VI

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Disclaimer: los personajes no me pertenecen.

6.

La semana pasó rápido, Hermione se pasaba los días en la biblioteca o en su habitación estudiando y revisando los apuntes que le había prestado Minerva. Su llegada había causado un poco de revuelo durante un par de días, una chica nueva y con el curso ya empezado siempre daba que hablar. Pero pronto se calmaron. Cuando no estaba estudiando casi siempre iba con Filius. El muchacho al estar en tercero no tenía tantas responsabilidades como Minerva, que aparte de los ÉXTASIS tenía sus tareas como perfecta.

Se dio cuenta de que el temario era prácticamente igual, solo que peor. Más bien desactualizado. Hermione se fijó en que había hechizos que conocía pero apenas se usaban por haber algunos mejores, recetas de pociones que Snape se había encargado de hacerlas más eficaces, por no hablar del temario de Transformaciones. Realmente se podía ver que McGonagall había tenido muchísimo impacto en ese área en el futuro. Pero tampoco era un desastre, los cambios eran apenas superficiales y Hermione en pocos días tuvo claro qué no debía hacer en los TIMOs.

Estaba preparada, pero antes tenía que hacer una cosa.

-Sí que se lo toma en serio - le comenté a Filius mientras caminábamos al Gran Comedor.

El partido de Quidditch sería Gryffindor contra Hufflepuff, así que ambos estaríamos animando a nuestra amiga. Desde hacía dos días no la veíamos fuera de las comidas y la biblioteca. Minerva y el resto de miembros del equipo se habían estado entrenando casi sin descanso, necesitaban superar a Hufflepuff ya que su buscador era increíblemente bueno. O eso había escuchado.

-Sí, tengo la sensación de que al acabar aquí recibirá muchas ofertas de equipos.

-Ajá...

Su tono se volvió un poco triste. Ojalá Filius tuviese razón, pero Hermione sabía perfectamente que no sería así. Minerva no volvería a jugar al Quidditch después de ese año.

Entraron en el Gran Comedor donde muchos alumnos hablaban animados sobre el partido de esa mañana, algunos incluso apostaban con dulces o artículos de broma. Mientras se sentaba en la mesa de Ravenclaw con Filius notó la mirada del director Dippet sobre ella. En realidad todos los profesores le miraban de una forma extraña. No sabía qué les habría contado Dumbledore sobre ella, y sinceramente tampoco quería saberlo. A estas alturas ya solo quería vivir una vida tranquila, pero parecía que no terminaba de conseguirlo.

-Jean, se te va a enfriar el té.

La voz de Filius le sacó del trance en el que se encontraba.

-Tienes razón, perdona.

-¿Estás nerviosa por los exámenes?

Negué con la cabeza.

-No demasiado, ya saqué Extraordinario una vez, puedo volver a hacerlo.

El chico silvó para luego reírse. Hermione, al darse cuenta de que había actuado como una sabelotodo de nuevo se sonrojó.

-Yo...

-Está bien Jean, estoy acostumbrado a esa actitud con Minerva. Aparte de que yo tampoco soy estúpido. No está mal saber que eres inteligente.

-...Gracias Filius.

Se sintió verdaderamente agradecida con las palabras del semiduende. Siempre había sido tratada de insufrible, incluso por profesores, así que le emocionaba que un compañero le dijese aquello.

Cuando terminamos de desayunar salimos del castillo, dirigiéndonos a los terrenos donde estaba el campo de Quidditch. Ibamos bien abrigados ya que el otoño prometía ser frío, y a la altura a la que estaban las gradas se te podían caer las orejas.

Por suerte el día se había levantado despejado y el sol calentaba sus cuerpos.

-Ya verás, es increíble - dijo Filius cuando los equipos ya entraban al campo.

Me incliné sobre la barandilla para observar a los miembros de Gryffindor, obviamente buscando con la mirada a la morena. Normalmente llevaba su largo pelo en una coleta alta o en un moño, pero en aquella ocasión se lo había trenzado

Minerva miraba también hacia arriba buscando algo, y cuando vio a Hermione y Filius sacudió su brazo, saludándoles. Les vieron montar en las escobas y ponerse en círculo junto con los de Hufflepuff, a la espera de que el profesor de vuelo soltase las pelotas. Las bludgers y la snitch ya habían salido, y el árbitro sostenía la pelota recordando la deportividad. Minerva miró a la buscadora de su equipo y se asintieron mutuamente.

-¡Recordad lo que hablamos!

Y con eso Minerva se dejó caer en picado justo cuando la quaffle dejaba las manos del árbitro, interceptando el balón antes de que cualquier otro pudiese siquiera pensar. Los buscadores de cada equipo habían salido por su cuenta en busca de la pelota dorada, pero la formación que tomó el equipo rojo y dorado fue extraña.

Hermione había visto demasiados partidos de quidditch, y aunque no era su disciplina más versada, Ron y Harry eran MUY pesados. Normalmente los golpeadores se dedicaban a la defensa, pero uno de ellos comenzó a perseguir al buscador de Hufflepuff. El de Gryffindor también se dedicaba a acosarlo en vez de buscar la snitch. En lo que Hermione analizaba aquello se escuchó la voz del comentarista:

-¡Diez puntos para Gryffindor!

No llevaban ni dos minutos de partido y ya habían metido un gol, y Hermione estaba tan acostumbrada a seguir a Harry que se lo había perdido. Decidió centrarse en el centro del campo. Y lo que vio le dejó sorprendida. Aquello era una verdadera batalla, y era una maravilla verles jugar, sobre todo a Minerva. Hacía quiebros, loopings, y parecía tener perfecto control del juego todo el tiempo. La formación de Gryffindor era implacable a pesar de que uno de los golpeadores se pasase el partido detrás de los buscadores.

Mientras observaba a la mujer que en un futuro sería su profesora, Hermione pensaba lo fácil que era estar con ella. Lo rápido que se habían cogido confianza, y es que sí, con su versión adulta se llevaba muy bien, pero siempre había sentido aquella barrera entre alumna y profesora. Ahora era como si pudiese acceder a cada parte de su vida, y estaba dispuesta a aprovecharlo.

Cada vez que la quaffle atravesaba un aro era motivo de celebración, apenas tocaron el asiento porque Gryffindor siempre estaba atacando, si hubiese habido sangre habría sido una masacre.

Estaba tan concentrada en seguir con la mirada a la mujer que no estaba prestando atención alguna al resto de jugadores. Así que cuando el comentarista gritó yo parecía no entender nada.

-¡Hufflepuff ha atrapado la snitch!

Espera ¿qué?

-¡PERO GRYFFINDOR GANA EL PARTIDO CON UNA DIFERENCIA DE TREINTA PUNTOS!

La mitad de las gradas rompieron en gritos y vítores, los miembros de Hufflepuff no se lo creían, y Hermione entendió que tener el mejor buscador no era siempre motivo de victoria.

Holaaaa espero que os haya gustado. A mí me gusta mucho el Quidditch y he disfrutado de narrar este capítulo. Me parece que este deporte es muy importante para el personaje de Minerva así que... no serán muchos los que escriba de esta manera, pero los habrá.

Nos vemos con el próximo cap.

Bisu!

Yomi~

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