Capítulo 1: La Tienda

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Escucho el reloj sonar, son las 6:30 AM, sé que es hora de levantarme, quito las sabanas que cubren mi cuerpo comenzando a frotar mi rostro con ambas manos, miro hacia la ventana como es que el sol aún no ha salido. Mis sabanas están húmedas por el sudor causado por aquella terrible pesadilla, es mejor que me vaya a bañar antes que mis pensamientos me venzan y caiga en esa espiral de recuerdos agridulces, en los cuales recuerdo a esa mujer que tanto ame, ¿Sera por ello que esta vez he soñado con ella? Pensé que ya había podido superar eso. Me coloco de pie yendo hasta la ducha comenzando a quitar mi ropa de dormir, dejándola caer en el cesto de la ropa sucia, mientras el agua cae sobre mi rostro recuerdo con claridad sus ojos cuando lloraban por mí, porque le creyera, con ganas de que la protegiera y yo le termine fallado.

—Pero que cosas me imagino —sacudo mi cabeza al termino de bañarme para ir a desayunar a la terraza o ¿Tal vez al comedor?, aún no lo decido—. Sera mejor que otra vez lo olvide.

Voy hasta mi habitación comenzando a cambiarme con la ropa doblada que se encontraba a la orilla de mi cama, al parecer Adela sigue haciendo un buen trabajo.

—Buenos días señor —me saluda con la cabeza agachada—. ¿Dónde desea desayunar? ¿En la sala, cocina o comedor?

—En el comedor está bien. —acomodaba los botones de mi ropa, viendo la hora, perfecto, las 7:00 como siempre.

—Señor, llego otra carta.

—¿De quién es esta vez?

—No aparece el remitente. —confundida me daba la carta, creo imaginar de quien es.

—Quémala, no me sirve —si alguien quiere decir algo que lo haga, no estoy dispuesto a seguirle el juego a una niña o niño que quiera hacerse pasar por él interesante sin querer revelar su identidad, me es una pérdida de tiempo—. ¿Qué hay para desayunar? —en ello, noto un papel tirado, pareciera ser que la carta en blanco no era del todo desconocida, ¿Qué es esto? Me pregunté al desdoblarla y terminé encontrarme con una leyenda peculiar.

A quien corresponda:

Fecha: 04/04/****

Por medio de la presente y a su vez siguiendo los parlamentos de Debolaca, me complace informar que su muñeco está listo para ser recogido por su respectivo amo, él señor Óscar Gaytán Montenegro, favor de ir a recoger su producto en un lapso no mayor a los 15 días naturales, de lo contrario será restablecido de fábrica y vendido a otro comprador.

ATT: Él Cuervo.

—¿Señor? —Adela toco mi hombro—. ¿Está bien? Se le hace un poco tarde.

—Cierto —miro el desayuno sin poder explicarme, ¿Quién es él cuervo? ¿Por qué conoce mi nombre? Tantas preguntas por hacer, pero bueno, no es tiempo de pensar en eso, tengo cosas más importantes en las cuales usar mi tiempo, como, por ejemplo: mi trabajo es uno de los más importantes, deje mi querido México después de haberme graduado de criminología, pero no podía vivir allí a sabiendas que el agresor de Pandora estaba en libertad, no era una idea muy tolerable para mí, así que salí de país en busca de algo mejor, lo bueno fue que termine siendo el secretario personal de Helios Manterum, lo malo es...

—Holí —su hermano—. Cuánto tiempo sin vernos cariño —es gay—. ¿Me extrañaste? —aclaro, no soy homofóbico, pero me molesta el tipo de insinuaciones que tiene esta persona hacia mí, me es desagradable.

—Joven Manterum —lo alejo de mi sin que sienta mis ganas de querer golpearlo, odio que invadan mi espacio personal—. ¿Qué lo trae por aquí? ¿No se supone que debería de estar estudiando?

—Ahg, Los maestros son todos unos tontos, no saben enseñarme como lo haces tú —se deja caer en mis piernas, por lo cual me coloco de pie con desagrado sacudiendo las migas de pan con mermelada de fresa que él ha dejado caer sobre mí—. ¿Qué te pasa amor?

Oportunidad de PorcelanaWhere stories live. Discover now