El NIÑERO (Historia adaptada) Almaia

capitulo 8

Mientras que sus manos se encargaban de brindar delicadas caricias en mi cintura y espalda, inconcientemente subí mis manos y las coloque detrás, de su cuello. Sin soltar el vaso, con una mano jugaba con el cabello de su nuca, el cuerpo de alfred me aprensaba contra la barra, lejos de sentir dolor alguno, solo me inundaba mas éxtasis. Ladeaba aun  más su rostro al lado contrario que yo, para darle mas profundidad al alucinante beso. Sin previo aviso, su lengua entro en mi cavidad, para recorrerla por completo.
Nuestras anatomías se acoplaban perfectamente, parecían dos piezas de rompecabezas que encajaban exacto.
Nuestros pechos se expandían y contraían al ritmo de nuestras ahora aceleradas respiraciones, Comenzó a jugar con el borde de mi blusa sin despegarse de mis labios, pero al sentir la tibia piel de sus manos en contacto con la delicada piel de mi espalda, desperté de la hipnosis en la cual sus labios me habían hecho caer.
Provocándome soltar de golpe el vaso de cristal que tenía en mi mano.
Causando un estrenduoso sonido al chocar contra el piso.
Sobresaltado volteo para ver que había sido, al encontrarse con los cientos pedazos de cristal en el piso,
Volvío a girar para continuar en lo que estabámos, pero me aleje. Me miraba extrañado como esperando respuesta por mi accionar
-Y...yo...yo...- por mas que trataba de formar una oración coherente me era imposible, así que opté por salir corriendo, bueno tal vez no corriendo, pero inmediatamente salí de la cocina. ¡Pero qué hiciste! Me reproche en mi mente cuando llegue a mi habitación -¡Apenas lo conoces y ya te besaste con él! - me lance a la cama mientras me regañaba mi voz interior -Pero es que... ¡Dios! Sus labios... sus ojos...- me defendí con muy malos argumentos
-¡Eso no basta! Me volvió a gritar
-Ay! Ya hasta me estoy volviendo loca .... susurre ya que aun eran mas la cantidad de voces que me gritaban que había hecho mal.
No podía dejar de pensar en lo sucedido, la mitad de mi se arrepentía, ya que con eso había demostrado debilidad, pero el otro cincuenta por ciento no se arrepentía en absoluto.
*** ****
Me desperté mas temprano que de constumbre no queria toparme con alfred, asi que rápido me duche y me cambie faltaba media hora para el colegio, asi que llame a aiti.
-AITIIIII.... en cinco minutos llego a tu casa...-le dije cuando contesto el teléfono
-¿Por? Me pregunto riendo sin entender
-Tengo que contarte algo...-le dije acelerada mientras caminaba hacia mi auto, lo encendí y sali de la casa a
Buscar a aiti.
Después de otros cinco minutos aiti bajo ya lista  y se subió al auto.
¿Y ahora que paso? Me pregunto en el camino
-¡AITI!.. lo alargue mientras tomaba mi rostro entre mis manos con desesperación
-Amaia...- me estas asustando...-rio- ¿que hiciste? Respire profundo
-...yo...yo...tartamudee...alfred y yo nos besamos...- le dije mientras trataba de abrir el casillero
¡¿Que?! Pregunto entre sorprendida y emocionada
-Aiti... alargue
¡te lo dije! ¡ Ya sabía que tu y el terminarían en algo! Me dijo feliz... ¡No aiti! ¡No estamos en 'algo'! Le conteste
¿Cómo? ¿Entonces que paso? Me pregunto sin entender
El me beso y yo como una estúpida le correspondí, la cosa iba a mas y me di cuenta de lo que estaba haciendo y ¡hui de ahí!
-Sabes que te quiero mucho amaia, pero eres una tonta, me dijo alterada
Pero...
-¡Pero nada! Me interrumpió
-Mira júrame que no sientes nada por él .... me dijo mientras ponía en frente
A mí Su dedo meñíque
-Aitiiii...
-júralo...y no te molesto mas...me volvio a interrumpir
-Está bien ...no puedo jurarlo... puede que sienta algo de atracción por el ...-me rendí
-¿Y entonces por que hiciste eso?!
Me volvio a preguntar desesperada
No te digo que avanzaran 'demasiado' pero creo que dejarlo ahí solo no fue lo mejor que debiste a haber hecho-
-¡lo se! Le di la razón ya que después de todo la tenia. Pero es que apenas lo conozco
¡AMAIA! No te estas casando con el ... me dijo segura- lo tienes todo el dia en tu casa... por qué no simplemente ¿tratas de conocerlo y lo dejas conocerte?
Era completamente cierto, la única razón por la que alfred y yo nos llevábamos de esa manera era por que yo no le permitía si quiera entablar una conversación conmigo. Tal vez no estara tan mal bajar un poco la guardia.