Capítulo 20

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Lena vio cabalgando a Kara al día después de su llegada a Midvale.
Evocó a la niña que cuidó de ella por toda una noche cuando moría de fiebre.
A la niña que siempre andaba de un lado para otro con su gemela, y que rara vez podía encontrarla en medio del trajín de labrar la tierra.

Lena estaba también desarrollándose, estaba muy femenina, pero ahora, más elegante y distinguida, con un traje de montar de la línea de costura de Ralph Lauren.
Había cambiado su imagen aniñada por cosméticos juveniles, y ya tenía su primer teléfono celular.
Había comenzado su secundaria en un colegio de élite, así que por tanto, se mantenía envuelta en sus estudios.  Pero ansiosa, esperaba la temporada veraniega para ir a montar y beber cerveza de raíz con su mejor amiga Alexandra.

Ella además sabía que a su hermano mayor le atraía compañía con las jóvenes Danvers, muy a pesar de que eran menores de edad y en los días que él adelantó su llegada a la villa veraniega, él, prácticamente no saldría de ahí.
Un día, Lena acordó tener una merienda con alguna de las gemelas Danvers.
Si su problema para diferenciarlas ya era visible, pero ella escogió a una de las chicas correctas:  a Kara.

Para sorpresa de la rubia de ojos azules, un día a Lex se se le ocurrió invitar a Lena y a una de las gemelas a cabalgar hasta el arroyo de siempre.
Lillian estaba gustosa de que Kara empezara a ser cortejada por Alexander, pese a ser todavía muy joven para su hijo adulto.  Pero Eliza, recordaba bien lo que John le había comentado unos años atrás.
A fin de cuentas, todavía Kara no sacaba a relucir sus secretos y su amor por Lena se mantenía en su conciencia.
Y lo hacía con tal de que Lara no se enterase de sus intenciones o bien, acabaría siendo igual de molesta y egoísta que en los últimos veranos con la presencia de los Luthor.

Surgiendo una oportunidad para salir, y a las narices de Lara, que por cierto, envidiaba las atenciones hacia su hermana, esta vez y para más colmar, Lena iría a cabalgar con ellos.

- Hola - dijo la pelinegra de ojos verdes al encuentro, y avanzando con la mano derecha extendida.

Kara le cedía la suya.

- ¿Cómo estás querida?

- Bien.  Solo que un poco nerviosa.  Jamás he salido con otras personas que no sean Alex o mi hermana, y menos con uno muy mayor.

- Y mucho menos que esta vez nos acompañe mi propio hermano. - complementó Lena entre risas.  - descuida, si te inquieta, yo misma iré al paseo con ustedes.
No es porque yo quiera, simplemente mi hermano me lo ha pedido ir a pescar truchas al arroyo y que además, que tu hermana no está encima de nosotros.

Para la rubia que creía que Lena no se daba cuenta de ello, ahora sí era de esperarse en que Lara descubriera esta salida.

- Lo cierto, es que también me encantaría pasar tiempo contigo Kara, aunque deba de compartirte con mi hermano.

- Está bien - replicó por toda respuesta la rubia de ojos azules, que se le menguaban de la impresión, porque esta vez a diferencia de otras ocasiones, la había nombrado por su nombre y no por el de su gemela.

- Toma un caballo, el que tú quieras Lena.  Pedí que nos prepararan tres a cuatro ejemplares, porque a tu hermano le encantan montar con varios y no se termina de convencer con alguno.

- De acuerdo, y espero disculpes a mi torpe hermano, que se tarda para ir a recoger la cesta de merienda.

Y ambas rieron.  Juntas.  Ambas rieron juntas.

Triunfos RobadosWhere stories live. Discover now