EXTRA

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5 años después...
Selene:

Iba de un lado a otro buscando la mochila de Candy. Se supone que la dejé en el rincón de su habitación para su primer día en el kinder pero ella la ha movido y no se acuerda donde la dejó.

- ¡Candy más te vale que encuentres esa mochila en menos de dos minutos!.- grité mientras salía de la cocina.

Ya era tarde y tenía que llegar a trabajar al hospital.

- ¡ La encontré mami!.- gritó desde la planta de arriba. Escuché sus pasos apresurados y cogí mi bolso dispuesta a salir con ella lista pero ni siquiera estaba vestida.
Respiré profundo y traté de tranquilizarme.
Esta niña va hacer que me dé un infarto joven.

- Cariño.- dije con calma.- ¿Y tú uniforme?.

Abrió los ojos como platos y tuve que aguantarme la carcajada que amenazaba con salir.

- ya vuelvo.- dijo y corrió hacia su habitación.

Dejé mi bolso junto la puerta y fuí a la cocina por una cuarta taza de café.

Con la taza en la mano caminé hasta su habitación y la ví luchando con su cabello.

- ¿Te ayudo?.- pregunté aunque ya sabía si discurso.

- Mami, no puedes ayudarme tengo que peinarme yo sola o ya no seré adulta.- dijo con la voz chillona.

Es triste ser madre soltera porque tengo que ver por ella y casi no tengo tiempo para que convivamos por mi trabajo.

Espero pacientemente hasta que está lista y me hago la idea de lo que me van a decir por llegar tarde.

Cojo su mochila la cual está demasiado abultada como para solo llevar un cuaderno y lápices de colores. La abro y veo a su peluche de felpa "Toby" y sonrío sin poder evitarlo pensando en el día en que su padre se lo dió.

Caminamos en las calles de Sydney hasta llegar al Kinder. Entramos juntas hasta donde estaban todos los niños, una maestra se acercó a nosotras y Candy agarró mi mano con fuerza.

"Está nerviosa"- me dice la insidiosa voz en mi mente.
La maestra estira su mano para que Candy la agarre, pero ella no lo hizo.

- Mami.- susurró mi bebé con la voz temblorosa.

Una sensación desagradable se instaló en mi pecho al ver las lágrimas amontonarse en sus enormes ojos cafés con pequeños destellos verdes. Me agaché a su lado y ella me abrazó con fuerza.

- ¿Qué sucede dulcesito?- le susurré mientras pasaba mi mano por su largo cabello negro.

- Vámonos, no quiero entrar.- suplicó apartándose de mi, dejándome ver su cara roja y empapada de dolor.

- Amor, no tengas miedo conocerás a muchos niños igual que tú y...-

- ¡NO, NO QUIERO CONOCER A NADIE SOLO TE QUIERO A TI MAMÁ! - gritó abrazándome con mucha fuerza. Las lágrimas nublaron mi vista pero las retuve y traté de mostrarme segura y positiva.

- Vamos cariño- dije animada mientras con disimulo limpié una de mis lágrimas. Al ver que ella no se movía y solo me miraba suplicante, vuelvo a abrazarla.
Quería dejar esto para otro día pero no puedo, tiene que enfrentar esto, ya hemos faltado el primer día este es el tercer día de clase y ella se había negado a venir y ahora para ella esté era el primero.

Respiro hondo y pienso en algo que pueda ayudar en esta situación y entonces recuerdo.

Me aparto un poco de ella y el hipo que le siguen a sus sollozos es demasiado doloroso para mí y peor fue cuando me abrazó para no alejarme.

- Te voy a contar una historia.- dije aún animada. Esta vez ella se alejó sabiendo que cada vez que digo esa simples palabras voy a hablar sobre su padre. Algo que ella adora.- Cuando conocí a tu padre estabamos en el colegio y nos enamoramos profundamente.-

A ella le brillaron los ojitos y dijo: -Pero yo no estoy en colegio estoy en jardín- su voz dulce fue lo que calentó mi pecho y más cuando con su pequeño puño limpiaba sus ojos.

- Jardín es el primer curso, tienes que pasar muchos más para poder entrar a colegio y faltando a clases te vas a atrasar y no lo lograrás, dulcesito.-

- ¿Voy a conocer a mi niño raro en el colegio?- preguntó con una sonrisa.

Reí y besé su frente.

- Tal vez un 49% es la posibilidad de que eso sea correcto y tal vez no. Es cuestión del destino.-

Sus ojos se abrieron a más no poder fascinados.

- Wow, una 49%- dijo tan alegre y yo no pude evitar volver a reír.

- Exacto.- dije y ella miró a su maestra que se encontraba llorando disimuladamente por la escena.- Ve por tu 49%.

Ella comenzó asentir emocionada y se abalanzó en un abrazo.

- Te amo mami.- dijo y las lágrimas volvieron a mí. Se separó y besé su frente.- Voy por mi 49%.

Y caminó hacia su clase. Me encontraba llorando.

Verla caminando tan segura hacía que me dé cuenta que el tiempo ha pasado tan rápido, tan solo ayer era una bebé tan frágil y ahora es una niña tan valiente. La veo sentarse junto unas niñas y comienza hablar con ellas y hasta ríe.

La maestra me sonríe.

- Ella estará bien, señora Evans- dice con voz tranquilizadora.

- Parezco loca llorando porque va a kinder.- solté una risita y limpié mis lágrimas.

- No se sienta mal eso pasa muy seguido por aquí.- me despedí y corrí hacia mi trabajo que quedaba a dos cuadras.

Cruce la calle y al estar ya en la acera sentí una algo extraño, voltee y ví en la otra calle a un hombre que destacaba sobre los demás. El tiempo pareció detenerse y solo estaba él. Me concentré más y ví con detenimiento y sacudiendo mi cabeza tratando de creer lo que veía. Tiene los ojos rojos.

Alguien me empuja haciendo que dejé de verlo, volteo de nuevo pero el hombre ya no se encuentra ahí y me quedo con una sensación cálida al recordar su mirada rojiza la cual solo ví esa vez en toda mi vida...

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Buenaaaaas!
Mi amiga me recomendó que subiera este capítulo y  AQUÍ ESTÁ.

Espero que les haya gustado y sí fue así no se olviden de votar y dejar su comentario...!!!!!

Mi Luna (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora