XVIII

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La sangre tibia baña mi rostro y un suspiro se me escapó, esto es tan satisfactorio.
Recuerdos sus gritos, sus plegarias porque parara. Me gusta esta sensación enfermiza que me inunda, la amo. La criatura en mi vientre reclama salir pero no puedo, no ahora, no en este momento donde estoy descubriendo tantas cosas. El cuerpo frente a mí hace que quiera saltar de alegría pero con mi vientre no puedo.

34 horas antes...

Me encuentro en el jardín, acostada en el césped viendo a las infinitas estrellas y pienso en las miles de almas que son, las cuales creen que todavía continúan su vida pero en realidad se convierten una estrella después de la muerte.

¿Cuál de todas esas almas estará dándose cuenta que tanta felicidad es imposible?, Cuando mueres tú almas va a crear toda una vida en una estrella y solo serán cosas buenas lo que tendrá, la disfrutarán hasta que les llegue la muerte y vayan al Inframundo, después cuando sea la gran guerra entre dioses y demonios, se verá a dónde irán esas almas o al infierno o al cielo. Solo las almas que sufrieron demasiado en esta porquería de mundo podrán hacer eso, las demás no porque...

La presencia que se encuentra cerca hace que todos mi pensamientos se detengan.

- ¿Qué se siente verme mientras estoy concentrada pensando en otra persona?.- lo motivo para que salga.

Él no habla pero sus pasos se escuchan cada vez más cerca. Podrá ser alguien poderoso pero se comporta como cualquier otro. A todos nos toca sufrir alguna vez y él está viviendo las consecuencias de sus actos de forma tortuosa.

- Te ves hermosa como mortal.- su voz retumba en todo el lugar pero trato de, sobre todas las cosas, no verlo. Se detiene.

- Una noche estaba arriba en el techo de mi casa con mi madre, ella se encontraba llorando porque decía que mi padre ocultaba varias cosas.
Adam tenía la loca costumbre de lanzar piedras a mi ventana para que me asomara y esa noche me cayó una en todo el ojo, ese día fue el único en que la ví reírse de verdad, sin importar todos los problemas y aunque suene retorcido, solo quería que Adam me vuelta a lanzar una piedrita "accidentalmente" para que ella vuelva a reír.- todavía puedo imaginarmela riendo, su risa era demasiado contagiosa, la extraño de eso no lo dudo.

- ¿Qué tratas de decirme con esa historia?

- Trato de decirte lo felíz que era, de que aunque no lo creas amaba mi vida como mortal, podría decidir libremente, no vivía con la angustia de que venga un Dios y acabé con la vida de mi novio o de mi bebé.- alce la mirada y lo ví directamente a los ojos.- Muy jodida mi vida ¿No?

La culpa surca sus facciones pero desaparece tan pronto llega. El aire helado que se siente ahora, hace que me estremesca. Comienza a caminar nuevamente y se detiene frente a mi, se sienta y extiende su mano, me la quedo mirando con la duda de que si se volvió loco como para creer que la tomaré.

- ¿Qué tienen ellos que yo no?; ¿Acaso te faltaba algo mientras estabas conmigo?, Porque no entiendo que fue lo que te llevo a romperme el corazón.- algo dentro de mí se siente regocijante de alegría por escucharlo sufrir pero mi vista se nubla del coraje que siento al escucharlo, sus preguntas son absurdas y me dan ganas de que entienda cuán egoísta ha sido todo este tiempo y que vea lo que pasa realmente.

- Que lindo encuentro romántico pero Selene tengo una propuesta para tí.- la voz Hades hace que borre la idea de tratar de asesinarlo y me concentré de nuevo en las estrellas, almas...No volteo a verlo porque si lo veo no me aguantaré para acabar con ellos y créanme que se desataría un caos en el universo sin Hades en el.

- Como toda una mortal resentida.- me provoca Hades para que por lo menos los vea.
Que egocéntricos pueden llegar a ser todos.

- Vete al infierno.- refutó antes de levantarme y sacudirme el lodo del vestido. ¿Ya dije que comencé a odiar el blanco?

-Te recuerdo que voy a dejar de existir para ese momento.- una sonrisa aparece en mi rostro al escucharlo pero la borro de forma inmediata.

La criatura en mi vientre se manifiesta con movimientos duros que me llegan a causar un agudo dolor.
Sin decir nada camino hacia la entrada pero Hades se encuentra frente a mi. Mi bebé se remueve y trato de esquivarlo.

- ¿Vas a dejarme hablar?.- dice Hades no repondo- Será mejor ique vuelvas a tu escondite-.Dice en mi mente no le presto atención.

Su figura imponente con una sonrisa siniestra hace que desvíe la mirada y continue mi recorrido hasta mi habitación.

Me deshago del vestido que tenía puesto y suelto lo que he estado deteniendo
Me estoy devastando y nadie viene a construirme.

La puerta suena pero no contesto, camino hacia el baño y me meto en la ducha. El agua caliente tensa los músculos en mi cuerpo.

La puerta suena con un golpe seco y más fuerte.

No presto atención y me concentro en como cada gota de agua se resbala por mi cuerpo, en la sensación del agua que nunca presté atención, la pequeña criatura en mi vientre sigue moviéndose y solo hace que la culpa por arruinar mi vida se arremoline en mi pecho.

Cómo quisiera que tuviera otra vida, una en donde no tenga miedo de lo que llegue a pasar en un futuro. Todo esto es mi culpa, si no fuera porque me enamoré de Endimión, Zeus no se hubiera enojado y no me habría convertido en una mortal en donde día a día sufre en una melodía constante y dolorosa.

La puerta del baño es abierta y no me importa. Sé quién es por el movimiento de mi bebé. Saco la mano y cojo la toalla, me envuelvo en ella y ahí está él, con su mirada oscura la cual puede mostrar los miles infiernos de cada persona pero solo camino de largo e ignoro su presencia.

- Puedes recuperar a uno de las dos hombres a que amas.- dice de pronto.
Me detengo y vuelvo hacia él alzando una ceja.

- ¿Cuál es el truco?- Siempre hay algo que pide y eso es demasiado retorcido para mí.

- Un alma por otra alma.- propone.

- ¿Cualquier alma?.- la desconfianza es evidente pero ¡Vamos! Él siempre anda con unos malditos trucos.

- No, tengo una en mente, una alma cual ha hecho demasiadas cosas horribles como para merecer la muerte.-

-Dime quién.- dije mientras me dirigía al armario para encontrar un vestido. Miles de vestidos blancos, todos, absolutamente todos, son blancos, excepto el que me compró Adam.

Adam. Una sensación extraña oprime mi pecho y las lágrimas amenazan con desbordarme. Los recuerdos que llegué a vivir con él son como sal y limón mas una herida abierta.

-Zeus.- volteo a verlo rápido y dejó que la prenda que tenía entre mis manos caiga al suelo. Una sonrisa de lado se apodera de sus facciones.- Sabía que no te ibas a negar, Bella Selene, dentro de dos días vuelvo y tienes que tener el cadáver de Zeus.- dice mineras camina hasta la salida de la habitación.

- Hades.- lo llamo sin saber un porque, él se detiene pero al ver que no digo nada sale de la habitación.- Gracias.- susurro.

"Hades, un ser demasiado detestable acaba de darme la respuesta para poder solucionar mis problemas y acabar por fin con mi tormento."

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Mañana subo la continuación.
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Mi Luna (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora