Chapter 15

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Disclaimer: Los personajes de Harry Potter son propiedad de J.K. Rowling. La historia es de camnz. Contiene nonconsensual.

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Al día siguiente, Draco seguía de mal humor. No le dirigió la palabra mientras ella se vestía para el servicio del desayuno. Fue un alivio pasar unos momentos abajo lejos de su hosquedad, pero tuvo que soportarlo durante todo el desayuno. La señora Malfoy hizo todo lo posible por animar a su familia comentando lo emocionado que debía de estar Blaise Zabini al esperar su primer hijo. Al parecer, para la señora Malfoy aquella época de la vida era simplemente maravillosa. Tan preciosa.

—Tal vez algún día conozcas esa alegría, mi amor —dijo, obviamente abriéndose camino para discutir de nuevo las perspectivas matrimoniales de Draco.

Draco no se estaba tomando bien el giro de la conversación y Hermione notaba que su frustración iba en aumento. De repente se levantó y tiró el desayuno al suelo.

—¿Qué te pasa? —pregunto la señora Malfoy mientras Hermione se acercaba para empezar a limpiarlo.

—Límpialo, sangre sucia —gritó.

—¡Draco! —mencionó sorprendida la señora Malfoy.

—No, déjala madre, esto le gusta —dijo y le dio un puntapié con la bota.

Hermione no pudo mantener el equilibrio y cayó sobre el desastre que había en el suelo, mientras Draco se daba la vuelta y salía furioso de la habitación. Tras un momento de conversación silenciosa entre el marido y la mujer, Lucius dobló su ejemplar de El Profeta y se marchó también. Hermione se quedó limpiando el desorden, mientras la señora Malfoy terminaba obstinadamente su desayuno. Hermione notó la tensión en la habitación que le decía que la señora Malfoy probablemente iba a buscar un lugar donde llorar una vez que hubiera terminado su desayuno.

Hermione hizo lo que pudo para limpiarse las piernas y el dobladillo del vestido antes de volver a subir. Hoy limpiaría la biblioteca. Era un lugar que había estado evitado, pero hoy lo haría. Odiaba el olor de los libros, pero se estaba quedando sin sitios para limpiar. La otra opción era empezar a limpiar los cuadros, que inevitablemente la insultarían todo el tiempo. No les gustaba que se metieran con ellos y menos una persona como ella, que no se preocupaba por cuidarlos.

Empezó por quitar el polvo de las estanterías y de todas las superficies y solo eso le llevaría medio día. Draco volvió a la casa poco después de comer y la llamó a su habitación.

—Lo siento —le dijo cuando ella llegó—. He perdido los estribos.

Sacó su varita y le limpió algunas manchas de grasa del vestido, las que ella no había podido quitar por sí sola.

—No entiendo por qué luchas contra mí a cada momento. Solo intento facilitarte las cosas —continuó ante el silencio de Hermione.

—Tengo que irme —mencionó al terminar—. Los muggles han entrado en el callejón Diagon. Nadie puede creerlo, pero se han apoderado del Caldero Chorreante. Se han llevado a Tom, el tabernero. Por suerte, el lugar estaba prácticamente desierto en ese momento. El Señor Oscuro está furioso, es un verdadero golpe para su imagen. Ha ordenado a todos que ayuden a resolver esto antes de que se entere la gente.

La abrazó y le dio un beso en la cabeza.

—Debo irme —dijo y se fue.

La mente de Hermione daba vueltas. La dualidad de la persona de Draco le producía una punzada, pero, sobre todo, el hecho de que los muggles estuvieran ahora en el mundo de los magos. Sabía lo fuertes que eran, su capacidad de planificación, sus armas y su ingenio, pero nunca creyó que pudieran entrar en el mundo mágico. Pero aquí están. ¿Y eso qué podría significar?

El lento deshieloWhere stories live. Discover now