Capítulo 24

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No podía, trataba, pero no podía comprender como creía haber conocido todo de Lara, ahora todo se volteaba para complicarse.

Aunque alterada, Lena se levantó del sofá.
La respiración forzada de Nia más las lágrimas que aún fluían constante por su aflicción, podía entonces creer en la franqueza de las palabras de su amiga.

Cualquier persona en su misma situación habría aceptado hacer lo que hizo a sabiendas de que se recibiría una compensación bastante generosa.
Pero se notaba que Nia no pretendía ser una persona tan materialista. Aunque a los ojos y pensamientos de Lena fuera todo lo contrario.

Y ella seguía llorando, tal cual a lágrima viva como rememorando alguna cosa atroz que le atormentaba. Casi como cuando veía llorar a Kara. O incluso viéndose como en el espejo cuando lloraba por ella.
Pero Nia no cargaba consigo una tragedia o una historia de amor desafortunado como para estar en ese estado.

A la simpleza de sus actos, un cargo de conciencia le aquejaba y por ello, a pesar de beneficiarse de el dinero de Lara Danvers, a ella tampoco no se quedaría de hombros encogidos y diría una verdad a la persona que indirectamente ha sido parte de esta cadena de... ¿casualidades? ¿desgracias?

Como sea.

Dejó que Nia vaciara sus lágrimas, hasta dejarse poner a la altura de Lena y ésta le ofreciera su brazo izquierdo para fundirse en un abrazo, uno que parecía tan necesario para la joven sufrida, que tanto para Lena que ya traía un mal de amores.

- Sabes Nia, tengo mucho que meditar sobre lo que me acabas de confesar. Esto no es algo sencillo que digerir
Tal vez, la almohada me ayude a hallar una reflexión, una muy necesaria para decidir sobre lo que yo debo hacer contigo. -

Y tomando un tono serio, seco y firme, se separó de ésta y mirándola fijamente a sus enrojecidos ojos.
Siendo franca, serena, diplomática.

- Hiciste algo muy incorrecto con la persona inapropiada Nia Nal.
No te diré que después de esto tenga que perdonar tus traspiés y decirte que nada pasará porque lo que me vienes confesando no es sólo la gravedad de las acciones de Lara. También tu persona y tu familia han lucrado por años y de eso no te diré que esté contenta por lo que han cosechado con el dinero que recibieron.
Comprendo que te beneficiaste porque desde niña lo he sabido de que eras muy necesitada. No te puedo reclamar porque te hayas realizado. Al menos, honoraste a tus padres estudiando una profesión, a pesar de los pesares.
Pero al menos, te muestras sincera, arrepentida y ahora debo de saber el precio real de todo esto.

Deteniéndose y reflexionando que por qué Nia lloraba, también se le ocurrió no pensar en Kara ni asociar nada negativo en ella.
Quizá, quizá lo que Nia le decía que tendría algo que ver con que Kara le fuere repelente y repugnante.
Con dureza debía de aceptar, que pese a haber estudiado Sociología, tampoco no podía entrar en su manera de ser y el alejarse tampoco no le favoraba para todo lo bello y hermoso que buscaba crear con ella, una vez que admitiera el amor que siente hacia ella.

Se separó y posó su vista en los ojos enrojecidos de la chica.
Pese a estar llorosos, se le veían bonitos.
Aún así, tenía que ser imparcial y justa.

- Sé que después de hoy, ya nunca jamás me guardarás secretos sucios e íntimos - dijo recalcando duramente con respecto a lo que pasaba y lo que pensaba.
Una nueva e inevitable obsesión le surgía, y esta vez no dejaría pasar ni las horas, mucho menos varios días.

- Dime Nia, se franca conmigo y yo no tengo nada que hacerte reproches. Pero tengo que saberlo ahora. Tengo que resolverlo cuanto antes.
Cuando se me mete algo en la cabeza lo tomo y esto se vuelve una obsesión y tú, acabas de hacer que mi interés por saber que más Lara haría contra ti, usando el nombre de mi madre.

Triunfos RobadosWhere stories live. Discover now