13. Un lobo feroz disfrazado de cordero.

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—¿En serio no estás nerviosa?—cuestionó Samara sin dejar de mirar a Briana que permanecía sentada sobre el colchón con la espalda apoyada en el respaldo pareciendo la chica más relajada sobre la faz de la Tierra.

—Si.—respondió en voz baja.

—Pues en serio lo disimulas muy bien.—se quejó. Briana apartó la mirada de su celular y se echó a reír en voz baja mientras los ojos de su mejor amiga permanecían fijos en ella.

—En serio estoy nerviosa, es la primera vez que voy a salir en una cita...

—Has tenido citas antes, Bri.—le recordó la muchacha. Ella suspiró.

—Si pero ninguna ha sido tan importante como esta...—anunció encogiéndose de hombros. Samara se echó a reír y negó bastante divertida.

—Entonces supongo que tienes todo preparado...y cuando digo todo preparado me refiero a que tienes el atuendo listo y todo lo demás...

—Samara, con Joel iremos al cine y después a cenar, nada de otro mundo...o por lo menos eso fue lo que él me dijo...—le explicó encogiéndose de hombros.—Se supone que cuando vas a salir con la persona que te gusta y con la que quieres estar entonces tienes que sentirte cómoda contigo misma, lo más importante es la personalidad...es lo que enamora; lo demás sale sobrando...—añadió como si en verdad fuese la cosa más obvia del mundo.

—Eso sonó bastante profundo...—se burló.

—La cosa es que no necesito de mucho...

—Espero en verdad que Joel esté preparando algo completamente lindo porque si no lo hace y hace de esta que es la cita más importante de tu vida una cosa sin demasiado chiste créeme que haré que se arrepienta por el resto de su vida...—le explicó tomando un puñado de palomitas de maíz del recipiente que descansaba encima de la cama.

—¡Samara!—se quejó.

—Bien, sólo espero que en verdad se diviertan mucho y que lo pasen increíble...en verdad ambos se lo merecen y tienen que dejar de perder el tiempo de una buena vez por todas ¿no crees?—cuestionó lanzándole una amplia sonrisa.

Briana dejó escapar un pequeño suspiro al tiempo que un par de suaves golpes se hacían presentes en la puerta de su habitación. Se miraron la una a la otra sin emitir sonido alguno.—¡Adelante!—anunció la pelinegra anclando sus ojos en la puerta.

Su tía se asomó por la rendija de la puerta y le ofreció una pequeña sonrisa que Briana correspondió de inmediato.—Bri, tienes visitas, amor...—anunció y automáticamente el entrecejo de la muchacha se frunció.

—¿Vi...sitas?—repitió más que confundida. No es que ella recibiese demasiadas visitas; de hecho la única persona que no era de su familia que la visitaba con frecuencia era Samara.

—Si.—murmuró la mujer castaña demasiado parecida a Christopher.—Tania...

—¿Qué?—chilló Samara sin dejar de mirar a la madre de su novio.

—¿Tania?

—Si, dijo que le urge un poco hablar contigo...—inquirió encogiéndose de hombros.

—De acuerdo, en un segundo bajo...—respondió ofreciéndole una pequeña sonrisa.

—Realmente no sé que es lo que está haciendo Tania aquí...—comenzó Samara sin dejar de mirar a su mejor amiga.—¿Te das cuenta que esto sólo significa peligro...?

—¿Peligro?—repitió.

—Si.—susurró.—Es más que obvio que si Tania está aquí es porque algo quiere...pero según por lo que tú misma me contaste el otro día ella le dijo a Chris que estaba bien con el hecho de que Joel y tú fuesen pareja...aunque si me lo preguntan a mí; su reacción no es para nada normal...

CINCUENTA Y DOS SEMANAS||JOEL PIMENTEL (COMPLETA).Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum