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{Levi}

Creí que sería más difícil hacer un trato con Eren, lo bueno fue que aceptó rápido, sus feromonas me estaban alterando además de que su olor cambió ahora también olía a vainilla,aún recuerdo ese maldito olor a frambuesa que me enloqueció desde que lo conocí por eso siempre usaba un cubre bocas cuando me topaba con él, maldición debo dejar de pensar en cosas sin sentido y concentrarme en mi trabajo.

Tomé varias de mis notas y enseguida me fui a mi oficina, pasé por la sala y Eren estaba sentado en el sofá mirando a la nada, mocoso de mierda elegiste así que ahora afronta las consecuencias. Le resté importancia y me encerré en la oficina, tenía demasiados pendientes como para distraerme con cosas insignificantes como un mocoso dolido.

Había perdido la noción del tiempo, entre tantos pendientes el tiempo pasaba desapercibido, la pantalla de mi celular encendido llamó mi atención, Isabel me estaba llamando ya sabía lo que preguntaría, acepté rápido la llamada

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Había perdido la noción del tiempo, entre tantos pendientes el tiempo pasaba desapercibido, la pantalla de mi celular encendido llamó mi atención, Isabel me estaba llamando ya sabía lo que preguntaría, acepté rápido la llamada.

—¿dónde demonios estás? —su voz del otro lado de la línea sonaba frustrado y sobre todo asustado— por favor se honesto al menos por  vez

estoy trabajando, tenía una junta con un cliente en Trost así que para acortar distancia vine a la casa de aquí, regresare mañana temprano ¿ocurre algo? —sabía lo que ocurría pero tenía que disimular ella aún no sabe las condiciones que me dio el viejo.

es Eren —suspiró tratando de contener las lágrimas— no aparece por ningún lado, ya fui a la policía y están investigando, todo apunta a un visible secuestro

tsk, el no tiene nada que ver conmigo, el decidió hacerse cargo solo de la cosa que lleva dentro no es mi problema Isabel

Levi es tu destinado y tu hijo, al menos finge que te importa un poco

—¿por qué crees que me importaría alguien como ellos? Sólo me di un revolcón con Eren, jamás sentiría algo por alguien como él, no tendría nada de oportunidad con alguien como yo, sólo es un pobre omega que cree que el amor es como en los cuentos  —una fuerte opresión en el pecho me hizo jadear, mi respiración se había entrecortado me empezaba a sentir asfixiado y el dolor no disminuía para nada.

Levi ¿estás bien? ¿qué pasó?

t-te llamo luego —enseguida colgué, llevé una mano a mi pecho, el dolor era insoportable, jadeando me aferre al borde del escritorio el cual terminé astillando debido a la fuerza que ponía sobre el con tal de no caer a causa del dolor, maldito Eren algo estaba mal con el y me estaba afectando a mi también.

Habían sido alrededor de cinco minutos en los que el dolor se había negado a dejarme en paz y cuando por fin se había esfumado el escritorio estaba demasiado destrozado de uno de sus bordes, tsk tendría que comprar uno nuevo, el dolor se fue pero aún quedaba ahí una pequeña molestia clavada, mi mano estaba ensangrentada y llena de astillas pero eso lo resolvería después. Salí de la oficina y encontré a Eren recostado sobre el sofá, había estado llorando hasta dormirse, de uno de los muebles saqué una manta para cubrirlo no iba a arriesgarme a que enfermara y eso afectara a la cosa que lleva dentro, puse la manta encima de él, comencé a observarlo y me detuve en su rostro ¿acaso había escuchado lo que le dije por teléfono a Isabel? No debería sentirse mal por eso ¿acaso le importaba lo que yo pensara sobre él?.
Eren comenzó a abrir de forma perezosa sus ojos, me sorprendió que no se sorprendiera de verme frente a él.

—Levi, tu mano está herida —sin darme tiempo de reaccionar se paró en dirección al baño y tras abrir y cerrar varias puertas regresó con el botiquín entre sus manos— déjame curarla por favor

Pestañeé ante su repentina acción, sus ojos aún estaban un poco rojos a causa del llanto, sin preguntarle más estiré mi mano en su dirección, si tacto era cálido a comparación del mío.

—tus manos están heladas Levi

—es por el frío de la casa

Miraba atentamente cada uno de sus movimientos, le resultó fácil quitar todas las astillas de mi mano, limpiaba cuidadosamente cada zona donde veía la piel lastimada y ensangrentada, con sumo cuidado se encargó de vendar mi mano.

—la mayoría son heridas pequeñas pero hay algunas grandes y profundas que me preocupan, así que estaré revisando tu mano para cuidar que no se infecten

Asentí en respuesta.

—no deberías preocuparte por mi

—tu tío se tiene que creer lo nuestro ¿no? Por lo tanto no hay problema si finjo que me importas a mi también

—aún tengo cosas por hacer —me paré enseguida y me volví a encerrar en la oficina— .

¿qué clase de respuesta mierdosa había sido esa? Y lo peor del caso era el hecho de que me molestaba lo que dijo, lleno de furia le di un puñetazo a la pared logrando que el cuadro colgado cayera y el cristal se hiciera añicos, era una foto mía en los brazos de mi padre, su rostro no se distinguía debido a que se había deteriorado la foto en una de las tantas mudanzas, empezaba a parecerme a ese idiota más de lo que creía.
Salí de nueva cuenta para poder despejar mi mente, Eren se había quedado dormido en el sofá en una posición bastante incómoda me causaba ansiedad que pudiera caerse y perdiera a la cosa que lleva dentro, suspiré resignado, fui hasta su cuarto acomodé las sábanas y regresé a la sala.

—tsk, no creas que me preocupas o algo por el estilo

Con sumo cuidado lo cargué hasta su habitación y lo metí entre las cobijas para después taparlo, verlo dormir tan plácidamente aún después de lo que le hice me provoca arrepentimiento, sacudí la cabeza ante ese pensamiento.

Yo no siento nada por ellos, sólo los estoy usando para mi beneficio.


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Dulce esperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora