Dulce esperanza

3

{Levi}

¿quién se creía ese estúpido mocoso para venir aquí a demandar algo?

Era verdad lo que había dicho pero seguía con mis dudas, me puse un cubre bocas ya que el olor de las feromonas de Eren seguían presentes en la habitación descontrolado a mi alfa. Espero que piense bien las cosas y se deshaga de "eso" lo más pronto posible, no quiero más problemas en mi vida.

—Levi, Floch me avisó que Eren estaba aquí ¿dónde está?

—disponía de poco tiempo así que se fue

Es obvio que me costaría convencerla  pero necesitaba despistarla a toda costa de lo que había pasado hace algunos minutos.

—no soy estúpida —dijo al mismo tiempo que se cruzaba de brazos— escuché todo

—eso no es tu problema

—pues si es en parte mi problema, Eren es mi empleado y tu mi hermano y no pienso permitir que sigas tomando decisiones que sólo te benefician a ti

La ignoré por completo y subí en dirección a mi habitación, en el camino me quité el cubre bocas y lo arroje al cesto de basura, no tenía ganas de discutir sobre algo sin sentido.

Al entrar le puse seguro a la puerta y me senté en la orilla del colchón, estaba empezando a cuestionarme lo que había echo allá abajo, al diablo con eso yo no siento nada por Eren y mucho menos por la cosa que lleva dentro.

Me tumbe en la cama lentamente y miré el techo, hoy había sido un día de locos, primero el viejo me dice que me dará el mando total de la empresa y tuve que ir de un lado a otro con gente molesta firmando papeles y ahora un mocoso viene a decirme que tengo que hacerme responsable de eso, el simple hecho de imaginar tener que levantarme cada noche a calmar el llanto de un bebé me provocaba migraña, de ninguna forma entraré al mundo de la paternidad.

Un dolor punzante en el pecho me sacó de mis pensamientos, maldición esto no me estaba pasando a mi ¿por qué justo ahora? de todos los posibles no podía ser el.

Intenté conciliar el sueño pero con ese dolor acumulado en mi pecho sería imposible, sólo me quedaría esperar.