capitulo 2

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El es alfred, me presento a un chico que mirándolo bien, no estaba nada mal. Así que yo misma me autorice a analizarlo por completo, su cabello era negro, corto y algo rizado, su piel era blanca y sus mejillas estaban decoradas por unos pequeños lunares, sus ojos eran de un color cáfe intenso, pero lo que mas me sorprendió fue la hermosa y deslumbrante sonrisa que tenia.

Vestia con unos jeans negros ajustados, que no le quedaban absolutamente mal, una playera roja y sobre esta traía una chaqueta negra de piel arremangada hasta los codos, sinplemente perfecta para un crimen.

-El es el hijo de alfredo Garcia, el socio de tu padre, y él es el que se encargará
De ti el tiempo que estemos fuera...
Bien olvidemos el crimen- mi mirada de admiración se cambio a una de desprecio, que claramente parecía no afectarle ya que seguía con esa sonrisa.

Mi padre interrumpió el incomodo momento, que bajaba por las escaleras con las maletas.

-Le ayudo...? Se ofreció mi niñero. Idiota-pensé.

El auto del aeropuerto llego a la casa, el chofer bajo y les ayudo a subir las maletas.

Por favor amaia no quiero problemas, sigue las indicaciones de alfred...- me dijo mi padre.

-Está bien... cero problemas...-tal vez no era del todo cierto.

-Bien...-me dio un beso en la frente y subio al auto donde mi madre y angela ya le esperaban.

Vi como el auto cada vez se alejaba más y más hasta que no pude verlo. Gire sobre mis talones para entrar a la casa pero ahí estaba 'alfred'. Miraba perdidamente hacia la calle con ambas manos en los bolsillos de su pantalón, me miro y sonrió.

-Hola... me dijo con su melodiosa voz.
Sin contestarle nada camine y le saca la vuelta para poder entrar a la casa.

-¿Y esas maletas?- pregunte cuando vi dos maletas grandes al pie de las escaleras.

-Son mías... -me contesto caminando detrás de mi- Viviré aquí...así que será mejor que nos llevemos bien- lo fulminé con la mirada y volví a subir las escaleras.

Me desperté cuando escuche tres veces fuertes golpes en la puerta, pero simplemente los ignore, y volví a dormir.

Levántate o llegaras tarde.- Tome el cobertor y me tape hasta la cabeza ya que habia encéndido la luz.

-No pasa nada si llego tarde... mentí

-Si pues asegurémonos... de que no pasara nada... levántate- sentí que tomaba el cobertor, por lo que me aferre mas a este para que no pudiera quitármelo, pero obviamente su fuerza fue mayor que la mia y logro quitármelo.

-Ahh... bufe molesta poniéndome de pie.

-De nada te sirven los berrinches así que cámbiate- lanzo el cobertor a la cama  y salió cerrando la puerta.

-¿Y este que demonios se  cree? Grite en mi foro interno.

Aun ahogada en rabia, Me diriji a la regadera, y Le di paso a la lluvia artificial , espere a que se templara para ahora mismo comenzar a deshacerme de mis prendas, entre dejando las gotas tibias de agua cayeran sobre mi piel llevándose todo el enojo. Nada... pero absolutamente
Era tan relajante para mí como un baño con agua caliente.

Salí de la ducha después de envolverme en una de las toallas blancas que las encargadas de limpieza dejaban ahí todos los días.

Me dirigi al closet y me vesti. Tome mi bolso y las llaves del auto, para despues salir de la habitacion.

No tienes un pantalón más viejo...- sólto una carcajada.
-No está viejo...- lo mire despectivamente sabia perfectamente
Que no era viejo si no que asi era. Solo lo hacia para hacerme enojar.

Aquí a las tres de la tarde...- me dijo antes de que abriera la puerta.
Idiota...- susurre.
-¡Te escuche! Me grito desde la cocina.
-¡No me importa! ... cerre la puerta de un golpe para luego caminar hacia mi auto y partir hacia el colegio.

-¿Y que tal te fue? Me pregunto aiti, sentándose en frente de mí, en la cafeteria del colegio.

-¡ja! ¡horrible! -le dije mientras tapaba mi rostro con ambas manos.

-¿Como es el? ¡Cuéntame! Me dijo emocionada - ¿viejo? ¿Nerd? ¿enojon? Me pregunto desesperada.

-No, no y aun no lo sé. Respondí sus preguntas en orden.

¡Entonces! Me dijo impaciente.
Para empezar el tipo... el tipo esta como quiere -le dije--¡Aiti si lo vieras por detrás! - dije mordiendo mi labio inferior.
-¿Y entonces cual es el problema?-
Abrió sus ojos como platos.

Es un idiota... le dije mientras le daba un trago a mi botella de agua.
¿por qué? ¿qué te hizo? ¿o qué?
¡Amaia! ¡cuéntame bien! -reí por su desesperación.
Nada no me hizo nada... solo que no me agrada, es un engreído.
-¿Y entonces que harás? -me pregunto riendo malvadamente.
-pues se tendrá que ir ...- reí junto con ella.

El NIÑERO  (Historia adaptada) AlmaiaWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu