Lacrosse » Jeon Jungkook; BTS [#2] [Completa] ✔️

Capítulo 05 💚

¿Nunca has odiado tanto a alguien?

Bien, yo sí. Desde siempre han habido personas que prefiero no mezclarlos en mi círculo social por simple odio, pero con Songyi va más allá de eso. Creo que no me voy a cansar de decir lo demasiado mal que me cae. De hecho, pienso que no ha habido alguien como ella que ha logrado irritarme así. Debe ser porque es la única que se esfuerza en hacerlo. Normalmente los demás prefieren no meterse conmigo.

En el día de la fiesta me di cuenta que no es la clase de niñitas que tienden a divertirse o a beber. Es una inexperta, tiene su lado bueno. Pensé que sería más arrebatada en vista de que estuvo en el extranjero, allá suele haber más libertad. También me di cuenta de quienes son sus padres. Jimin nunca me había hablado de ellos. Pensé que eran cualquier pareja acomodada. Ya veo que no. Su padre a pesar de no salir en programas televisivos, pues al parecer ese no es su estilo, es famoso por colaborar con artistas influyentes. Además de que tiene su propia compañía. Su madre es arquitecta, la he visto dar algunas entrevistas en programas importantes. También tiene su propia compañía.

Verla llegar a toda prisa antes de que ellos llegaran, me hizo caer en cuenta que Songyi es como cualquier niñita buena que obedece a sus padres. Eso podría servirme.

—Te dije que no hacía falta que me siguieras —le digo a Jimin mientras avanzamos por los pasillos vacíos.

—Quiero asegurarme de que ella no diga nada. ¿Sabes en cuántos problemas no meteríamos si ella suelta la lengua?

No digo nada, me limito a callar y no empezar un debate antes de cruzar la sala de música.

Empujo la puerta denotando rudeza. Como me lo imaginé, en la sala no hay nadia más que ella, quien está ordenando sus partiduras en un cuadernillo para luego abrazarlo contra su pecho. Se levanta de su silla y nos sonríe como si esto se tratara de un encuentro amistoso.

—Los estaba esperando —dice.

Lleva una boina roja y medias negras que le llegan arriba de las rodillas. Me sorprende que pueda verse incluso femenina.

—¿Cómo sabías que íbamos a venir? —cuestiona Jimin.

—El bello arte de la deducción. —Encoge los hombros, sonriente.

Ella pretende ser educada, ética, culta, amigable; pero la verdad es que no se me hace más que una hipócrita. Aunque no voy a negar que tiene un léxico mejor que el nuestro.

—No venimos de armonía —espeto. Entonces camina hacia mí, abrazando sus cuadernos y con esa sonrisa que me irrita tanto. Asimismo, lleva esa mirada que lo único que me dice es que quiere desafiarme. Nos miramos a los ojos, ella tan calmada, yo ya a punto de echar chipas; es una guerra fría—. Nunca estuvo en mis planes invitarte a la fiesta porque sé el peligro y la molestia que representas. Así que, vas a quedarte con la boca cerrado o si no...