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Disclaimer: los personajes no me pertenecen.

10.

-Debes de ser alguien especial.

Tras recuperarse del shock, Hagrid y ella habían salido de allí en un silencio extraño, dándole vueltas a lo ocurrido.

-Las hadas no suelen confiar en los humanos, yo lo tuve más fácil por mi sangre mestiza, pero lo tuyo... - negó con la cabeza -. Debes ser realmente especial.

Hermione no sabía muy bien qué pensar, el encuentro con el hada había sido extraño, nada comparado a otras criaturas mágicas que había visto. Era como magia pura sólida, atrayente, peligroso. Ahora entendía por qué había tantos cazadores de hadas. Y querían volver a verle. ¿Por qué?

Oh por Morgana, sabían para quién era la rosa.

Hermione se sonrojó muchísimo ante este pensamiento, una cosa era que ella misma hubiese aceptado sus sentimientos, y otra cosa que otros supiesen que Minerva le gustaba. Aunque fuese un hada que ni siquiera la conocía.

-¿Me traerás otro día? - le preguntó cuando ya veian las últimas filas de árboles.

-Tengo que hacerlo, si me negase me enemistaría con ellas, y creeme, son un temible enemigo.

-Muchas gracias por todo Hagrid - le dijo cuando llegaron a la cabaña.

-Aún estoy dudando de si debí llevarte... pero lo hecho hecho está supongo - se adivinaba una sonrisa en sus ojos, ya que su boca era difícilmente reconocible bajo tanto pelo -. Y... ven cuando quieras Jean, parece que le has caído bien a Howler.

El perro estaba sentado al lado de la muchacha y apoyaba su costado contra sus piernas mientras jadeaba en su inocente felicidad. Hermione sonrió y acarició al animal entre las orejas antes de apartarse.

-Hecho, pero traeré yo las galletas.

Y con una mirada extrañada del semi gigante se alejó con una risa contenida en los labios. Sabía por experiencia que la comida de Hagrid no era... bueno, dejémonos de sutilezas, era horrible. Se alegraba de que a pesar de la ausencia de Harry le había agradado.

Cuando llegó al castillo eran pasadas las siete de la tarde, así que entró corriendo, reconvirtió la capa en túnica y se la puso sobre su ropa normal para ir al gran comedor a cenar.

-¿Dónde has estado toda la tarde?

Minerva salía de su habitación a la vez que ella y se acercó para bajar juntas.

-Pues... pensé que podría encontrar algo de lo que disfrazarme, pero nop - dijo exagerando la pe del final - así que iré de uniforme y ya.

-No debería de ser tan difícil encontrar un disfraz - Minerva elevó una ceja.

-Oh venga, sabes que me he puesto a pensarlo hace apenas unas horas, no seas mala.

-Vale vale, pues nada, iras de Jean Granger entonces, eso ya da suficiente miedo.

La cara de Hermione fue de sorpresa e indignación total. Y que Minerva empezase a reír como si se le fuese a salir un pulmón no ayudó nada.

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