14. La enfermedad del corazón roto.

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Joel miró con impaciencia el reloj de pulsera en su muñeca y dejó escapar un largo suspiro. No terminaba de comprender que era lo que estaba pasando pues sabía que Briana odiaba la impuntualidad y ya llevaba más de treinta minutos de retraso.

Buscó entre sus contactos el nombre de la chica para llamarla y justo cuando estaba por presionar el botón de "llamar" la fotografía de Christopher junto a él se hizo presente en la pantalla del aparato en su mano.

— ¿Chris?—cuestionó en voz baja.—¿Qué pasa? ¿Dónde está Bri? Se suponía que teníamos una cita pero me dijo que me vería aquí en lugar de pasar por ella y se supone que tendría que haber llegado hace más de treinta minutos...—hizo una pausa.—¿Qué pasa...?—repitió.

Christopher dejó escapar un largo suspiro.—Creo que puedes dar por hecho que tu cita con Briana el día de hoy queda más que cancelada...

—¿Qué?—murmuró.—¿Qué es lo que pasa?

—Dime dónde estás...—le pidió.

—Christopher, por favor dime que es lo que está pasando.—exigió.—¿Le pasó algo a Briana?

—No, ella está bien físicamente pero creo que emocionalmente no lo está...está destrozada....—el corazón de Joel se aceleró ante las palabras de Christopher. Era una sensación abrumadora que le embargaba el cuerpo por completo y lo hacía sentir completamente impotente.

—Chris...voy a tu casa en este mismo momento...

—¡No!—respondió el castaño del otro lado de la línea telefónica.

—Christopher, por favor...

—No, Joel. No es un buen momento para que vengas a casa, dime donde estás e iré hasta allá para hablar contigo...

—¡Pero, Christopher!—se quejó el pelinegro.

—Joel...Briana no quiere verte a ti y tampoco quiere verme a mi.—le explicó tratando de mantener la calma.—Dime donde diablos estás para que yo vaya a hablar contigo, es mejor dejar que Briana piense y descanse el día de hoy, mañana podremos hablar con ella pero lo primordial es que la dejemos sola el día de hoy. Samara está con ella...así que...

—Estoy en el muelle...—susurró finalmente.—Pero...prefiero que nos veamos en otro lugar...

—De acuerdo, entonces te veo en veinte minutos en la cafetería de Malik...—Joel suspiró.

—La cafetería de Malik, claro...

(...)

—No entiendo que es lo que está pasando, Christopher...—admitió el pelinegro sin dejar de mirar a su mejor amigo.—Hasta el día de ayer Briana era la chica más entusiasta sobre Miami y estábamos completamente felices y ahora me dices que no quiere verme y que está emocionalmente destrozada...—hizo una pausa.—Christopher, por favor. Deja de mirarme así y comienza a hablar...

—¿Recuerdas la charla que tuvimos en el funeral de los padres de Briana?—cuestionó el castaño.

Joel suspiró.—Si...¿a qué se supone que va todo esto?—preguntó en voz baja.

—Dime exactamente lo que dijimos...—el pelinegro pestañeó.

—Que era una pena que Briana estuviese sufriendo de la manera en a que lo estaba haciendo, que era una lástima que siempre las personas con el corazón más puro eran las que siempre terminaban sufriendo más...—recitó.—Tú, yo y...Tania...

—Tania le dijo a Briana que sentíamos lastima por ella...—Joel negó.

—¿Qué?

—No entiendo cuáles eran las intenciones de esa chica pero lo cierto es que ahora comprendo que en realidad no es tan buena persona como todos pensamos...—susurró.—Según por lo que Samara me contó, ella fue a casa oso para hablar con ella y decírselo...dime que buena persona hace ese tipo de acciones despiadadas...ruines...

CINCUENTA Y DOS SEMANAS||JOEL PIMENTEL (COMPLETA).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora