capitulo 41

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Pero como era de esperarse me atrapo, rápido comencé a subir por la escaleras -amaia déjame explicarte. Corrió detrás de mí y me sujeto del brazo evitando que siguiera caminando -suéltame ahora mismo sin siquiera voltear a verlo
-Por favor escuchame- insistió pero solo tire mi brazo fuerte haciendo que me soltara, seguí caminando ignorando los llamados de alfred.
Llegue a mi habitación y la cerré recargandomé en esta, por más que trataba de contener las lágrimas que se habian acumulado en mis ojos, no logre hacerlo más y estas cayeron empapando mi rostro. Me sentía tan estupida tan utilizada. ¿Como podia haberme echo eso? Hermosa abréme - escuche detrás de la puerta seguido de dos golpes detrás de la puerta, me deslice aun recargada en esta hasta llegar al piso
-vete gilipollas - mi voz se entrecortaba -princesa por favor no llores déjame explicarte -se dio cuenta del sentimiento en mi voz
-¿que no llore? -reí amargamente ¿que quieres que haga alfred garcia? Que me muera de la risa o que haga de cuenta que nada paso -las lagrimas aumentaban igual que el dolor en mi pecho
-ábreme y déjame explicarte -pidió nuevamente pero no le respondí, no le abriria ¡me habia engañado!¡en mi propia casa! Y todavia se atrevia a decirme que no llorara. Miki tenia toda la razon, es un idiota.
Rapido llego a mi mente miki, si se enteraba de esto, no demoraría en matarlo. Aunque realmente no lo necesitaba, yo misma podría hacerlo con toda la rabia que se habia creado en mi interior, obviamente ni el ni aitana debian enterarsen.
-Tienes que escucharme, yo llegue y....
Comenzo a tratar de explicarme pero otras voces le interrumpieron.
Amaia volvimos! ¿ Eran mis padres? Inmediatamente limpie mis lagrimas, me puse de pie y abri la puerta.
Ahí seguia alfred estaba igual de sorprendido que yo -Son tus padres, se acerco para tomar mi mano pero retrocedí.
-pero en que buen momento llegaron-dije friamente, asi no tendré que explicar nada - llene mis pulmones con oxigeno mientras trataba de mantener la frente en alto
¿C...como? Entre tu y yo no paso y no hay absolutamente nada - hacia un gran esfuerzo por no desmoronarme y llorar sin parar, me dolia enormemente - No amaia tu sabes que te amo y nunca podría herirte, dejame explicarte -volvió acercarse a mi -déjame, lo que sentía era imposible de explicar. Sentía unas fuertes punzadas en el estomago y en el pecho y lo que era peor no podia contener mas las lagrimas. Las limpie nuevamente y le saque la vuelta, pero roso su mano con la mia y la tomo delicadamente
No me hagas esto susurro en tono de súplica
-Yo no hice nada ¿cuándo habiamos cambiado los papeles y ahora la mala de la historia era yo? Cuando yo te decía que te amaba no jugaba- mi intento por que no se quebrara mi voz era inútil.
Hice que me soltara y camine por el pasillo, hacia un enorme esfuerzo para controlar mi respiración y lagrimas. Llegue a las escaleras y logre ver a mis padres y a angela. Cambie mi deprimente rostro por una sonrisa forzada, me alegraba mucho que ellos estuvieran de vuelta. Asi que alfred se iria junto con todas sus malditas farsas.

El NIÑERO  (Historia adaptada) AlmaiaWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu