estuvo totalmente fuera de sí. Y Sunhee se sintió tan dolida que tuvo que salir con San a dar un paseo dos días después de que Jooheon se enterara. El lobo también se dio cuenta, y Sunhee hasta logró imaginárselo meneando la cola mientras se lo contaba a su manada.

Ese mismo día cuando el sol se había ocultado, Jooheon se había disculpado con Sunhee. Aunque seguía sin poder leer la mente de la chica, su matrimonio de décadas había fortalecido mucho su relación. Y casi no era necesario leer su mente para saber qué era lo que Sunhee estaba pensando. Así que Jooheon se dio cuenta de que su reacción sobria al embarazo de su esposa, tan sólo había alterado el ánimo de Sunhee.

Sí. Se habían casado.

Se comprometieron cuando Sunhee tenía veinticinco años y se casaron nueve meses después. Y hasta entonces, no habían tenido ninguna clase de percance como pareja.

Hasta ese momento. Pero no fue porque Jooheon se sintiera disgustado con la idea de ser padre. Sino más bien, porque aquella noticia lo había tomado realmente desprevenido.

Jooheon recordó cuando Minhyuk estaba pequeño y él mismo les decía a sus padres que no era bueno con los niños. Lo mismo ocurrió cuando nació Sunhee. ¿En qué punto de su vida Jooheon se había planteado en tener hijos?

Sinceramente, nunca.

Pero, de nuevo, no se sentía disgustado al respecto. Todo era debido a la inexperiencia y la sorpresa. Así que cuando vio la mirada triste de Sunhee, se sintió sumamente culpable. Por lo que, desde aquel momento, Jooheon había sido plenamente diligente con todo lo que tuviera que ver con el embarazo de Sunhee.

Minhyuk y Hoseok... Se pusieron a llorar cuando se enteraron de aquello.

A decir verdad. Aquello no había sido una sorpresa, teniendo en cuenta que ambos lloraban por cualquier cosa si se trataba de Sunhee.

El camino había sido difícil y doloroso. Jooheon realmente le dijo a Sunhee que se arrepentiría.

Pero Sunhee no se arrepentía de nada.

Porque Jooheon, Minhyuk, Hoseok, Kihyun, Hyungwon, Changkyun y Hyunwoo eran su familia.

No se arrepentía porque gracias a aquello, había logrado vivir una larga vida junto a Jooheon.

También, estaba esperando una niña. Y aunque realmente le dolió perder a sus seres queridos, fue realmente hermoso poder vivir para hacerles compañía hasta sus últimos días.

Fue difícil.

Pero Sunhee no se arrepentía.

—¿Vamos? —preguntó Jooheon dejando un beso en su frente cuando ambos estuvieron listos.

No podía arrepentirse si Jooheon estaba junto a ella.

No había razón para sentir arrepentimiento. Sunhee era plenamente feliz.

Realmente, lo amaba.

—Vamos, Honey —sonrió, tomando su mano.

No se arrepentiría... Nunca.

Porque Jooheon era su todo. Y porque ella era el todo de Jooheon.

«Red, Like the Blood»

~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~

Hemos llegado al final de esta historia.

Gracias por leer y por apoyarme durante todo este tiempo. Espero de todo corazón que les haya gustado y que hayan pasado momentos agradables leyendo.

Muchas gracias a las personas que me apoyaron en mis episodios depresivos que retrasaron el avance de esta novela. Sus palabras bonitas me fortalecieron mucho

Lamento si este final no llenó las expectativas de alguna persona :(. Hice lo mejor que pude. Realmente redacté este final varias veces hasta este intento.

Sin más que agregar, quiero agradecer nuevamente a quienes hayan llegado hasta aquí

Nos leemos luego.

🍒 Dhany 🍒

Red, Like the Blood «Lee Jooheon»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora