40: Se Acabó

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La semana de exámenes finales ya había comenzado, mis días se resumen en libros, apuntes y en breves descansos entre horas. Necesito que esto acabe pronto, no creo poder seguir soportándolo.

No he visto a Drew desde el inicio de la semana, tampoco dio indicaciones sobre el examen que nos toca con él el día de hoy.

Las cosas en casa se han aligerado mucho. Drew y mi padre han cortado la tensión que había entre ambos y al parecer mi padre parece estar superándolo de a pocos.

-Quiero morir ya, no creo poder soportar otro estúpido examen -Phoebe se deja caer sobre el asiento suspirando.

Sophie aparece en el patio con una bandeja entre las manos. Tiene cara de pocos amigos y pasa empujando a una que otra persona.

Para todos sigue siendo extraño vernos andar juntas la mayor parte del tiempo. Nos ganamos más de una mirada de asombro la semana después del viaje a Hawái. Pensar en vernos a ambas conviviendo y riéndonos juntas resultaba imposible.

-Les juro que no quiero seguir viviendo -dice mientras deja su bandeja sobre la mesa-. Ni siquiera estoy segura de estar preparada para el examen de literatura.

Yo sí estudié para el examen, y eso que no pensaba hacerlo realmente. Ya había leído el libro del mes y también había estudiado los temas con anticipación.

-¿Has visto al señor Gallagher esta semana? -me pregunta Sophie-. Es que no me revisó el último trabajo.

-No - respondo-. Y es extraño, me parece que no ha estado viniendo esta semana.

-¿No te ha dicho nada sobre su ausencia? -pregunta Phoebe.

-No, ni siquiera he tenido el tiempo para preguntarle.

Sophie me mira extrañada, le quita la envoltura a su bandeja y pone las papas fritas en medio de la mesa.

Wade es el siguiente en aparecer en el patio. Trae puestos unos shorts, medias y zapatillas deportivas.

-Hace un calor de mierda -se queja.

Ni que lo diga, el clima ha sido detestable estos últimos días. El sol parece querer rostizarnos vivos a todos.

La repentina ausencia de Drew es extraña para todos, jamás se ha ausentado, ni una sola vez. Es preocupante saber que no ha dado ni una sola explicación al respecto, ni siquiera a mí.

Los rumores van y vienen en los pasillos, y no ha faltado el rumor en el que los alumnos aseguran que renunció a principios de la semana. Este rumor me es imposible de creer, si fuese a renunciar me lo habría dicho, si fuese a renunciar definitivamente yo lo habría sabido.

Mastico las papas con un amargo sentimiento extendiéndose por mi pecho.

En cuanto el receso ha concluido me apresuro en ir hacia la sala de literatura, esperando encontrar una respuesta a todas mis preguntas.

Ingreso a la clase encontrándome con un hombre extraño sentado en el escritorio.

Miró extrañada a mis compañeros, quienes me dedican la misma mirada de confusión.

En cuanto la clase entera ha ocupado su lugar, el extraño hombre se pone de pie. Trae en sus manos algunas hojas.

Su cabello es cenizo, sus ojos son grises y para la edad que aparenta es bastante bien parecido.

¡Profe, No Borre El Pizarrón!Where stories live. Discover now