⁶ × ❝Sólo tú❞ ×

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Multimedia:
• "Peaceful days" — ONE TAKE MAN.
• arigato_goza_ (Twitter).
Tipo: Slice of life, intento de fluff y comedia.
Advertencia: Ninguna.
Clasificación: G (General).
N° de palabras: 2570 (one-shot).
Publicación: 13/O8/2O19.

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Sólo tú


Dos figuras abandonaban el centro de la Ciudad S para dirigirse a los suburbios, a pasos tranquilos e inmersos en una amena charla. Uno de ellos cargaba consigo un bate de baseball junto a unas carpetas mientras que su acompañante, una niña, llevaba una mochila y alargaba la mano hasta su brazo para tomarlo mientras caminaban. La tarde era soleada y el viento susurraba secretos de la naturaleza a las copas de los árboles, la vida sonreía pese a cualquier cosa que pudiese acontecer y eso cobijaba sus corazones mucho más que cualquier abrigo. El chico del bate no hacía más que sonreír, relajado, hasta ser descolocado por una pequeña y simple pregunta.

—Hermano Badd, ¿ese chico todavía está en casa?

Unos brillantes ojitos negros escrutaban su rostro entero, con una creciente curiosidad ante la expresión del nombrado. Éste miraba al frente con los labios apretados, y meditó algo que no pudo adivinar antes de responderle.

—Sí, pero está muy grave y en cama. No vayas a molestarlo o algo así. —Se dignó a mirarla otra vez y sonreír, era lo único que atinaba a hacer y esperaba que con ello fuera suficiente.

—¡Claro que no! —A su vez, ella le devolvía el gesto con el doble o acaso el triple de intensidad.

De no ser por tener las manos ocupadas, le habría agarrado de los cachetes y apachurrado como nunca. Adoraba a su niña más que nada en el mundo, y con esas expresiones suyas era capaz de anular su raciocinio y desarmarlo por completo. Olvidó sus preocupaciones lo que restó del recorrido, si ella hacía caso a la excusa que acababa de inventarse entonces no tenían razón de existir. No contaba con el verdadero significado de su sonrisa tan risueña y encantadora.

Se detuvieron en el umbral. El mayor de los hermanos abrió la puerta, mas no ingresó. Extendió los brazos para recibir entre ellos a la menor, agachado a su altura. Ella aprovechó a dejarle un ósculo en la frente, pues sabía que él se estaba despidiendo.

Al separarse ella volvió a increpar con otra pregunta—: ¿Vas a la Biblioteca? —Notaba la firmeza con la que su hermano sostenía esas carpetas, seguramente se trataba de sus apuntes.

—Oh, me descubriste —musitó y asintió con la cabeza. De a poco volvía su dura seriedad mientras más cerca se encontraba de retirarse; comenzó con una pequeña cuota de indiferencia en las palabras—. También voy a entrenar un poco en el camino. Lo siento, Zenko, no voy a poder ayudarte con la tarea de Matemáticas hoy. —Aunque lo último sí le apenó.

—No importa, puedo sola. —Aparte de que no eres el único aquí conmigo, pensó con tanta fuerza que temió ser descubierta.

Ambos camuflaron lo propio con un último saludo y el mayor se retiró por fin, dejando así a la hermanita.

La niña se descalzó y tan sigilosa como sus piecitos le permitían se acercó al pasillo. Dejó su mochila en los primeros peldaños de la escalera que conducía a su cuarto, y siguió de largo, atraída por el rumor de una corriente de agua al final del corredor. Lo siguiente a las escaleras era el cuarto de su hermano, y enfrentado a éste el lavadero, ambos vacíos. Aquello no hizo más que confirmar sus sospechas.

「 𝐡𝐨𝐦𝐞𝐥𝐞𝐬𝐬 」Where stories live. Discover now