¹¹ × ❝Bajo presión❞ ×

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Multimedia:
Tipo: Slice of life.
Advertencia: Ninguna.
Clasificación: G (General).
de palabras: 1894 (one-shot).
Publicación: O7/O9/2O2O.

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Bajo presión


—¡Les dije que no me llamen en domingo! —Bramó lo suficientemente fuerte como para llamar la atención de su invitado, quien se detuvo en el umbral que conectaba el pasillo con el comedor—. No me interesa, ¿no dijo la otra vez la enana verde que se aburría?... ¡Sí que tiene que ver! Y mira la hora en que se te ocurr-Argh...

En silencio, el albino apoyó un hombro en la pared y se cruzó de brazos, expectante al espectáculo frente a él: Badd caminaba de un lado al otro alrededor del kotatsu, cual ritual pagano, inquieto, a veces gruñendo y a veces forzando la voz para no levantarla de más. Y con razón, consideró, pues acababa de darle las buenas noches a su hermanita. La discusión no duró demasiado, casi sin darse cuenta el chico se detuvo en seco del lado de la puerta, pispeó aquella y volvió a perder la mirada a donde sea que uno mira cuando tiene la cabeza en una discusión telefónica.

—¿Dra... gón? —gesticuló, sus pies dieron un amague involuntario a caminar y se detuvo.

Ahora porque Garou llamó su atención con una mano, y como no era de sostener dos conversaciones a la vez, la voz al otro lado de la línea se hizo un rumor medio caricaturesco.

"¿Y tú qué [mierda] quieres?"

"Ve."

"No te metas."

Increíble que fuesen capaces de discutir con la mirada y algún que otro gesto. El primero le enfrentó con ceño fruncido, el segundo se limitó a insistir, entremedio se colaron algunas muecas y cortes de manga. Tampoco duró más de lo necesario, el resultado estaba cantado desde un inicio.

—Voy en camino. ¡Que sea la última vez! —quejó el azabache y colgó sin dar oportunidad de ser respondido.

El albino lo siguió con la mirada, cómo se encajaba la chaqueta y las sandalias, atropellando los dedos con apuro. A él no le engañaron esos reclamos vacíos, el agite del pecho desde que lo vio delataba su preocupación. Y por lo poco que escuchó, no era para menos. Iba a dar la media vuelta hasta que oyó un golpe a mano abierta del chico sobre su propia frente.

—¡No le cerré la puerta del cuarto a Zenko!

Antes que retrocediera, Garou se pronunció en palabra—: Voy yo, deja de dar vueltas. —Le extrañó oírse a sí mismo, dio un bufido cuando su par pareció aceptar el favor. —Tch, qué lento. ¿En serio eres un héroe?

—Vete a la mierda.

—Se dice gracias, Metal Bat.

Un último corte de manga, un portazo, y el comedor quedó en silencio. Hizo su mejor esfuerzo para mantener la mente en blanco al tiempo que se desplazaba por oscuro pasillo con soltura y doblaba por primera vez hacia las escaleras. Pies ligeros y pasos imperceptibles, hacía tiempo que el joven era capaz de controlar el efecto de su peso contra la superficie en la que se hallara, dotándolo de un sigilo excepcional.

Sin embargo, figura espectral no pasó desapercibida cuando tocó deslizar la dichosa puerta con pegatinas de estrellas y corazones. De las que encontró, era la única abierta.

¿Garou?

Su mano no se detuvo.

... ¡No finjas que no me oíste!

「 𝐡𝐨𝐦𝐞𝐥𝐞𝐬𝐬 」Where stories live. Discover now