Capítulo 13

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La mañana después del evento benéfico era tapizado de titulares del periódico que hablaban hasta la saciedad de Lara Danvers y su errante participación en la fiesta.

Lena estaba acostumbrada a esos comportamientos cotidianos en sus actores y actrices que trabajaban en las producciones y que pese a todas las advertencias, siempre protagonizaban notas en la prensa.

A veces, también era entendible de que sus escritores, directores de cámaras, productores, técnicos, e incluso gente de la limpieza tendrían sus días liberando tensiones con la bebida y una noche de rumba.

Pero el hecho de que Lara se retrasara hasta por dos horas su cita en la oficina, no daba cabida en que su profesionalismo sólo podía ser inventado en el mismo instante que llegaba con guiones corregidos y adaptados a tiempo.

De lo contrario, la escritora tendría su rutina de presentarse en eventos, de viajar fuera de la ciudad o encerrarse a escribir novelas largas y no presentar trabajos para LCorp.

Lena habrá quedado muy dormida y presentarse fresca muy temprano en la oficina después de ausentarse una semana, pero no ignoraba que el nombre de Lara Danvers estaba en boca de toda la ciudad.
Y para peor, que lo que hizo fue  en un evento de recaudación de fondos para apoyar a escuelas públicas con equipamiento de libros y otros enseres educativos del cuál, las fotografías y comentarios debían de ser material de primera plana.

Lara podía ser generosa con hacer acto de presencia y aportar apoyo económico.  Pero en lo que respecta a su imagen pública, podía contribuir a que la gente hablase de ella como cuando París Hilton o Lindsay Lohan salían de parranda en sus años de locura.
Y aún así, seguir vendiendo libros como pan recién horneado.
Algo llamado estrategia y unos cuántos dólares, más un favor con una reseña en Vogue Magazine que no puedan resolver.

La espera por Lara se hizo esperar más tiempo de lo debido.
En la televisión y redes sociales no se paraba de hablar del escandaloso comportamiento de la escritora y al fallar una llamada laboral en la productora, Lena optó dejar todos los asuntos pendientes de la oficina a sus asistentes e ir al apartamento de Lara, ya que seguramente por el acoso de los medios, se negaría a aparecer en el ojo público.

Para Lena, al llegar al apartamento de Lara no le fue nada sorprendente el olor del amoníaco, agua salada y otros aromas de aceites más un contingente de cinco personas sobre la joven acostada en una camilla y que disfrutaba un masaje corporal con mascarilla en el rostro, mientras también se le retiraban los trozos de pepinos en los ojos.

- ¡Lena! - dijo como fingiendo sorprenderse - ¿qué haces aquí?

El rostro de Lena no parecía ni expresar nada que no fuera la habitual seriedad que se ejerce en la oficina.
- Bueno, no importa, ponte cómoda que vienes justo a tiempo que las chicas me limaran y pintarán las uñas.  - dijo sin importarle que también tenía los brazos cruzados.

- En realidad no quiero hacerme ningún mimo... aunque a ti nunca te hace falta de más que te regales una sesión de spa aún con todo el alboroto que hiciste anoche en la gala benéfica.

Lara soltó una carcajada, y como si en serio le careciera de importancia tener las piernas desnudas, sin descaro ni que hubiesen testigos, Lara se sentó en la camilla para recibir el masaje en el cuello y hombros.

Lo que parecía algo muy normal, Lara aprovechando el tener a Lena y estando casi en total desnudez, quiso tener su momento para dejar mostrar un poco de sus virtudes a la pelinegra.

Después de aquella noche en el apartamento de Lena, muy a pesar de estar segura de su sexualidad y la preferencia sexual con los hombres, aprovecharía cualquier oportunidad para provocar o bien, fastidiarle el rato a Lena tras revelar sus preferencias hacia las mujeres.

Triunfos RobadosWhere stories live. Discover now