capitulo 36

459 26 1
                                    

Después de recorrer con la mirada cada centimetro cuadrado de mi cuerpo, posiciono sus brazos en mi cadera, estás se desviaban a mi abdomen subiendo por este hasta llegar a mis pechos, los cuales empezo a masajear parsimoniosamente. Sus caricias, masajes, roces, todo. Simplemente todo lo que hacía me volvía completamente loca. A consecuencia del placer, me sujete de su pecho mientras me encorvaba la espalda y echaba mi cabeza hacia atrás. Beso la loma de mis pechos al mismo tiempo que me tomaba de la cintura y así girar lentamente y recostarme con suma delicadeza sobre el acolchado, acoplo su perfecta anatomía a la mía, el sentir su tibia y tersa piel  sobre la mia era completamente delirante. Sus manos seguían recorriéndome completa, mientras que nuestros labios estaban fundidos en un apasionado beso. No podía evitar que pequeños gemidos se colaron por mis labios sobre los de alfred, sus mortales caricias eran las culpables. Sin embargo esto solo incitaba a alfred a poner mas esmero en su tarea.
Bajo sus besos por mi mejilla hasta mi cuello, para depositar en este calido y húmedos besos, de vez en cuando hincaba sus dientes para dar pequeños mordiscos, los cuales lejos de causarmen dolor, solo aumemtaban mi éxtasis. Pero lo que simplemente me hacia enloquecer, lo que provocaba una guerra de hormonas en mi interior, era cuando deslizaba su lengua por mi piel. La mescla de sensaciones que alfred me producia con solo hablarme, darme una caricia o un beso era lo mejor que podía existir.
Ya no aguanto mas, agradecía de sobre manera que la casa estuvíera completamente vacía, mi ansiedad aumentaba., los labios de él se mesclaban con los míos, cuando comence a jugar con el elastíco de sus bóxer haciendo caricias sumamente delicadas, éste se quedo estatíco, cerrando sus ojos al mismo tiempo que mordía su labio inferior.
Decidida comencé a bajar esta última prenda azul que cubría su cuerpo, alfred abrio los ojos y tomo mi mano
-amaia...si tú... empezó a hablar entrecortadamente
....si estoy lista, le interrumpí mientras acariciaba su mejilla, me acerque para besar sus labios -Quiero que seas tú- susurre en sus labios para luego volver a mirarlo a sus ojos. Me miraba entre tierno y pensativo pero después una sonrisa se dibujo en su rostro. Regreso a mis labios para después darme un beso lleno de sentimiento, completamente alucínante .
Sera un honor.. susurro en mi oído mientras dejaba un camino de besos desde mi mejilla a mi cuello. Mientras yo continuaba donde alfred me habia interrumpido, alfred me ayudo a quitarme la ultima prenda que me quedaba para tirarla al suelo junto con el resto de nuestra ropa.
Alfred se estiro hasta los cajones que estaban a un lado de la cama, abrió el cajón cogiendo un pequeño sobrecito negro -¿Segura? Pregunto mientras se acomodaba entre mis piernas
-...completamente - le respondí más que segura, pase mi manos por su cuello atrayéndolo a mis labios.
Poco a poco sentí como nuestras anatomias se convertían en una sola, cerré fuertemente mis ojos y me separe solo unos milimetros de los labios de alfred, ya que un fuerte dolor se apodero de mi entrepierna, tanto que no pude evitar enterrar mis uñas en la espalda de alfred.
Amaia...qu...quieres que me detenga? Me pregunto, seguramente por que habia notado mi gesto, mas sin abrir mis ojos y sin suavizar mis acciones negué con la cabeza. Coloco una de sus manos en mi cadera para comenzar con suaves embestidas, de un momento a otro el fuerte dolor se transformo en placer puro, al igual que sus movimientos comenzaban a tomar mayor velocidad e intensidad.
Abrí mis ojos para poder ver el rostro de alfred. Sus ojos estaban cerrados, mordía su labio inferior y una delgada capa de sudor cubría su cuerpo. Era demasiado lo que sentía que desbordaba de mi en forma de pequeños gemidos. los cuales el atrapaba con sus labios
Sentí como una serie de corrientes eléctricas recorrían mi cuerpo desde la punta de mis pies hasta mi cabeza, mis músculos se contraían, nuevamente su espalda fue victima de mis uñas. Habiamos llegado a la sima.
Alfred  completamente rendido se acomodo a mi lado ocultando su rostro en mi cuello, nuestras respiraciones estaban mas que agitadas.
-T..Te...te am...Te amo- susurro él entrecortado en mi oído envolviéndome entre sus brazos....

El NIÑERO  (Historia adaptada) AlmaiaWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu