9. Irreal.

427 38 0
                                    

Briana Lee definitivamente estaba soñando. Tenía que estar soñando porque no había manera de que lo que le estaba pasando fuese real.

¿Cuánto tiempo había soñado con Joel? ¿Con estar así con él? ¿Con que él la mirara de la misma manera en la que la estaba mirando en ese momento? ¡Mucho tiempo! Y lo cierto era que entre más cosas pasaban entre ellos; más irreal le parecía todo.

—Hola...—saludó Christopher de repente.

Joel se apartó de inmediato de la muchacha y automáticamente la burbuja de ensueño en la que ella estaba flotando se rompió de golpe haciéndola volver a la realidad.

Llevó sus ojos hasta su hermano un momento y dejó escapar un largo suspiro mientras el castaño le obsequiaba una amplia sonrisa. —¿Interrumpimos algo?—cuestionó Samara sin soltar la mano de su novio.

—No, para nada.—respondió Joel.—Estábamos charlando un poco porque realmente no queríamos interrumpirlos.—Mintió.

—Ah...pensé que habíamos interrumpido algo realmente importante...—inquirió Christopher encogiéndose de hombros.

—Pues no...

—¿Comemos de una vez?—preguntó mirándolos a ambos.—¡Morimos de hambre!—añadió. Briana entornó sus ojos sin poder creer realmente que Christopher había roto su fantasía con Joel sólo para decir que tenía hambre.

—Claro que si.—respondió el pelinegro poniéndose de pie.

La respiración de Briana se volvió superficial admirando el bien trabajado abdomen del muchacho. Quien dijera que él no pasaba horas en el gimnasio; mentía descaradamente.

—Entonces los esperamos en el comedor.—anunció el castaño tirando suavemente de la mano de su novia para hacerla caminar dentro de la cabina del yate.

Joel posó sus ojos en la pareja que caminaba de la mano hasta perderse detrás de las puertas de madera de la cabina antes de volver a mirar los ojos miel de Briana que seguían fijos en él como si estuviese estudiándolo con la mirada. Se acercó a ella y sin más preámbulos unió en sus labios un largo beso provocando que hasta la última fibra del cuerpo de la muchacha se estremeciera por completo. Briana rio sobre los labios del muchacho y él acunó el rostro de la chica entre sus manos para evitar que se alejase un solo centímetro obsequiándole pequeñas caricias.

Briana estaba completamente segura que en cualquier momento iba a desmayarse y todo iba a ser culpa de Joel. Cuando el aire comenzó a faltarles apoyó su frente en la de la muchacha y le obsequió una amplia sonrisa sin dejar de mirarla a los ojos.

—Creo que esto es un sueño...tan irreal—murmuró la chica cerrando sus ojos momentáneamente. Una sonrisa se instaló en los labios de Joel, negó débilmente y volvió a depositar un lento y casto beso en los labios de Briana.

—No estás soñando, mi amor...—susurró el pelinegro.—Es real...

—Tengo la sensación de que cuando despierte me encontraré a mí misma viéndote desde la distancia...—él negó con una pequeña sonrisa tirando de sus labios.

—Todo es real, Bri. Tú eres real y yo también lo soy. —Hizo una pausa. —Lo que tenemos también es real...y definitivamente es mucho mejor de lo que habría esperado de alguna manera...—confesó. Briana le dedicó una pequeña sonrisa.—Vamos, entremos de una vez antes de que los chicos vuelvan a venir a interrumpirnos...—musitó entrelazando su mano con la de la muchacha para conducirla dentro de la cabina del yate.

Christopher y Samara se encontraban sentados en la mesa contemplándose fijamente el uno al otro con una autentica sonrisa tirando de sus labios.—Se tardaron siglos.—se quejó la chica.

CINCUENTA Y DOS SEMANAS||JOEL PIMENTEL (COMPLETA).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora