11. Ex sueca.

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—Okay, no tengo ni la más remota idea de que es lo que está pasando pero me encantaría saber porque me enviaste tres mensajes diciendo que era urgente que viniese a casa...—se quejó Joel entrando en la habitación de su hermano.—Y sobre todo: por qué me estás ignorando como si me hubieses visto toda la semana cuando acabo de terminar con siete días de ausencia...

—Es Tania.—anunció y el corazón de Joel dejó de latir.

—¿Tania?—repitió.—¿Qué tiene que ver Tania con tus mensajes?—cuestionó.—No estoy entendiendo nada, Emmanuel y realmente me gustaría que me explicaras que es lo que está pasando...—susurró.

—Tania volvió, Joel.—soltó.—Ahora es ex sueca y volvió a Miami...

—¿Qué no volvía en unos meses?—murmuró.

—Pues eso era lo que toda la universidad creía pero no.—respondió encogiéndose de hombros.—Volvió justo ahora y según por lo que ella misma me contó cuando vino...

—¿Vino?—chilló sin poder creérselo.

—Sí. Alguna de sus amigas chismosas le contó que cuando se fue parecías el tipo más miserable sobre la faz de la Tierra y vino a visitarte...—susurró.—Mamá le dijo que volvías de Lauderdale hoy así que supongo que vendrá más tarde porque en realidad parecía interesada en verte...

Joel dejó escapar el aire de sus pulmones y negó.—¿Qué...?—su hermano se quedó en completo silencio contemplándolo fijamente.

—¿No estás emocionado por eso?—lo cuestionó.—Joel...cuando Tania se fue a Suecia estabas tan...deprimido que seguramente a nuestros padres en algún momento les pasó por la cabeza la idea de que te suicidarías tirándote desde un puente...—le explicó.—Muchas veces dijiste que la extrañabas y que deseabas que volviese...—Joel lo miró.—Y ahora que te digo que ella por fin ha vuelto y que ha estado preguntando por ti todo lo que haces es parecer desconcertado y...¿se puede saber qué es lo que está pasándote?

—Emmanuel...

—Cuando te fuiste a Lauderdale estabas locamente enamorado de Tania...—el pelinegro negó.

—No puedo ver a Tania.—respondió finalmente.—Y...tampoco estaba enamorado de ella, yo creía que sí pero en realidad...—susurró.—no era amor...

—¿Ah, no?—preguntó el chico. Él negó.

—No.—murmuró.—No sé qué era pero lo cierto es que amor no era...además; me gusta Briana...

—¿Briana?—cuestionó.—¿La hermana-prima de Christopher?

—Si.—inquirió dejando escapar el aire de sus pulmones.—En los últimos días que hemos estado juntos me di cuenta que siempre he sido un completo imbécil y que en verdad me gusta. Me gusta pasar tiempo con ella porque hace que saque lo mejor de mí y es la primera vez que lo siento ¿Sabes?

—Sí, bueno creo que ya era hora de que te dieras cuenta que Briana está locamente enamorada de ti.—le espetó.

—¿Qué?—hizo una pausa.—¿Tú lo sabías?

—No era tan complicado saberlo tomando en cuenta la manera en la que te mira...sus ojos brillan mucho más que cuando al resto de las personas y creo que todo el mundo se daba cuenta de ese pequeño detalle excepto tú, claro está...—le explicó. —¿Y entonces...que piensas hacer ahora?

—No tengo nada que pensar.—decidió.—Quiero estar con Bri...

—¿En serio? ¿O lo estás diciendo sólo porque aún no has visto a Tania?—Joel suspiró.—Joel, tienes que tener en cuenta que no puedes jugar con las dos, sobre todo con Briana porque recuerda que Christopher es y siempre va a ser un factor importante en tu relación con ella...

CINCUENTA Y DOS SEMANAS||JOEL PIMENTEL (COMPLETA).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora