Meant to Be [Jailey]

22

***

— Nena, ábreme

Me encontraba sollozando en el piso del baño y el... bueno era la onceava vez que repetía lo mismo.

— Hails —dijo ya sin muchas ganas

Pasaba ambas manos por mi rostro repetidamente. Apoyé mi cabeza sobre estas dando un gran y fuerte suspiro.

Varios minutos después, decidida, abrí la puerta del baño imaginando que Justin se había rendido ya y me había dejado sola. Creo que llevábamos en esta situación por casi una hora, y ambos teníamos mucho que hacer.

— ¿Sigues aquí? —dije molesta al verlo sentado en el piso

— No pienso irme

— Pues deberías

Contesté dándole la espalda. Quería ir a mi habitación, pero una de sus manos tomó mi muñeca trayéndome de regreso.

Rodé los ojos cuando estuvimos a milímetros.

— Déjame aclararte todo

— ¿Cuál es tu excusa ahora? —intenté sonar interesada

Se separó de mi tomándose el puente de la nariz.

— Debí haberme hecho caso a mi misma ¿sabes? —comencé — Ya se me hacía raro que después de tanto tiempo vuelvas y me dirijas la palabra como si nada, justo para confesarme que te he gustado toda la vida —apreté los puños — Eso empeoró cuando me pediste que estuviera contigo. Y todo se va a la mierda cuando descubro tu estupida apuesta ¿por qué fui yo el punto débil? ¿qué? ¿también te enteraste que me gustaste en todo ese periodo que fuimos mejores amigos? —ya estaba por ahogarme en lágrimas

Subió su rostro al instante. ¿Ya no tenía nada en su defensa? Si bueno, yo tampoco.

— Hai-

— Vete Justin

— Pero...

— ¡QUE TE LARGUES!

Wow, definitivamente en estos momentos yo era irreconocible.

Body de Loud Luxury se encontraba sonando en los altavoces. Kendall había organizado una fiesta "invernal", la cual no tenía nada de esto porque el ambiente estaba caluroso por la cantidad de gente que estaba bailando y por los que habían asistido.

Ambas estábamos bailando junto con Fredo, no había rastro de Justin, pero si de sus amigos.

— Sabía que vendrías —me dijo Kendall al oído

— De todas formas ibas a obligarme

— ¡Oigan idiotas dejen eso! —gritó — Es una vasija de edición limitada

Kendall se fue y ambos nos reímos ante sus gritos.

— ¿Quieres ir afuera? —sugirió

— ¡Si! Gracias

El rió y cogió mi mano para poder movernos hasta salir al patio dónde no habían muchas personas.

— ¿Cómo estás?

Por su tono de voz ya podía presentir que Kendall le había contado lo sucedido.

— En realidad bien, o eso creo

— Tranquila ¿si? —me abrazó — Es mi amigo pero en verdad es un idiota

— ¿Solo idiota?

Ambos reímos.

Estuvimos hablando de temas sin sentido por un buen rato y Kendall no se asomaba por donde estábamos. Todo el cansancio que llevaba acumulando comenzaba a hacer efecto en mi.

— Bueno... debo irme —me despedí — Si veo a Kendall por ahí le digo que venga, ya sabes, vas a estar solo aquí toda fiesta

— Da igual —hizo una mueca — Debe estar divirtiéndose allí adentro, yo estoy bien aquí. Cuídate y no llores mal por ese idiota

Rodé los ojos.

— Repito ¿solo idiota? —me sonrió y le devolví la sonrisa

Comencé a caminar por dentro de la casa ya que regresaría a la mía caminando y necesitaba entrar en calor. No encontré a mi amiga por ningún lado, pero como si leyera mi mente me envió un mensaje avisándome que estaba arriba guardando todo bajo llave.

Subí y no sabía a cual habitación entrar, opté por ir a la suya primero. Abrí la puerta y no había nadie, pero si encontré una blusa mía colgada que pensé que había perdido.

Probablemente esté guardando todo en la habitación de sus padres, caminé hasta el otro extremo y toqué la puerta para asustarla, pero al abrirla me encontré con una imagen que desearía no haber visto. Las luces estaban prendidas y podía reconocer a ambas personas, Justin y una chica pelirroja, estaban follando en el tocador.

— ¿Quién mierda es? —preguntó el

Miró hasta donde yo estaba y dejó de hacer lo que estaba haciendo. Cerré la puerta disculpándome y corrí escaleras abajo, ya no me importaba seguir buscando a Kendall, salí por la puerta principal y como pude traté de llegar rápido a casa.