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Caminé con Kendall por todo el centro comercial ayudándola a encontrar el vestido perfecto para su cita con Alfredo. Si, ella ya tenía muchos trajes por usar pero vamos, es Kendall Jenner amigos.

— ¿Qué sabes de Cameron eh?

Preguntó cuando entramos a Zara.

— Absolutamente nada ¿por qué?

— Me enteré que estuvo saliendo con una de las amigas de Sofia

— Oh —fue lo único que pude decir

Cogió un vestido de mangas largas negro y lo coló en su bolso de compras.

— ¿Nunca volviste a hablar con el?

— Nop —dije — Creo que pasaron unos días desde que salimos y pasó lo de Justin, perdí cualquier tipo de contacto con el

Asintió sonriendo.

— Es lo mejor, es decir, no quisiera una cuñada como Sofía

Ambas reímos.

— Hablando de la reina de Roma...

Sofía junto a sus perritas falderas entraron por la gran puerta de Zara, con miles de bolsas encima y riendo escandalosamente. Hice una mueca ¿tanto aguantaba la tarjeta de crédito de su padre?

— Ugh, ¿no podía venir a esta tienda otro día? —dijo Kendall molesta

— Sólo ignóralas cariño

Caminamos unos minutos más por la tienda y mi amiga ya tenía sus tres opciones en mano, mientras ella se probaba los vestidos me quedé esperando fuera en uno de los sillones que se encontraban ahí.

Me aburrí un poco estando sentada y decidí ver algo que llamara mi atención.

Y eso fue lo que encontré. Un bonito enterizo celeste pastel adornado con pedrería se encontraba colgado frente a mis ojos. Cuando estaba a punto de cogerlo alguien se me adelantó.

Rodé los ojos cuando vi quien era.

— Oh Hailey —sonrió — Cariño ¿ibas a tomar este?

No contesté. Su séquito detrás de ella rió.

— Por favor, si este color no te asienta para nada —dijo poniéndolo en mi cara — Mejor dicho... nada te asienta bien querida

Aquella rubia oxigenada me observó de pies a cabeza, yo tenía mis ojos entrecerrados a causa de la furia que le tenía. No podía seguir mi propio consejo de tratar de ignorarla, era imposible.

— No me cabe en la cabeza como Justin, el chico de los sueños de toda chica, eligió estar contigo —soltó una pequeña risita — Sabemos que no tienes la talla ni el cuerpo para el, tan solo mírate

La miré desafiante, cruzando mis brazos encima de mi pecho. Seré honesta, sus palabras estaban lastimándome, y también estaba teniendo dudas sobre Justin en este momento.

— También sabemos que está contigo para obtener un buen polvo —se acercó a mi oído — Y por una apuesta

Pasó chocándome el hombro dejándome con las palabras en la boca. Respiré hondamente aguantando algunas lágrimas que querían brotar de mis ojos. Giré sobre mis talones y me dirigí a los vestidores, pero no encontré a Kendall en ninguno.

Hey. Me siento un poco mal, estoy regresando a casa.

Le di enviar y en instantes recibí su respuesta.

Kendall👩🏻: ¿Pasó algo?
Kendall👩🏻: Salí y no te encontré, pensé que estarías en la sección de abrigos

No respondí nada. Bloqueé mi teléfono saliendo de la tienda, caminando por todo el centro comercial hasta llegar a la gran puerta de salida. No iba a pedir ningún maldito taxi, solo quería estar sola y llegar a casa rápido.

Love The Way You Lie sonaba a todo volumen en mis audífonos.

Llegué a casa y saludé a mis padres, luego les dije que tomaría una siesta; la cuál se volvió una de lágrimas, mocos y pañuelos. Cerré todas las cortinas de mi habitación, apagué todas las luces pero dejé prendida una pequeña linterna.

Tenía veinte llamadas perdidas de Kendall y catorce de Justin, más treinta mensajes de el.

Ignoré todo.

Y ahí estaba yo, enrollada en mi cama con dos colchas, música a todo volumen y pañuelos llorando por un total idiota que no sentía absolutamente nada por mi. Debí haberlo sabido desde un inicio, que el no estaba regresando a mi vida porque de la nada se dio cuenta que me "amaba".

Ni siquiera quería afrontar y aclarar las cosas con el. Todo estaba más que claro.

— ¿Hails? —mi madre tocó la puerta

Cubrí mejor mi cara, así no se podría ver mi nariz rojiza e intenté hacerme la dormida.

— Hay alguien que quiere verte

Volvió a hablar tras de esta pero no contesté y se abrió la puerta. Me mantuve inmóvil porque ya sabía de quién se trataba, solo quería que se fuera.

— Está profundamente dormida Justin, lo siento —habló mi madre — Podrías venir mañana tal vez

— Eh... si, eso haré. Gracias

La puerta volvió a cerrarse y me acomodé mejor en mi cama, cayendo profundamente dormida, esta vez.

Meant to Be [Jailey]Where stories live. Discover now