Chapter 14

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Disclaimer: Los personajes de Harry Potter son propiedad de J. K. Rowling. La historia es de camnz. Contiene nonconsensual.

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Draco tampoco hizo ademán de salir de la habitación a la mañana siguiente. Empezó más o menos igual que la anterior. Él leyó el periódico y algunas cartas en su escritorio mientras ella desayunaba en la cama.

A media mañana, con un sonido burbujeante, Lucius rompió el encantamiento que Draco puso en la habitación y entró. Observó que Hermione estaba sentada en la cama, mientras ajustaba un poco más el edredón alrededor de su cuerpo desnudo. No estaba avergonzada, pero tampoco era una exhibicionista, situaciones como esta no eran más que un momento insignificante tras otro momento insignificante.

—Estás descuidando tus deberes —le dijo a Draco, que estaba sentado en la silla de su escritorio. No se veía contento con la intrusión.

—No me importan los putos deberes.

Lucius volvió a examinar la habitación y sus ojos se posaron de nuevo en Hermione, que estaba en la cama. Hermione sabía que era un buen momento para buscar algo interesante en el suelo.

—El Señor Tenebroso se preocupa mucho por tus deberes —comentó Lucius con frialdad—. Está empezando a notar tu ausencia.

Draco no respondió.

—Se asegurará de que no seas negligente si nota que no estás cumpliendo —, continuó Lucius—. Lo que digo es que, si deseas conservarla, tienes que hacer lo que se te pide o él se la llevará.

Hermione sintió un escalofrío. No podía imaginar nada peor que Lord Voldemort llevándosela. Seguramente terminaría en dolor y muerte para ella. Había oído a los sangre pura hablar de su forma de divertirse con personas consideradas de clase esclava.

—Ahora vístete. Nos vamos —Lucius le ordenó antes de darse la vuelta y salir.

Draco maldijo y se dirigió hacia su armario. Se vistió y se marchó sin decir palabra.

Cuando se hubo ido, Hermione también se vistió. Seguía sin poder salir de la habitación, así que se quedó sentada en una de las sillas. Agradecida de que no la estuvieran torturando hasta la muerte, pero tenía la sensación de que sería solo cuestión de tiempo.

Un rato más tarde le llevaron la bandeja con el almuerzo. La comida estaba humeante y deliciosa. Había tenido cuidado de no comer demasiado en el desayuno por si tenía que seguir comiendo todo el día. Después de almorzar, se quedó un rato mirando por la ventana. No le importaba lo que él dijera, pero tendría que hacer un esfuerzo para mostrarse menos distante después, de lo contrario él lo sabría.

La señora Malfoy entró en la habitación más tarde.

—Ven —le ordenó y se dio la vuelta para marcharse.

Hermione la siguió, dándose cuenta de que probablemente la enviarían lejos otra vez. Probablemente a algún lugar inalcanzable. Hermione se preguntó si debería pedirles que le quitaran el brazalete. Se escabulliría y él nunca la encontraría.

Cuando llegó abajo, el profesor Snape la estaba esperando y todos siguieron escaleras abajo hacia la cocina, lo cual era extraño.

—Siéntate —le dijo cuando llegaron a la antigua mesa de madera. Sacó una jeringa nueva y un frasco de medicina muggle.

—¿Eso es todo? —preguntó la señora Malfoy. Snape asintió.

Hermione estaba confusa. Buscó rápidamente una etiqueta en el frasco.

El lento deshieloWhere stories live. Discover now