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Mis papás efectivamente llegaron con comida, y no era nada más que dos cajas grandes de pizza.
Delicioso.
— ¿Qué tal mis niños? —preguntó mi mamá cariñosamente
— Bien
Contestamos ambos al unísono.
— No hicieron nada que no debían ¿no es así? —soltó mi papá
Mi madre lo miró molesta y Justin comenzaba a ponerse nervioso, o eso parecía. Negué de mala gana y mi papá al instante supo que no estaba mintiendo, en lo absoluto.
Solo pasaron unos cuántos minutos de ese momento incómodo y el resto de la cena se basó en risas. Justin definitivamente tenía encantados a mis padres, ellos lo amaban y bueno, el los amaba a ellos.
— ... si querido cómo lo escuchas. Hailey y Alaia lo único que hacían era correr por toda la casa en ropa interior cuando eran pequeñas
Mis mejillas se ruborizaron y mis padres junto con Justin seguían riendo.
Comí dos pedazos más de pizza para completar mis seis y di las gracias a la vez que todos. Ayudé a mi madre con la limpieza y me volví a Justin.
— Así que... —movió las cejas divertido — solo andabas en braguitas por ahí ¿eh? —me atrajo a su cuerpo para apretujar mi trasero
Solté una gran carcajada y me encargué de ver la puerta de la cocina, haciéndole guardia a mis padres.
— Que vergonzoso
— Pero eso no existe cuando te tengo así, solo en bragas para mi
Me separaré de él cuando escuché unos pasos. Lo fulminé con la mirada y el solo se limitó a reír.
— Justin ¿te quedas a pasar la noche? —preguntó mi padre
— Claro
— Bien —sonrió — que tengan buenas noches, muchachos
Se despidió de nosotros y subió hasta su habitación. Mi madre apareció unos minutos después e hizo lo mismo.
Fui hasta la cocina y recogí algunos snacks que podamos llevarnos a mi habitación, junto a unas latas de soda y algunas rebanadas más de pizza.
— Ponte cómodo
Le dije entrando a mi habitación y cerrando la puerta con seguro. Coloqué todo lo que traía en una pequeña mesa.
Conecté mi teléfono a un pequeño parlante para no estar rodeados de tanto silencio.
— ¿Nena?
— Dime cariño
Dije mientras me metía en el closet para sacar mi pijama, el cual era un camisón y unos pantalones de polar. Realmente hacía frío.
— ¿Puedes venir?
Terminé de vestirme y até mi cabello en una cola alta mientras salía de ahí.
Bebí un poco de soda y me coloqué a su lado, abrazándolo. Su brazo rodeó mi cintura y mi cabeza se apoyó en su pecho, tal y cómo estábamos hace unas horas atrás.
— ¿Sucedió algo?
Suspiró y me atrajo más a el.
— Te he notado algo raro —volví a decirle
— Solo... —hizo una pausa — solo son algunos problemas de mis padres
— ¿Todo bien?
— Si, son problemas como cada pareja tiene —besó mi cabeza — pero la verdad es que sí me afectan
— Tranquilo ¿si? Sé que es complicado pero, vas a ver que solo ha sido algo momentáneo y todo estará bien, como siempre lo ha estado
Asintió con su cabeza.
Nos mantuvimos así por un buen rato, abrazados y con los snacks regados por la cama.
— Gracias por aparecer en mi vida
Volteé a mirarlo. Besé sus labios tiernamente ante lo que salió de estos.
— Ya no quiero pensar más en ello —murmuró acomodándose — ¿podemos ver una película?
— Claro —sonreí
Me separé de su lado y busqué el control remoto para poner una buena película en Netflix. Apagué la música y jalé un paquete de galletas, el hambre volvió a mi.
— Ten
Le di el control.
— Está es buena —dijo poniéndole play
Antes de volvernos a unir se levantó para quitarse los pantalones junto con su camiseta y ponerse su sudadera, quedando solo con eso y en calzoncillos.